Información

Información

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

El cierre del Tajo-Segura durante tres meses amenaza 5.000 hectáreas

Transición Ecológica iniciará en septiembre la reparación de las fugas de un embalse que regula el agua que llega a la provincia

Un agricultor carga con un cesto con hortalizas en la Vega Baja. Al fondo, conducciones del trasvase Tajo-Segura. tony sevilla

El Ministerio para la Transición Ecológica ha decidido cerrar el próximo 1 de septiembre y por un periodo no inferior a 13 semanas el trasvase Tajo-Segura tras haber detectado fugas en el embalse regulador de La Bujeda el pasado abril. Los técnicos calculan que se necesitan tres meses de obras, por lo que el trasvase estará cerrado, en principio hasta bien entrado diciembre, lo que vuelve a poner contra las cuerdas al 70% del sector agrícola provincial, que se concentra en las comarcas del Baix Vinalopó y la Vega Baja, receptoras del agua del Tajo, y se juega por el cierre unos 300 millones de euros. Cantidad que representa, aproximadamente, la facturación de los cultivos del invierno, que se desarrollan sobre una superficie de regadío de 5.000 hectáreas.

El Ministerio se ha comprometido a trasvasar en las tres semanas que restan para finalizar el mes 60 hm³, 38 hm³ del trasvase correspondiente a este mes de agosto, mas los 22 hm³ que quedan pendientes de otros trasvases. A esta cantidad, habría que añadir, según reclamó ayer Eladio Aniorte, presidente la organización agraria Asaja-Alicante, otros 60 hm³ para amortiguar la falta de caudales prevista durante los tres meses que, en principio, durarán los trabajos para sellar las fugas del embalse de La Bujeda. Los agricultores quieren fiarse del Gobierno porque hay reservas en los embalses del Segura pero la historia de incumplimientos del Ministerio para la Transición Ecológica les hace recelar. Luchas Jiménez, presidente del Sindicato Central de Regantes, advirtió, no obstante, de que «si se retrasan más allá de diciembre sería muy malo»

El agua del trasvase es fundamental para dos cultivos. Cítricos (49,9%) y hortalizas (22,7%) que copan la producción vegetal de la provincia. Ambos empezarán en breve sus plantaciones y dependen directamente de los envíos de agua de Tajo. La campaña de cítricos empieza dentro de un mes. Cultivo que representa el 45% de la renta agraria de la provincia de Alicante. Precisamente, la superficie cultivada citrícola aumentó en un 3,2% en 2019, pasando de 31.712 hectáreas en 2018 a 32.731 hectáreas en 2019, como consecuencia del tirón en el precio del limón en los últimos años, lo que ha animado las nuevas plantaciones en la Vega Baja. Sin embargo, el incremento de la producción, de un 36,5% más en 2019 (796.348 toneladas), unido a la entrada masiva de cítricos, provocaron un descenso en el valor económico total de los mismos del 16,5%, pasando su valor de 214.553.784 de euros en 2018, a 179.081.053 de euros en 2019.

Las hortalizas ya han sufrido el descenso en plantación por la inseguridad hídrica, que se traduce en un 5,7%. En la última campaña se contabilizaron 11.588 hectáreas plantadas con este cultivo, aunque es un dato que varía anualmente, pues depende de las nuevas plantaciones que se realicen. En cuanto al valor, es difícil tenerlo en cuenta pues se vio muy afectado por la gota fría, lo que marcó un descenso de la producción del 28,8%, pasando de 377.594 toneladas en 2018, a 268.658 toneladas en 2019 sobre una facturación en tiempos normales de 200 millones de euros, según dato de Asaja-Alicante.

La campaña de hortalizas de invierno del Camp d'Elx se concentra en 1.425 hectáreas, una superficie que sólo se supera con la de los granados. El objetivo de los agricultores es producir 22.000 toneladas de hortalizas de alcachofa, brócoli, coliflor, romanesco, habas y patatas. En la Vega Baja, que tiene en la alcachofa su principal cultivo del invierno, se recogen al año 15.000 toneladas.

«Ahora mismo están soltando agua a razón de 24 m3/segundo, por lo que si no se para el envío de agua podremos aguantar hasta diciembre», apuntó ayer Ángel Urbina, presidente de la SAT San Enrique. Javier Berenguer, presidente de Riegos de Levante subrayó que «ahora mismo hay reservas en los embalses del Segura, pero es clave que nos envíen los trasvases pendientes antes de que se cierre por las obras».

La Comisión Central de Explotación del Acueducto Tajo- Segura dio vía libre ayer a los trabajos de reparación de la avería que se produjo en el mes de abril en el dique principal de La Bujeda, tras la detección de filtraciones aguas abajo del mismo. Esta infraestructura constituye el punto de partida para el agua procedente de los embalses de Entrepeñas y Buendía, y permite su regulación y posterior bombeo al canal del trasvase. Desde que se detectó el problema, y con un seguimiento controlado del proceso por parte de la Dirección General del Agua y de la Confederación Hidrográfica del Tajo, los técnicos de Naturgy (concesionaria del embalse) han venido realizando diferentes estudios y ensayos para determinar con mayor detalle el origen de la avería y definir su reparación. En el momento actual, se considera necesario continuar este proceso con el vaciado de la balsa a partir del 1 de septiembre para poder iniciar los trabajos de reparación.

Si bien la situación de la infraestructura no supone un peligro inminente desde el punto de vista de su seguridad, técnicamente es el momento más adecuado para el inicio de las obras, con objeto de minimizar las consecuencias negativas derivadas de las lluvias del próximo otoño. Inicialmente, se ha previsto que todo este proceso tenga una duración de 13 semanas, y durante este tiempo el bombeo de agua hacia el canal del trasvase quedará imposibilitado.

Compartir el artículo

stats