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Molina: «En los geriátricos hay que formar a los empleados en bioseguridad»

Hace dos años creó una empresa de divulgación para acercar la investigación a los niños y que éstos en un futuro eviten pandemias

Molina: «En los geriátricos hay que formar a los empleados en bioseguridad»

En esta crisis María Jesús Moliha querido ayudar a la población a entender mejor este virus. En su canal de Youtube está publicando vídeos que explican aspectos de biología básicos que ayudan a comprender a este coronavirus. También he hecho una extensa revisión bibliográfica, de más de 150 publicaciones científicas, sobre todo de los mecanismos de transmisión y contagio, que es en lo que más puede aportar por su experiencia profesional. Y además las ha «traducido» a un lenguaje que todo el mundo puede entender, en forma de curso.

P ¿Qué le está dejando como reflexiones principales esta pandemia?

R Creo que nos ha enseñado que somos vulnerables. Estamos viviendo actualmente unas situaciones que jamás pensamos que fueran posibles.

P ¿Cree usted que esto de verdad empezó con un murciélago o un pangolín?

R Las zoonosis son las enfermedades que compartimos hombres y animales. La mayoría de enfermedades nuevas, que se les da el nombre de emergentes, tienen su origen en los animales. Existe un virus del murciélago, el BatCoVRaTG13, con el que este nuevo coronavirus comparte un 96% de la información genética. Así que es muy plausible que este virus «saltara» de especie y se adaptara al ser humano. No se tiene claro si además pasó por otra especie antes, como pudiera ser el pangolín. A veces los virus pasan por varias especies antes de llegar a nosotros.

P ¿La naturaleza nos está dando una lección?

R En la naturaleza existe una gran biodiversidad, no solo de especies de plantas y animales, sino también de todos los microorganismos que los acompañan, incluidos los virus. Hay virus que pueden infectar a distintas especies, y nosotros somos una especie animal más. Cuando vamos cercando cada vez más los hábitats naturales de estas especies, las posibilidades de toparnos con un virus que pueda infectarnos aumentan.

P ¿Esto deberíamos entenderlo como un toque de atención por creernos la especie superior dominante en este planeta?

R La presión humana está rompiendo muchos equilibrios en el planeta. Este es un ejemplo más, pero el más evidente es el del clima. Solo nos damos cuenta realmente cuando pone en peligro nuestras propias condiciones de vida, pero por el camino nos hemos llevado por delante a una buena cantidad de especies. Si nosotros somos capaces de verlo y medirlo y no hacemos nada para evitarlo, probablemente es una evidencia de que no somos tan superiores.

P Usted ha elaborado una serie de guías para evitar los contagios en, por ejemplo, las residencias de la tercera edad.

R Sí. Yo he trabajado durante muchos años en el Instituto de Neurociencias de Alicante, (UMH-CSIC) como directora veterinaria de animalario. Un animalario es una instalación donde se tiene a los animales que se emplean en ciencia en muy buenas condiciones sanitarias y se establecen unos protocolos muy estrictos para que no entren agentes infecciosos. Cuando vi la situación de las residencias tuve claro que había muchas homologías y que nuestros protocolos podrían ayudarles a contener la entrada de coronavirus. Así que, con la colaboración de muchos compañeros del sector y a raíz de la experiencia en la implantación de estos protocolos en El Paular, una residencia de Alicante propiedad de unos amigos míos, elaboré una extrapolación de nuestros protocolos a las residencias y la dejé libremente disponible en mi web.

P También las hizo llegar a la Unidad Militar de Emergencias.

R Sí, también los hice llegar a la UME cuando vi que estaban interviniendo en las residencias. Me consta, por lo que me han transmitido ellos mismos, que les fueron de mucha utilidad para contener la situación, incluso la propia UME elaboró unos vídeos para enseñar a las residencias que, en parte, se basan en este protocolo. Así que estoy muy contenta porque creo que realmente pude poner mi granito de arena en ayudar en esos momentos tan dramáticos.

P ¿Qué lectura hace usted de lo que ha pasado en estas residencias?

R En las residencias se concentran en un ambiente cerrado las personas más vulnerables a este virus, es decir a las que más daño les puede hacer. Eso ha sido una bomba de relojería porque una vez entraba en la instalación y sin protocolos de biocontención, este virus tan contagioso se ha expandido muy rápidamente. Ni población en general ni los gestores de una residencia tienen formación en bioseguridad, por la simple razón de que nunca han tenido que enfrentarse a una situación de estas características. Además este virus es nuevo y al principio no se tenía claro cómo se contagiaba, lo que suponía una dificultad añadida. Tampoco se sabía que lo podían transmitir personas asintomáticas, y solo se testaba a las personas con síntomas. Así el el virus se «colaba» vehiculado por personas aparentemente sanas. Yo creo que de aquí tenemos que aprender a proteger estas instalaciones de manera preferente: hay que llevar un control analítico férreo y periódico tanto del personal como de los residentes, por descontado que dispongan de todo el material que necesiten, pero sobre todo hay que formar en bioseguridad a las personas que trabajan en estos centros.

P Se han dado muchos pasos para acercar la divulgación científica a la sociedad en los últimos años, pero todavía queda mucho por hacer?

R Es la gran asignatura pendiente de la ciencia. No podemos esperar que la sociedad perciba realmente el valor de lo que hacemos si no lo sabemos explicar, que sea comprensible, que llegue e interese a la población. Además, tener una sociedad con una cultura científica amplia es muy importante, porque la protege de bulos y falsas creencias.

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