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El tráfico baja este verano solo un 13% en plena escalada de positivos

Las principales vías de la provincia recuperan gran parte de la circulación que perdieron durante el estado de alarma aunque la ausencia de retenciones evidencia menos trasiego. La situación aminora el riesgo de colapso en tramos como la A-70 en Alicante

Circulación en la A-31 a la altura de Sax, el pasado 1 de agosto, algo denso hacia Alicante pero no tan intenso como el mismo día de 2019. ÁXEL ÁLVAREZ

El descenso del tráfico provocado por la pandemia de covid-19 no ha impedido que la circulación esté siendo intensa este verano en las carreteras de la provincia gracias a los viajes por motivos de ocio. Los datos facilitados a este periódico por el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana indican que la intensidad media diaria bajó en las principales vías que discurren por la demarcación entre un 11 y un 13% en el mes de julio en relación al mismo periodo de 2019. La cifra es el resultado de la recuperación progresiva de la movilidad desde mediados de mayo, y también, de las especiales circunstancias de este año, que condiciona que las vacaciones se realicen en España y que los viajes se hagan fundamentalmente por carretera.

Como publicó este periódico hace algunas semanas, los desplazamientos por motivos turísticos y de ocio han hecho que la movilidad en la provincia sea en estos momentos bastante mayor que la que se produce habitualmente, pero aun así está siendo notablemente más baja que la de otros años.

Así, la autovía A-31, que comunica la provincia con el interior de la Península, registró en julio el paso de 38.350 vehículos diarios a la altura de Villena y 54.598 a su paso por Petrer, frente a 43.207 y 62.790 en el mismo mes de 2019, respectivamente. La entrada a Alicante por esta misma autovía ha bajado también de 47.689 a 42.730 vehículos al día, mientras que la A-7 a la altura de Crevillent ha pasado de una intensidad media diaria de 74.230 usuarios a 64.391.

Como puede observarse, las cifras de tráfico de julio de este año son a pesar de todo altas, aunque la intensidad haya sido menor de manera generalizada, todo ello cuando el país está en plena escalada imparable de casos positivos por coronavirus.

Lo mismo ocurre en el tramo más congestionado de la provincia, la circunvalación de Alicante (A-70) entre los enlaces con la A-77 y la A-31, a la altura de la Universidad y Mercalicante, respectivamente. Este punto, donde la confluencia del tráfico metropolitano con el de paso se traduce en una circulación casi sempiternamente densa, registró el mes pasado una intensidad media diaria de 88.915 vehículos, un dato muy elevado pero menor que los 101.617 que se contabilizaron en julio de 2019.

Y es que el verano está haciendo que el tráfico se recupere, y éste a su vez denota la existencia de una cierta actividad turística en la provincia, pero así y todo los efectos de la pandemia de covid-19 son más que evidentes. Hay una carretera donde se hace especialmente patente, puesto que pierde mucho más tráfico que los demás sin ninguna otra causa aparente: la N-332 en el litoral sur de la provincia. En julio del año pasado, esta carretera soportó 32.978 vehículos diarios a la altura de Guardamar, mientras que este verano ha caído a 23.852.

No debe menospreciarse un detalle que pudiera parecer anecdótico en otras circunstancias: las principales carreteras y autovías de la provincia están soportando sin grandes problemas la punta de circulación estival y apenas se están produciendo retenciones en puntos donde otros años eran habituales. La amenaza de saturación de la red viaria de la provincia ha quedado transitoriamente aparcada. De haber seguido la tendencia ascendente de tráfico de los últimos años -lo que seguramente hubiera ocurrido en condiciones normales-, infraestructuras como la citada A-70 se habrían visto colapsadas de forma constante, por su limitada capacidad.

El efecto del confinamiento

Los datos aportados por el Ministerio de Transportes también muestran hasta qué punto el confinamiento se hizo notar en las carreteras alicantinas. El tráfico fue en abril hasta un 75% inferior al del mismo mes del año pasado. Por ejemplo, la habitualmente densa A-70 registró el paso de 22.559 vehículos diarios, una cifra insólita en comparación con los 90.159 de abril de 2019. También es ilustrativo el caso de la A-7 en Crevillent, con 19.857 vehículos al día frente a los 67.156 de abril del año pasado. O la A-31 en Petrer, con 14.937 usuarios este año y 53.812 en 2019.

En todas estas vías, el volumen de tráfico pesado no cayó durante el confinamiento tanto como el de vehículos ligeros. Tiene una explicación lógica: el transporte de mercancías y de suministros básicos sí estaba permitido, al contrario que la movilidad personal, e incluso los desplazamientos por motivos de trabajo durante las semanas de paralización total de la actividad. Como muestra, lo sucedido en el tramo de la A-31 entre Villena y el límite provincial con Albacete, por donde en abril circularon 2.548 vehículos ligeros -un dato totalmente inaudito para esta vía- y 5.349 camiones. En mayo, con la movilidad todavía muy restringida, los vehículos pesados también superaron al resto en este punto: 5.513 frente a 4.371. En junio, sin embargo, se evidenció la mayor libertad para moverse, con 11.735 turismos y motocicletas y 5.981 camiones.

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