Información

Información

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

El covid aprieta pero no ahoga a las Clarisas de Elche

Las religiosas tienen como principal cliente a Cataluña, aunque la compra de obleas ha caído a la mitad por el menor número de misas y asistentes

Algunos de los productos artesanales que elaboran estos días las monjas Clarisas en su monasterio de Elche. antonio amorós

El covid-19 también está haciendo pasar apuros a las diecinueve hermanas del convento de las Clarisas en Elche. Matizan de antemano que no tienen problemas para poder comer, para lo más básico, pero que otra cosa es hacer frente a los gastos de mantenimiento del inmueble, como es la luz, el agua y los desperfectos o arreglos que se generan en el día a día.

«Dadas las circunstancias, la gente no está asistiendo a las eucaristías, con lo cual no se demandan tantas formas como antes de la pandemia», explica la madre Clara, quien aclara que lo normal es que cada mes elaboren en el convento unas 200.000 obleas. Ahora mismo, la producción ha caído aproximadamente a la mitad porque, como es evidente, no hay la misma demanda que antes.

La mayor parte de estas formas se envían a tiendas litúrgicas, pero sobre todo al Centro de Pastoral Litúrgica de Barcelona. Es el principal «cliente» de las religiosas de Elche. Pero como en Cataluña ahora mismo hay más restricciones debido la pandemia que en otras comunidades autónomas, la asistencia a las misas también ha terminado por antojarse muy cuesta arriba para muchos feligreses, con lo cual hay menos asistentes a los que entregar el Cuerpo de Cristo.

El Centro de Pastoral Litúrgica de Barcelona también vende por internet. Así por ejemplo, 500 unidades de forma blancas para la comunión de los fieles, de 3,5 centímetros de diámetro y 2,8 de espesor se pueden comprar en este portal catalán por la suma 4,95 euros. Esto da una idea de la gran cantidad de obleas que salen del convento de las Clarisas para poder conseguir algunos ingresos adicionales.

«De marzo a junio hemos estado sin poder elaborar las formas, estuvimos paradas, y ahora hemos podido recuperar algo, pero como mucho hacemos unas 200.000 cada dos meses, cuando antes lo habitual eran 200.000 cada mes», señala la máxima responsable en este monasterio ilicitano, llamado de Santa Clara.

Ante ello, ahora, para conseguir otros medios económicos, las hermanas han apostado por una alternativa para su sustento: volver a elaborar los dulces de Semana Santa y navideños que tantas alegrías les han dado en esas temporadas.

Muy lejos

Y así lo están haciendo, retomando esa azucarada costumbre y vendiéndolos a cualquiera que se acerque hasta el convento ubicado junto al río.

El problema es que la sede de estas religiosas está muy apartado del casco urbano y no es frecuente el paso de personas.

«Las monjas Clarisas de Elche están pasando apuros para subsistir por sí mismas. Se dedican principalmente a hacer las formas que luego serán consagradas en la eucaristía. Con el covid no se ha celebrado misa con la comunión de la comunidad y después, cuando se ha levantado el estado de alarma, hemos dejado de acudir a tomar la comunión con la misma asiduidad como antes. Las Clarisas suministran las forma principalmente a Barcelona. Ahora esa zona con la extensión del covid de nuevo ha dejado de hacerles pedidos por la difícil situación. Son los sacerdotes quienes compran las formas para sus parroquias según las necesidades», indicaban recientemente desde la cofradía Nuestra Señora de los Dolores de Elche.

La superiora se dirigió los asistentes al final de una de las misas dominicales a fin de que todos «seamos sensibles ante esta situación y nos animemos a comprarles dulces para mantener sus gastos. Entre todos los ilicitanos y entidades podemos echar una mano con esta colaboración», añaden desde la citada cofradía.

Venta

Las monjas Clarisas de Elche venden sus dulces tradicionales casi todos los días de 9 a 13 horas y de 16.30 a 18.30 horas. «Tenemos que movernos y para ello lo que estamos haciendo es ofrecer nuestro trabajo», concluye la madre Clara, que dirige un convento que también ha sido castigado por la crisis del covid-19.

Unidas a la sociedad ilicitana desde 1516

Unidas Las Clarisas tienen arraigo en Elche desde 1516. Les fue donada una casa con huerto y, tras la desamortización de 1835, pasaron en el año 1853 a ocupar el convento de los Mercedarios en el centro. En 2007 volvieron a cambiar de ubicación y se trasladaron a un nuevo monasterio construido por el Ayuntamiento junto al río.

Compartir el artículo

stats