Son cinco estudiantes de edades, expectativas académicas e ilusiones diversas pero con un componente común: se preparan para el ejercicio lectivo más difícil de los últimos tiempos.
«Que todo salga bien para tener las mismas oportunidades»
María Sánchez va a empezar 2º de Bachiller Artístico y sabe que este curso es decisivo para «sacar una buena nota y hacer una buena EBAU para poder elegir un futuro universitario». En su caso, orientado a la Restauración y Manutención del Patrimonio.
A ella le gustaría que este año «todo saliera bien para tener las mismas oportunidades que tuvieron las otras promociones».
Al cursar esta modalidad, tiene ganas de retomar las clases presenciales puesto que, en Artes, «muchas asignaturas necesitan estar en las aulas con el profesor para poder impartirse mejor».
«Haciendo un balance del curso anterior, sí, y no he notado un retraso en algunas materias. Hubo profesores que trabajaron muchísimo nuestros contenidos y explicaciones y otros casi ni estuvieron presentes y se limitaron a enviar una serie de trabajos o ejercicios fáciles y más bien sencillos, sin avanzar materia que es necesaria para este curso».
En su instituto, las medidas que se van a llevar a cabo «son muy acertadas para el tiempo en el que estamos. Sí pueden llegar a servir y ser eficaces para que podamos desarrollar el curso fácilmente».
Para que eso sea posible, «entre todos debemos cooperar». En el Bachillerato de Artes hay pocos alumnos, por ello, los espacios que utilizan «están preparados para las asignaturas específicas que tenemos».
«Miedo, ilusión y preocupación»
Con esas tres palabras define Carmina, como la llaman familiarmente, este curso.
A sus 16 años, tiene «ganas de comenzar» pero «la preocupación por contagiarme de covid-19 siempre está ahí». No solo eso, contagiar a sus familiares.
«La semana que viene, el próximo jueves 9, iré a que nos digan cómo llevaremos este curso las clases». Para que todo vaya bien, «es importante que sigamos las normas que nos expliquen en nuestros centros, que mantengamos las distancias, llevemos la mascarilla todo el tiempo y tengamos una higiene y desinfección de manos». Con esa responsabilidad matiza: «son medidas que ayudarán a que los colegios e institutos sigan abiertos y el aprendizaje sea presencial».
En estas últimas «no me distraigo con tanta facilidad, puedo preguntar a los profesores directamente y no esperar a que lean el correo y me contesten. Hay más libertad de expresión y, a la hora de hacer exámenes, cuando tenga dudas, no molesto al resto del alumnado, ya que pregunto en voz baja al profesor», explica.
Con respecto al curso anterior, al ser de manera telemática destaca que «desafortunadamente sí he notado una falta de contenidos en algunas materias». Así lo afirma: «el año pasado debía prepararme para entrar a Bachillerato y ahora florecen muchas dudas en mí, sobre cómo voy a comenzar, si entenderé todo el contenido o si estoy segura de la elección que he hecho».
Propone, gracias al buen clima, «dar más clases en el exterior. Dejar a un lado aprender solo con libro, clase y sentados. Así se mantendrían las distancias».
«Seguir las normas sanitarias no es tan complicado»
María F. Planelles, de 12 años, comenzará este curso 2º de la ESO. Ella y sus compañeros de clase sí que acudirán al centro de manera presencial, así «volveré a coger una rutina, algo productivo». El martes 8 recogerá el horario, conocerá las normas y tendrá «una primera toma de contacto», mientras que las clases las comenzará el lunes 14.
Encara el curso contenta y un poco asustada por el miedo al contagio. En su instituto han adoptado unas medidas «correctas y seguro que eficaces. Se trata de seguir a rajatabla la nueva normalidad, llevar la mascarilla puesta y lavarse las manos constantemente. No es muy complicado». En el «insti» lo tienen todo a punto y ,«aunque hay algunas personas que irán haciendo la gracia», cree que todo va a ir bien y «acabaremos el curso en las aulas seguro».
Por eso, propone «que este año la atención sea más personalizada ya que el último trimestre del curso pasado fue telemático».
A ella y a sus amigas «ilusión no nos falta. Es una año diferente, probaremos experiencias nuevas y seremos más responsables con las medidas de higiene».
«Hay que acostumbrarse a ir a clase como nunca lo habíamos hecho antes»
Manuel Davó comienza este año 4º de la ESO. Una vez pise el colegio «me tomarán la temperatura antes de entrar, algo que haremos de forma escalonada y por cursos. Cuarto lo afronta «sin miedo pero manteniendo siempre las medidas de seguridad. En el colegio trabajamos con ordenadores y se han habilitado nuevas clases para evitar problemas de capacidad». Además, habrá 3 comedores para que los alumnos puedan ir a comer por turnos», explica.
Si se volviera a estudiar desde casa «no creo que hubiese problema. El curso pasado fue impresionante la organización. Trabajamos online vía «meet» con «classroom» e hicimos exámenes. Era como ir al colegio, pero desde casa».
Como reflexión sostiene: «este curso es crucial para asentar bases para Bachillerato. Hay que acostumbrarse a ir a clase con unas medidas que antes no teníamos».
«No es lo mismo palpar un cuerpo que verlo a través de una pantalla»
Los universitarios plasman su inquietud por la falta de información
Fernando comienza el segundo curso de Fisioterapia y «aún no sabemos nada sobre si las clases van a ser presenciales u online». Al igual que las prácticas, de gran importancia en su carrera.
«Teníamos una asignatura que era sobre palpación del cuerpo humano. No es lo mismo verlo en persona y palparlo tú con el profesor al lado, comentándote si lo estás haciendo bien, que a través de una pantalla». Una reflexión responsable, al ser uno de los profesionales que en un futuro atenderá a los pacientes.
Con sinceridad señala que muchas de las prácticas de este curso que deberían de hacerse en clínicas u hospitales no van a ser posibles. Por ello, espera que aunque se realicen online «se pueda aprender lo mismo que si fuesen presenciales». Así, propondría a la Universidad seguir con las clases online pero intentar hacer grupos reducidos para llevar a cabo las asignaturas prácticas, por supuesto, «con todas las preceptivas medidas y protocolos».
Pese al desconocimiento inicial, está muy ilusionado por seguir su formación, «tengo ganas pero a la vez un poco de miedo. Nosotros en clase somo unos 125 pero, como he dicho antes, no sabemos nada acerca de las medidas que van a tomar», aclara.
