La pandemia ha dejado los aeropuertos españoles tiritando de frío. Una primavera de confinamiento y un verano sin visitantes extranjeros por los rebrotes han marcado las terminales. Y claro, a menos turistas, menos pasajeros conflictivos. 

El aeródromo de Alicante-Elche, que el año pasado estaba en lo alto del cajón en este apartado, que fue el número uno destacado en incidentes con viajeros incívicos, con 192, ha pasado a contar con apenas quince en los primeros siete meses del año, según fuentes de la Agencia Estatal de Seguridad Aérea (AESA).

El aeropuerto de Madrid lidera ahora este deshonroso ranking, con 30 denuncias, seguido del Alicante, Málaga, Tenerife Sur y Gran Canaria. El de Palma, por contra, que ocupó el año pasado la segunda posición, ha caído hasta el octavo puesto, con únicamente tres incidentes. 

Lo que AESA llama un comportamiento «disruptivo/inadecuado/conflictivo» de los pasajeros puede provocar el desvío de una aeronave. Por ello, esa forma de actuar durante el vuelo puede afectar la seguridad, tanto de la tripulación como la de los demás pasajeros. 

AESA también tiene estadísticas de los pasajeros que han tenido que ser desembarcados de las aeronaves: un total de 22 en este año de coronavirus y con aeropuertos bajo mínimos, mientras que en 2019, año de récord turístico, y de algarabías etílicas e incidentes en el aire, fueron 150. 

En El Altet, se ha desalojado a dos personas por su mala conducta, frente a las 32 del año pasado. Barajas también lidera esta clasificación, con 6 desembarcados, seguido de Málaga (5), y Alicante, Fuerteventura y Manises, con dos.

Españoles y británicos

AESA tiene contabilizadas 141 denuncias en los aeropuertos y, por nacionalidades, son los españoles los que más incidentes provocan, 48, seguidos de Reino Unido, 29, y Alemania y Rumanía, siete respectivamente.

La Agencia de Seguridad ha elaborado, de hecho, un vídeo para alertar sobre las consecuencias de ese tipo de comportamientos inapropiados durante los vuelos. 

El objetivo es que lo difundan las compañías aéreas más afectadas por este tipo de incidentes, que pueden acarrear multas de hasta 5.000 euros y, en el caso de que la gravedad suponga la desviación del vuelo, el coste de la sanción lo tendrá que asumir el pasajero, añaden las mismas fuentes.

El vídeo, compartido con el resto de las autoridades de los países europeos con los que AESA colabora, también tiene amplia divulgación en Reino Unido, el país extranjero con el mayor número de pasajeros sancionados por este tipo de comportamiento.