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Aulas en la capilla y el salón de actos para dar todas las clases

El colegio Jesuitas de Alicante hace obras en el oratorio escolar para poder acoger a todos los alumnos de forma presencial - Las aulas burbuja se prolongan en el patio, parcelado por completo

La pequeña capilla para los alumnos de Primaria se ha convertido en una de las aulas burbuja del colegio Inmaculada Jesuitas.

El objetivo que se marcó la dirección del centro desde el mes de julio, protocolo escolar-sanitario contra el covid en mano, era conseguir que la totalidad de los cerca de 1.700 alumnos matriculados en el Inmaculada Jesuitas de Alicante pudieran seguir yendo a clase de forma presencial durante este curso, siempre con permiso del coronavirus.

Visto el objetivo, tal y como señalan desde el equipo directivo, se pusieron manos a la obra, y nunca mejor dicho, porque de hacer obras se trataba para sacar aulas de donde no había y conseguir la distancia exigida entre alumnos para mantenerlos en clase y evitar la enseñanza en días alternos para los más mayores.Así las cosas, entre otros espacios se ha ocupado al más pequeña de las capillas u oratorio escolar, la destinada a los alumnos de Primaria, que ha dejado a un lado los bancos de madera y convertido el espacio en una nueva aula.La dirección del colegio concreta que se han retirado todos los elementos litúrgicos, aunque en uno de los frontales de la pared se puede ver el soporte de las estaciones de penitencia del Via Crucis. También se ha rehabilitado un salón multiusos que se utilizaba como pequeño salón de actos. Las butacas han dado paso a pupitres y cañones para reflejar imágenes en la pantalla.Otras aulas han surgido tras demoler tabiques entre despachos de profesores, que asimismo han dado lugar a nuevas aulas con los espacios de seguridad requeridos entre el alumnado.

Recreo

«Queríamos que todas las clases fueran presenciales. Desde Infantil a sexto cuso de Primaria son todas aulas estables de convivencia» o aulas burbuja, como explican desde la dirección, que a su vez se prolongan fuera de las clases lectivas también en los patios, completamente parcelados para seguir manteniendo las distancias entre los distintos grupos de alumnos incluso durante el recreo. Y también en Bachillerato y Secundaria. «Siempre hemos buscado este objetivo de la presencialidad del alumnado al cien por cien. Pensamos que siempre estamos a tiempo de irnos a casa si la pandemia lo exige, pero que mientras podamos debíamos garantizar la enseñanza en el centro educativo», abunda la dirección.

El espacio que se destinaba a la biblioteca ha quedado igualmente reducido a algunos expositores de libros y poemarios en los extremos y esquinas, mientras el resto del recinto lo ocupan más pupitres con la correspondiente distancia de seguridad.

Desde el centro admiten que no ha sido fácil, pero que solo los centros con más espacios como es el caso han podido organizarse para conseguir la mayor presencialidad del alumnado que en este caso es total.

El colegio concertado religioso La Purísima, de Torrevieja, también ha adaptado un sistema de clases presencial a diario en Secundaria y Bachillerato. Las posibilidades de espacio y de plantilla docente han propiciado que los alumnos vayan a clase todos los días, informa David Pamies.

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