La salud mental es la cenicienta del sistema sanitario y la historia de la ampliación del centro Doctor Esquerdo, la imagen que mejor ilustra un camino plagado de obstáculos. Siete años lleva construido y cerrado en Sant Joan este centro gestionado por la Diputación para tratar a los pacientes con enfermedad mental. El antiguo inmueble, creado en los años 50 en la provincia como manicomio, sigue en activo, arrastrando achaques y deficiencias. En la década de los años 80 una ley ponía fin a los manicomios y las competencias en salud mental pasaban a la Generalitat Valenciana. En la Comunidad solo hubo una excepción: Alicante, donde la Diputación siguió prestando la atención a estos pacientes ante la escasa oferta de plazas para ellos en la sanidad pública.

Pasado el tiempo y teniendo en cuenta que entre las competencias de la Diputación Provincial de Alicante no figura la atención a los pacientes con problemas de salud mental, el organismo que lideraba entonces José Joaquín Ripoll planteó en el año 2008 la necesidad de que el Consell asumiera su competencia en esta materia. El acuerdo alcanzado entre las dos administraciones implicaba que la Diputación construiría y dotaría un nuevo inmueble para los enfermos y lo cedería a la Generalitat libre de cargas. Por su parte, el Consell debía asumir a los 267 trabajadores del centro y seguir prestando la asistencia en salud mental en el nuevo inmueble.

En un cajón

La Diputación acabó las obras en 2013 y no tardó en aparecer el primer escollo, ¿qué conselleria debía asumir las competencias? Pese a que el Doctor Esquerdo es un centro enfocado a la rehabilitación social, la Conselleria de Bienestar Social no quiso asumir su gestión. Eran tiempos de crisis económica y los 16 millones que cuesta la gestión anula del servicio pesan mucho en las arcas de la maltrecha administración autonómica que no ha hecho más que poner trabas para retrasar asumir las competencias.

El expediente quedó olvidado en los cajones de la Conselleria de Bienestar Social hasta que en el año 2016 se planteó un cambio de uso para el inmueble, según recuerda el diputado del Doctor Esquerdo, Juan Bautista Roselló. «Pasa de ser un recurso social a otro sanitario, a un hospital de media estancia con dos centros de día para la recuperación de los enfermos». La pelota está desde entonces en el tejado de la Conselleria de Sanidad, que no acaba de dar el paso para asumir la gestión, como lo acaba de demostrar con la negativa a otorgar la licencia de apertura, «cuando el centro cumple con todas las exigencias, como lo ha demostrado la propia Conselleria de Sanidad, que lo ha usado durante tres meses en plena pandemia para ingresar a pacientes y así liberar camas para el covid», recuerda Roselló.

Fuentes vinculadas al centro explican que el traspaso de la plantilla no es un obstáculo fácil de vencer, teniendo en cuenta los problemas que ha habido para asumir a los trabajadores de los hospitales concertados. Un profesional que ha estado muchos años vinculado a la Diputación resume la situación en dos frases: «Hay resistencias continuas, desde el dinero que cuesta gestionarlo, al personal, que no quiere pasar a depender de la Generalitat, por miedo a perder privilegios». «Hay incluso las resistencias más tontas que te puedas imaginar, como la que ofrecen los sindicatos, ya que en un hospital no podrían tener liberados».

Hoja de ruta

En agosto, el presidente de la Diputación, Carlos Mazón; y la vicepresidenta del Consell, Mónica Oltra, cerraron la hoja de ruta para que la Generalitat asuma por fin las competencias que hasta ahora presta la Disputación, entre ellas las de salud mental del centro Doctor Esquerdo. En diciembre la Generalitat asumirá la teleasistencia le y después, aún sin fecha, el Doctor Esquerdo. Una oportunidad para romper con el agravio, que una vez más, sufre la provincia y por tanto los pacientes. «Que la Conselleria de Sanidad no disponga de plazas propias para media estancia nos perjudica mucho. No podemos tener una continuidad asistencial con los pacientes, ya que sólo disponemos de camas para el ingreso de agudos y por tanto de poco tiempo», lamenta un profesional que trabaja en un servicio de Salud Mental de un hospital de la provincia.

Cuando se abra, está previsto que el nuevo Doctor Esquerdo acoja dos hospitales de día, uno de ellos el de trastornos de la personalidad ubicado actualmente en el Hospital de Sant Joan. Así se liberaría espacio para un hospital de día de trastornos de la alimentación (anorexia y bulimia) y se rompería con otro agravio que sufre la provincia, que es la única en la Comunidad Valenciana que no cuenta con tan esencial recurso asistencial.