El miedo es libre. Así lo recalcaba el secretario autonómico de Educación, Miguel Soler, el día antes de que diera comienzo este atípico curso marcado por la pandemia. Y, por lo mismo, destacaba que su mayor precupación radicaba en que el temor de los padres vaciaran las aulas. Sus temores han empezado a hacerse realidad, como pudo constatar ayer este diario.

La situación era la misma en los tres centros consultados. La cumplida información a las familias sobre la existencia de un caso sospechoso en el aula de sus hijos, ha vaciado el aula sin que en ningún momento se hubiera indicado que dicha clase debiera estar confinada.

Así lo corrobora, por ejemplo, la directora del colegio Santa Teresa de Alicante. La sospecha de fiebre en una profesora y en una alumna de un aula de niños de cinco años, llevó a buena parte de los padres a quedarse con sus hijos en casa autoconfinados, al tiempo que informaban a sus conocidos de que estaban en cuarentena durante 15 días.

El comunicado del centro educativo indicaba que hasta que no se confirme si la maestra da positivo el aula no sería aislada por Salud Pública, pero las familias decidieron por su cuenta que sus hijos no fueran a clase. La alumna con fiebre dio negativo a la PCR, afirman desde el colegio.

Del mismo modo, en una clase de Secundaria del colegio Franciscanas de Alicante, se produjo ayer la desbandada de alumnos en cuanto se dio a conocer que la madre de un alumno estaba pendiente de la prueba PCR.

Pese a que las recomendaciones de Sanidad no contemplan el confinamiento del alumnado en las aulas de Secundaria, que deben guardar un metro y medio de distancia y llevar puesta la mascarilla, al correrse la voz sobre el interrogante de una prueba PCR cundió el pánico entre las familias, que fueron a por sus hijos al colegio. Una de estas madres se mostraba incluso molesta por el hecho de que desde el colegio no hubieran dicho que se tenía que aislar a los alumnos de esa aula.

«Lo único que podemos hacer es insistir en tranquilizar a las familias porque somos muy escrupulosos con las directrices que marca Sanidad», señalan desde los centros consultados, impotentes ante el temor incontrolado de los padres.

También en el Instituto Carrús de Elche, desde el que se dio a conocer el contagio de un alumno que solo había ido al centro dos veces la semana pasada «cumpliendo con todas las medidas de seguridad e higiene», como señalaron desde el centro, el aula de este estudiante aparece mermada de alumnado estos días.

La dirección, tras consultar a Salud Pública, descartó que hubiera que confinar el aula, pero buena parte de los padres lo han decidido así por su cuenta.

LA PROVINCIA SUMA 27 AULAS CERRADAS, LAS DOS ÚLTIMAS EN ELCHE Y ALICANTE


Desde que empezó el curso más de 500 alumnos están en cuarentena hasta la semana próxima


Los últimos centros en informar sobre alumnos o profesores contagiados que obligan a confinar aulas son el colegio Luis Vives de Elche y Santa Teresa de Alicante. Los niños de estas aulas burbuja de primer curso de Primaria y de Infantil de 5 años no volverán a clase hasta dentro de 14 días tras confirmarse el positivo de sendos contagios.

La concejala de Educación en Elche informó así mismo de otros dos grupos de alumnos confinados en la ciudad, que se suman al ala de segundo de Primaria del colegio Blasco Ibáñez informado anteriormente.

En el conjunto de la provincia y desde que comenzó el curso hay en cuarentena más de medio millar de alumnos de entre las 27 aulas de 25 centros confinadas por algún contagio.

La primera semana del curso se saldó con 80 alumnos confinados en cuatro aulas.