En apenas un lustro, cumplirá cien años. Lo que no se conoce a día de hoy es qué será cuando alcance ese siglo de vida: ¿Un hotel, un centro cultural o un edificio en imparable estado de deterioro? El antiguo cine Ideal cerró sus puertas definitivamente hace casi dos décadas y desde entonces espera uso.
En estos años, ha podido ser un supermercado, una clínica, una tienda, una sala de fiestas y, hasta en dos ocasiones, un hotel. Sin embargo, el candado sigue echado, aunque esta semana se abrió momentáneamente para mostrar su imagen actual a INFORMACIÓN.
Una propuesta hotelera, a través del grupo Baraka, ha sido la última en llegar a los dueños del inmueble. «En este tiempo, más de una decena de personas han preguntado, cuatro nos han hecho ofertas formales y dos han pedido licencia de obras [los hermanos Castillo para un local de fiesta y Baraka para el hotel]», explica Consuelo Cortés, portavoz de la sociedad propietaria del antiguo Ideal desde el año 2002, que integra a descendientes de su promotor, un rentista que en los años veinte del pasado siglo decidió levantar el edificio en la actual avenida de la Constitución. Los dueños reclaman que la administración no bloquee la iniciativa hotelera. «Sólo pedimos que nos dejen darle uso o acabará cayéndose por el desuso. Cada vez que alguien se interesa por el edificio, el Ayuntamiento se empieza a mover. Sólo entonces le importa el inmueble... Cuando les hemos hecho ofertas, han caído siempre en saco roto», lamenta la portavoz de los dueños. Muchos son los vecinos, a título particular, que apoyan la iniciativa.
La promotora que proyecta un hotel sobre el edificio aguarda a que la Concejalía de Urbanismo responda a la petición de licencia de obra, que empezó a tramitarse a finales de 2019 y que, según la empresa, ya está registrada al completo. También está a la espera de una reunión con miembros del área municipal que dirige Adrián Santos Pérez (Cs), a la que han enviado recientemente un burofax para solicitar información sobre el estado de la licencia. De no concederse el permiso, Baraka ya anunció que recurriría a los tribunales.
Mientras tanto, el edificio recibirá el 8 de octubre la visita de técnicos del Ayuntamiento y de la Conselleria de Cultura, que valorarán su estado actual de conservación y la viabilidad de su protección integral, tal y como se recoge en el Catálogo de Protecciones recientemente aprobado por amplia mayoría (sólo Vox se opuso y Unidas Podemos se abstuvo). Una declaración que podría ser un escollo insalvable para el proyecto hotelero. Con la protección parcial, los dueños estarían obligados a conservar la fachada, la volumetría, la altura... y poco más. «No queda nada más. Se ve a simple vista», argumentan.
En el recinto ya apenas quedan recuerdos de aquel cine monumental: los principales elementos (asientos, sistema de proyección...) se quitaron hace más de una década. Años más tarde, se hizo una consolidación de la fachada y de las vigas tras la aparición de grietas.
Sobre lo que fue el patio de butacas, hoy se acumula arena, trozos de farolas, una carretilla, maderas, cascos de obra, botes de pintura, tuberías, cables, vallas... Cuesta pensar que no hace tanto, más de un millar de alicantinos se reunía en el Ideal para ver los últimos estrenos. De todo aquello, quedan recuerdos y un edificio que urge tener un uso. La administración (o la justicia) decidirá que será para su centenario.
