El confinamiento extremo en las residencias de ancianos de la Comunidad Valenciana ha llegado a las Consellerias de Sanidad y la de Políticas Inclusiva. La reclamación la interpone Virginia Tovar, quien hace dos semanas denunció el caso de su madre, sin poder salir durante 14 días de la habitación de la residencia de Sant Joan donde vive al haber dado positivo una trabajadora. Ahora, interpone una reclamación previa. Pide a las consellerias que adopten medidas urgentes para que, desde los centros residenciales, «no utilicen el confinamiento estricto en dormitorios de personas mayores como parte de sus protocolos habituales ante riesgo por covid-19». Lamenta que actualmente su madre, como se temía, se encuentra «en un estado depresivo grave». En su reclamación ante las consellerias, adjunta una circular de la residencia en la que se invita a marcharse a los ancianos «en el caso de no poder tolerar el aislamiento preventivo en sus habitaciones, según marca el protocolo de Salud Pública».

Personaliza en su madre la situación en la que han vivido los ancianos. Y su objetivo es que se tomen medidas en todas las residencias de mayores para que se marquen protocolos que no incluyan confinar a los ancianos. Solicita que puedan pasear por los jardines, por turnos o por zonas delimitadas, retomar sus actividades terapéuticas y tener encuentros con sus familiares de forma segura.

«Me voy creciendo en razones porque voy aprendiendo, no me sigue el sistema, pero sé que voy por el buen camino», explica Tovar, quien asegura estar dispuesta a litigar para que se adopten medidas.

Su queja sigue el trámite judicial y también ha llegado al Síndic de Greuges, al considerar «que se están conculcando derechos fundamentales en población muy vulnerable y ninguna comisión, ni Generalitat, ni el centro, tienen potestad para aplicar unas medidas tan restrictivas y desproporcionadas que limitan la libertad de movimiento».