La ausencia de profesores en las aulas, a la espera del resultado de la PCR de sus hijos por haberse visto confinados al estar en una aula burbuja –cuando se ha confirmado el caso positivo de uno de sus compañeros– empieza a afectar a la organización del curso, porque esas faltas de docentes, como padres, dejan otras clases sin atender.

Aunque los casos todavía son incipientes, como explica el presidente de la asociación de directores de Secundaria Adies-PV, Toni González Picornell, «han empezado a preocuparnos seriamente porque en la última reunión de responsables de centros todos apuntaron algún caso». Y el curso no ha hecho más que empezar.

En tan solo cuatro días, asegura este portavoz de los directores que uno de los centros en la Comunidad se ha visto con hasta una decena de profesores en cuarentena por el motivo referido. «Cuando algo así sucede a distintos profesores de varias clases en un mismo centro, no hay instituto que lo pueda soportar», recalca.

Al tratarse de una cuarentena que viene dada por el cuidado de un familiar, ya sea un hijo que es lo que está sucediendo a profesores en la mayoría de los casos, o a una persona mayor, la Conselleria de Educación concreta que el derecho laboral de un docente es el mismo que el de otro padre y que se pueden acoger a la petición de permisos no remunerados.

Sin regular

Sin embargo, lo que plantean los directores es la organización de un plan específico por parte de Educación que de respuesta a la sustitución de estos profesores porque están haciendo falta en sus aulas.

«Al tratarse de quedarse en cuarentena por causa de un hijo sospechoso de coronavirus, los profesores no deben volver al centro hasta saber los resultados de la PCR, porque se trata de un riesgo de salud pública al convivir con el niño». Abunda Picornell que el tiempo que están tardando en reincorporarse estos docentes no baja de cuatro días en el mejor de los casos «y sin embargo no está regulado de ninguna manera. Necesitamos que esto se aborde lo antes posible y se den soluciones», insiste.

En el centro que dirige en concreto, el Instituto Pare Vitoria de Alcoy, una profesora ha permanecido en casa con su hija quien, pese a que padecía un catarro habitual, recibió la indicación de su médico de Primaria sobre la conveniencia de hacerle una PCR. «La profesora, muy a su pesar, no ha podido volver hasta que el resultado de la prueba ha sido negativo, y tampoco cuenta con una baja como para que se le pueda sustituir esos días por un interino», apunta el portavoz.

Los directores han solicitado una reunión con los responsables educativos para trasladarles una situación que saben que va a ir empeorando conforme transcurra este curso escolar, completamente sometido a la evolución de la pandemia.

«En un centro ubicado en una localidad grande, con una propagación exponencial al virus, esta circunstancia puede afectar mucho», afirma el presidente del colectivo. Y concluye que tampoco se dispone en los centros de la «pertinente dotación de material tecnológico» como para que el docente de que se trate pueda impartir la enseñanza desde su domicilio durante los días que permanecen a la espera de un diagnóstico para su hijo.

Educación apunta al trabajo online como en el confinamiento

«Las aulas virtuales no son físicas. Cualquier docente, como durante el estado de alarma, puede enviar tareas a sus alumnos desde el ordenador de su casa a través del programa Aules, o utilizar Webex para hacer videoconferencias». Es la tajante respuesta de Educación a la demanda de los directores. «Las licencias Webex en Primaria son por aula y el tutor tiene las claves o, en su caso, quien le sustituya en caso de baja. En Secundaria –concluyen–, cada uno tiene su licencia y puede crear tantas aulas virtuales como grupos tenga».