Gritos, insultos y peleas hasta altas horas de la madrugada que les impiden dormir, orines en sus puertas y piedras arrojadas contra sus ventanas. Es el panorama que dibujan vecinos del Casco Antiguo de la zona del parque de la Ereta, hartos de los grupos de jóvenes que se esconden entre la vegetación de este paraje para practicar botellón a escondidas. Macrofiestas sin mascarillas que tienen alterados a los residentes, que no dejan de llamar a la Policía, porque además temen que pueda producirse un brote en plena segunda oleada de covid-19.

Las evidencias que dejan en el parque son numerosas: restos de botellas, preservativos y las mascarillas que se quitan tiradas por el suelo entre la maleza. Los vecinos creen que estos grupos que se reúnen para beber pueden convertirse en un foco de contagio de la infección, entre ellos y para los propios vecinos. «Ya no solo es el ruido y no poder dormir. El parque de la Ereta está pegado a muchas casas del Casco Antiguo y es mucha gente la que se reúne. Desde las once y media de la noche que empiezan a llegar hasta las cinco de la madrugada, hay veces que los grupos son muy numerosos y estos chavales no tienen ningún cuidado», explican vecinos de la zona.

El Ayuntamiento afirma que se ha incrementado la vigilancia pero que enviará un refuerzo a la zona el fin de semana

Los residentes ya están hartos de una situación, la del botellón en el Casco Antiguo, que no es nueva. Lo último es que el parque de la Ereta se ha convertido en un nuevo foco, sobre todo los viernes por la noche y los sábados, «que están hasta muy tarde», y algunos días entre semana.

La paciencia de los vecinos se colmó el pasado fin de semana, y llamaron a la Policía Nacional, que les avisó que no tenían patrullas disponibles, y a la Policía Local, «que nos dice que enviarán a alguien pero luego no viene nadie», señala uno de los testigos que ve desde su ventana a los jóvenes entre la vegetación y que afirma que muchos son menores porque los ve saltando la verja del parque. No es el único ya que varios vecinos se quejan de que les tiran piedras a las ventanas o bien orinan en sus puertas o fachadas.

Basura en el parque de la Ereta Pilar Cortés

El sábado pasado no pudieron dormir hasta las cinco de la madrugada por los gritos y peleas de los jóvenes que se reunieron en el parque de la Ereta. Los vecinos también están preocupados por el acelerado deterioro de este paraje natural a causa de la suciedad que dejan estas pandillas y los actos vandálicos que, afirman, provocan en sus instalaciones.

Las asociaciones de vecinos del Casco Antiguo también han hecho públicas en numerosas ocasiones sus quejas por las pandillas de botellón por las calles del casco histórico o la propia muralla. «Es algo fuera de lo normal lo que ocurre en el parque de la Ereta, en el parking del MACA, en la plaza del Puente o en la zona de los Pozos de Garrigós, con peleas, gritos y borrachos, y la Policía no aparece. Alguna vez sí han venido pero solo para dispersarlos». Los afectados explican que también han comunicado la situación al Ayuntamiento aunque sin respuesta.

Desde la Concejalía de Seguridad indicaron ayer que se ha ampliado el dispositivo contra el botellón los fines de semana en Alicante pero que enviarán un refuerzo a la zona del parque de la Ereta para controlar a los grupos que allí acuden a beber alcohol.