P ¿Cómo ve la situación de los hospitales de la provincia?

R Los hospitales aún no están colapsados ni en el límite de su capacidad pero ya se está perdiendo lo que hemos vivido este verano, con UCIs y plantas sin enfermos covid. Cada día que pasa hay más ingresos y se incrementa el número de camas dedicadas a esta patología. Si no tomamos medidas para doblegar la curva, alcanzaremos el pico dentro de muy poquito ya que no se ha tomado ninguna acción estructural para evitar que, en el nuevo envite, el sistema sanitario se vuelva a colapsar. Se acerca un escenario complicado en el otoño, con la dificultad para el sistema de poder diferenciar el coronavirus de otras patologías e infecciones, en la época estacional en la que más se sobrecarga el sistema sanitario.

P ¿Cuándo puede llegar el nuevo pico a la provincia?

R La mayoría de expertos epidemiólogos coincide en que la oleada, o el aumento de la tendencia al alza de los contagios, se inicia con el otoño. Como está Madrid ahora, podemos prever que en el espacio de dos o tres semanas podríamos tener una situación, si no desbordada en la Comunidad Valenciana, sí complicada. Ahora mismo la incidencia acumulada es menor que en otros territorios y con base en los datos tardaría la situación en ser crítica a nivel de los hospitales. Pero en pocas semanas la Atención Primaria puede estar mucho peor de lo que está y los servicios de Urgencias recibiendo ese desborde de la Atención Primaria.

P Precisamente, ¿cómo está la Atención Primaria?

R Sobrecargada, colapsada, desbordada e incapaz de dar respuesta a las necesidades de la población y a las que marca la pandemia. En gran parte los hospitales de la Comunidad están en una situación más tranquila por el gran trabajo del nivel asistencial de Atención Primaria desde el minuto 1. Tienen una sobrecarga de trabajo muy importante porque hicimos un confinamiento y un parón en el que solo se atendía a pacientes urgentes preferentes con una televigilancia por teléfono. Cuando superamos ese parón, lógicamente la gente volvió a demandar sus controles y analíticas, y a ese trabajo se añadió la labor de detección, seguimiento y rastreo de la infección por SARS-CoV-2. Esto coincidió con que había más profesionales de permiso porque por normativa de la Conselleria de Sanidad tuvimos que tomar vacaciones de junio a septiembre, en un periodo más corto de tiempo, lo que ha supuesto un escenario con más trabajo.

P ¿Cómo está la moral del personal sanitario?

R El personal está desanimado y desalentado, y con pocas esperanzas de que la situación mejore, porque creemos que se van a repetir esas escenas tan tremendas y no tenemos confianza. No se ha aprovechado el «kit kat» del periodo de desescalada para tomar medidas que de verdad repercutan en una mejor situación para que podamos prestar nuestro servicio con mejores garantías y calidad.

P ¿Cómo se puede evitar un nuevo colapso hospitalario?

R Reforzando el sistema sanitario que tenemos. Antes de la era del covid ya necesitaba una transformación. Los profesionales estábamos deseosos de una adaptación a las nuevas necesidades, a los cambios demográficos, con el refuerzo de plantillas, porque tenemos un sistema sanitario cogido con pinzas, no es el mejor del mundo como hemos podido comprobar. Fue lo primero que se hizo mal, pensar que teníamos un sistema sanitario perfecto: es débil porque a la primera embestida se colapsó. Para no vernos en la misma situación, deberíamos reforzarlo ya para que, en el caso de no poder controlar el incremento de la incidencia y que vuelvan a llegar masivamente casos graves al sistema, los podamos asumir. Para eso no debe haber déficit de médicos, enfermeros, respiradores y camas UCI. No podemos permitirnos el lujo de la primera vez de dedicar toda nuestra atención a pacientes covid, tenemos que simultanearlo con la atención a otras patologías y enfermos.

P ¿Cómo debe hacerse?

R Tendríamos que haber mantenido dobles circuitos, ya lo dijo el Colegio de Médicos en el documento de reconstrucción que se elaboró para analizar lo sucedido tras el pico de la pandemia con nuestro punto de vista para tomar medidas y evitar que se repita lo que pasó. Con el refuerzo del sistema sanitario y el establecimiento de circuitos para atender pacientes covid y de otras patologías sin necesidad de anular quirófanos, consultas ni de derivar todos los recursos al covid-19. Ni los pacientes ni los profesionales nos podemos permitir otra vez hacer otro parón en el sistema sanitario.

P ¿Qué otras medidas deben implementarse?

R Es fundamental potenciar las áreas de Salud Pública y Atención Primaria para una rápida función de los rastreadores, y tests diagnósticos masivos con resultados rápidos. Es una oportunidad para ser sinceros, educar a los pacientes y decirle a la ciudadanía en qué estado se encuentra nuestro sistema sanitario. Los recursos son limitados, y hay abusos. Luego está toda la burocracia que quita tiempo de la atención real al paciente. Esto es una oportunidad para abordarlo y entre todos buscar las soluciones. Un sistema universal y gratuito no significa que sea a la carta. El sistema sanitario requiere también de una transformación digital. Hubiera estado bien tener desarrollada la telemedicina para hacer frente a la pandemia, porque está claro que el covid ha venido para quedarse. Hemos tenido tres o cuatro meses de audiomedicina: no le ves la cara al paciente, no sabe si el médico es el suyo, no hay garantías de confidencialidad. Si es una urgencia lo hago pero si hay otro pico epidémico, las medidas no están implementadas, no ha habido ningún desarrollo. Tememos que se vuelvan a repetir errores, aunque estamos seguros de que se corregirá el déficit de material de protección que tuvimos.

P ¿Qué se ha hecho mal para ser los primeros con nueva oleada?

R La desescalada ha sido muy rápida. No se orientó a proteger la salud de la población, como dijimos en nuestro documento. Nos olvidamos de que aquí hay covid, con el falso convencimiento de que el confinamiento fue la medida terapéutica contra la infección cuando en realidad fue una fórmula para acabar con el colapso sanitario. Se podría haber orientado a reestablecer la economía sin olvidar proteger la salud de la población. Una gestión puede ser equivocada pero tiene que tener unas consecuencias y aquí parece que todo vale.