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Presidenta del Colegio de Enfermería

Montserrat Angulo Perea: «La pandemia ha empeorado la ratio de enfermeras por paciente, que era ya demasiado baja»

La representante del colectivo admite el miedo de los profesionales de Enfermería, de por sí saturados, a una nueva sobrecarga de trabajo en la segunda oleada

Montserrat Angulo, presidenta del Colegio de Enfermería de Alicante.

La actual presidenta del Colegio Oficial de Enfermería de Alicante tomó posesión el 1 de junio. En la provincia hay 9.000 profesionales de enfermería colegiados, el 85% mujeres.

¿Cómo afrontan los profesionales de Enfermería la segunda oleada de covid-19?

Estamos un poco agobiados con la situación. Ya veníamos de atrás arrastrando una ratio (de profesionales) demasiado baja para la cantidad de pacientes que teníamos que atender y se ha visto incrementada y empeorada por la situación de pandemia. Las medidas que se tienen que adoptar donde hay enfermos covid positivos llevan un tiempo porque obligan a ponerse una indumentaria especial cada vez que se entra en una habitación, a desecharla, a hacer pruebas en la puerta de Urgencias para hacer un buen cribado ante una sintomatología sospechosa. Tomar todas esas medidas de precaución conlleva tiempo y más enfermeros y enfermeras. Desde las plantas de cuidados intensivos nos llega que está habiendo repuntes de pacientes que se ponen peor. Esto también supone un gran esfuerzo para los enfermeros que trabajan en las UCI.

¿Por qué cree que España es el primer país con una mayor incidencia en la segunda oleada?

Hay distintos factores. Uno de ellos es nuestra educación como sociedad, nuestra forma de ser, de compartir y de vivir el día a día, que nos lleva a reunirnos y nos creemos en esas situaciones en un entorno de seguridad que no es real. Creemos que ese entorno son esos dos, tres, cuatro amigos y familiares, y no nos damos cuenta de que cada uno de ellos se relaciona con otra serie de personas. Nos relajamos en las medidas pese a la conciencia de que estamos viviendo con el virus en la calle. En las medidas a nivel institucional de las administraciones tampoco ha habido demasiada unanimidad. Igual estamos dando mensajes a la población que en algunos momentos no están claros, son erróneos y tardíos. Falta educación para la salud. La población en general necesita más educación sanitaria y responsabilidad individual de lo que cada uno hace por el bien suyo y el de su entorno.

¿Por qué se han agotado las bolsas de empleo de Enfermería?

Este verano, entre los contratos que Sanidad llamó covid y los de vacaciones, la bolsa se agotó. Estamos esperando a que acaben estos contratos de tres meses para poder darle a esas personas otro tipo de contratos en el aire que no se han podido cubrir, como bajas por confinamiento, de compañeros que dan positivo en covid y otro tipo de permisos que tiene que coger el personal fijo de larga trayectoria. Esos días se van acumulando, esperando que la Administración pueda rescatar a esos enfermeros con contratos de vacaciones y les dé otros para cubrir las necesidades del personal que estuvo trabajando durante la pandemia.

¿Tiene que ver el no estar bien pagados?

Si comparamos lo que cobra una enfermera en España y en Europa hay diferencias, y también entre las distintas comunidades autónomas. La Valenciana está en la lista de las que peor pagan, y si soy enfermero o enfermera, y tengo disponibilidad de trabajar en el País Vasco, que es de las que mejor pagan, lo hago antes allí que aquí o en Andalucía, de las que peor pagan. Esas diferencias existen y están íntimamente relacionadas con la ratio enfermero-paciente. Donde mejor se paga, la ratio es mejor. Y en la mayoría de países europeos las enfermeras cobran más que nosotras por realizar el mismo número de horas semanales y las condiciones son mejores.

¿Cuál es la moral del colectivo ante la segunda oleada?

Esperamos que no sea tan dura pero tenemos un poco de miedo. Creemos que la Administración no está tomando todas las medidas que debería. Tanto en Atención Primaria como en atención hospitalaria el profesional de Enfermería es el que más en contacto está con el paciente. Tiene que llevar 15 enfermos, y de noche veinte o treinta porque está solo. Somos los especialistas en esos cuidados de primera mano y los encargados de hacer una valoración holística completa para ver cómo se le puede ayudar.

¿Cuál es la situación de los centros de salud?

Están al borde del colapso, si no colapsados. Si ya estaban saturados antes y no daban abasto, el covid está provocando que la atención sanitaria sea deficitaria y el estrés sea enorme para los que están en atención directa porque aumenta el número de pacientes y el trabajo. En una jornada laboral donde antes atendías, por ejemplo, a 20 pacientes, ahora atiendes a 15 presencialmente pero hay que hacer 20 llamadas a otros tantos, guiándote por el tono de voz y sin verles la cara, con lo importante que es para evaluar si lo que dice un enfermo se corresponde con lo que no expresa verbalmente.

¿Cómo vivió la pandemia desde su puesto de matrona en el Hospital de Sant Joan?

En nuestro hospital no hubo muchos casos de embarazadas y partos positivos en covid-19 pero alguno tuvimos. Se vivía con incertidumbre, no se sabía hasta qué punto podía interferir en el recién nacido, en el proceso de parto, y si las medidas eran suficientes para evitar contagiarnos y transmitir la infección a otras mujeres, al resto de compañeros y a nuestras familias. Al principio no nos llegaban las noticias aunque tampoco se tenía claro cómo se transmitía y si las medidas eran las correctas. No se hacían las pruebas PCR que nos hubiera gustado a todos los pacientes. Eso ha cambiado un poco y hay más facilidad ahora para hacer pruebas de diagnóstico.

¿Con qué situaciones se han encontrado?

En alguna ocasión hemos tenido alguna paciente que no nos ha dicho que ha tenido un diagnóstico de covid positivo. Se debe venir al hospital si se necesita, se tenga el diagnóstico que se tenga, pero han de decirlo porque tenemos unas medidas y un canal diferente para evitar que el contagio se propague. Otra cosa es que la Conselleria de Sanidad prohibió que las mujeres estuvieran acompañadas (en la primera oleada del covid) y se vieron en el proceso de parto solas, por el miedo a que el virus entrara en el hospital por la vía de transmisión de los acompañantes. Ese miedo hizo que se tomaran unas medidas que en todo momento dijimos que eran extremas. Está claro que había que tener un control de quien entraba pero hay situaciones como el nacer, el enfermar o el morir en que es necesaria la presencia de un acompañante por lo menos.

¿Qué ideas tiene como presidenta colegial?

Nos gustaría que se haga realidad la demanda desde hace más de 20 años del Colegio y del Consejo General de que la figura del enfermero sea una realidad en los centros escolares. En esta situación de pandemia se hace más evidente que son necesarios para crear adultos con una mayor conciencia de salud. El covid también ha hecho que nos demos cuenta de la importancia del enfermero especialista en geriatría y de la atención al crónico dependiente.

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