Más de 50 millones de euros. Es la cifra de negocio que mueve ya el teletrabajo en la provincia de Alicante, según las estimaciones de impacto que realiza el mercado inmobiliario en operaciones de directas de compra y alquiler, y en gasto inducido de consumo de los trabajadores a distancia, una fórmula laboral antes minoritaria que la pandemia ha disparado, de ahí la regulación aprobada esta semana por el Gobierno. En la provincia se esperan unos 3.000 teletrabajadores de comunidades autónomas como Madrid, País Vasco y Castilla-La Mancha y de países como Alemania, Suecia o Rusia; sobre todo de compañías tecnológicas, software y telecomunicaciones; profesionales liberales, de marketing digital; empresarios y comerciales de productos que se venden online (vinos, aceite); y administrativos que pueden trabajar en Alicante y coger el AVE o el avión para ir a las reuniones semanales en Madrid, Barcelona, Berlín o Londres.

La fórmula del teletrabajo es aplicada por cada vez más empresas y se ha disparado desde el estado de alarma. El número de personas que trabaja desde casa online ha crecido desde el 8,3% de 2019 al 30% este año, según un estudio del Banco de España. Promotores, agentes de la propiedad inmobiliaria y agencias de alquiler han visto en el teletrabajo un nuevo nicho de negocio para la venta y arrendamiento de viviendas en la provincia con el que compensar las pérdidas por el hundimiento del turismo, aprovechando el interés de profesionales de media Europa por venir a trabajar a la Costa Blanca autorizados por sus empresas. O no. También tienen conocimiento de personas que están teletrabajando junto al mar sin que sus jefes lo sepan aprovechando que la tecnología lo facilita.

Una joven teletrabaja con vistas al Castillo de Santa Bárbara, en Alicante. MANUEL R. SALA

El mercado inmobiliario se transforma para acoger a esta nueva clientela: pese a lo incipiente del fenómeno, infografías y tours virtuales por nuevas viviendas y pisos de alquiler ya muestran la adaptación de espacios multifuncionales como despachos enfocados al teletrabajo y tecnocasas: viviendas que se transforman en función de las necesidades y zonas polivalentes. Es decir, salas que sirven como área de trabajo, salón y dormitorio.

Las agencias y asociaciones de alquiler ya han echado mano de la calculadora: esperan 72.000 pernoctaciones por cada mes de trabajo, con unos ingresos directos entre estancia y gastos en consumo de casi 22 millones de euros en temporada baja, sin contar mantenimiento de empresas y puestos de trabajo. En cuanto a la venta de propiedades para teletrabajar, en torno al 5% de las escrituradas lo serán con este fin, lo que generará una inversión inmediata de unos 28 millones de euros. Otro dato que refuerza esta transformación es que Alicante se sitúa entre las cinco provincias que más reformas solicitaron en agosto, según el último informe sobre el sector en España, editado por la plataforma Habitissimo, que lo relaciona con las nuevas necesidades de teletrabajo y formación online.

Promotores y empresarios destacan el potencial de la Costa Blanca como paraíso europeo del trabajo tecnológico, y demandan el esfuerzo de la iniciativa pública y privada para garantizar modernas y amplias instalaciones de fibra óptica de muy alta velocidad.

Arturo Illán Illán, de 34 años, y global brand manager para una marca de ginebra; y Patricia Navarro Maroto, de la misma edad y técnico de nóminas en un despacho de abogados de Madrid, teletrabajan desde Torrevieja con autorización de sus empresas, que no les han puesto pega alguna siempre que lo comuniquen a sus responsables. El embarazo de ella y la probabilidad más alta de contagio del SARS-CoV-2 es la razón fundamental que les llevó a mudarse al acabar el estado de alarma. La pareja, alicantina, se trasladó a Madrid hace 4 años pero decidió regresar, al menos temporalmente, porque la tecnología les permite seguir con sus empleos al 100% además en una casa con más metros cuadrados para teletrabajar que en la capital, donde el precio de la vivienda es mucho más elevado. «Para nosotros es casi un regalo. Hemos ganado en calidad de vida y disfrutamos más de nuestro trabajo. El que esta fórmula te permita conciliar a este nivel con tu vida personal es un lujo al alcance gracias a la tecnología», afirma la pareja, cuyo bebé nacerá en febrero. Aunque opinan que la irrupción del teletrabajo en España ha sido algo forzado por la pandemia, creen que «si se consigue que se implante en la mentalidad de los empresarios puede ser un modelo de negocio muy productivo para ellos por el ahorro en locales y mobiliario. El alquiler de oficinas y su mantenimiento es carísimo, sobre todo en las grandes ciudades».

Recreación de una zona de despacho que el grupo inmobiliario TM incluye en sus infografías. Información

Calidad de vida

Ambos consideran la provincia de Alicante como una de las mejor situadas para el teletrabajo. «No es solo lo agradable de las temperaturas, es la calidad de vida que tiene objetivamente en comparación con ciudades masificadas como Madrid, con una movilidad brutal, aglomeraciones constantes y una densidad de población que está detrás de la propagación de la pandemia». Creen que la situación sanitaria replantea la morfología de las ciudades y debe aprovecharse para descentralizar Madrid, donde están todos los negocios y oportunidades laborales, y repartir el peso de la economía.

La Asociación de Promotores Inmobiliarios de la Provincia de Alicante (Provia) admite que hay una demanda real de vivienda para teletrabajar. «Es importante, tanto a nivel de extranjeros que pueden estar interesados como de mercado nacional que conoce esta zona. El teletrabajo puro puedes hacerlo en cualquier otro sitio, solo necesitas una buena fibra, pero también va asociado a al destino y tenemos que competir en esto porque otras provincias y países se están volcando y no nos podemos quedar atrás. Existe una demanda de destino muy potente. Si se le añade la posibilidad del trabajo en remoto deja de ser algo potencial para ser real», señala el secretario general de Provia, Jesualdo Ros.

Los promotores relacionan el repunte de venta de vivienda de segunda residencia que han observado en julio y agosto con el teletrabajo, sobre todo de mercado nacional. «Viene asociado con la voluntad de trasladarse aquí , con muchas preguntas sobre la disponibilidad de fibra óptica».

Pablo Serna, consejero delegado del grupo inmobiliario TM, está al tanto de este fenómeno incipiente a través de su equipo comercial. La demanda de compradores de Madrid y otros lugares de España y Europa, sobre todo de profesionales liberales que desean venir a Alicante huyendo de los confinamientos, existe. La prueba es que buscan espacios en las casas preparados para la tecnología. En respuesta a este nuevo perfil, «en lugar de cómo quedarían los dormitorios, estamos haciendo infografías con despachitos», señala Serna, que insta a autoridades y sectores económicos a «abrir los ojos»: hay clientes de este nuevo nicho de mercado, a los que se suman extranjeros que buscan vivienda para pasar la pandemia al sol «en lugar de con un palmo de nieve». Incluso en villas carísimas.

«Muchos clientes están decididos, ven productos que les gustan y no esperan, quieren llave en mano», afirma. El grupo inmobiliario tiene compradores que buscan distancia social y eligen casas amuebladas, eliminando el riesgo que supone ir a las tiendas y relacionarse con más gente. «Estamos vendiendo mucho a través del tour virtual a extranjeros, y a gente de Madrid, Albacete y País Vasco».

También los empresarios aprecian el potencial del teletrabajo. Perfecto Palacio, presidente de la Confederación Empresarial de la Comunidad Valenciana en Alicante (CEV), destaca la posición privilegiada de la Costa Blanca para atraer teletrabajadores de España, Europa e incluso del resto del mundo sin que la distancia sea un impedimento. Detrás están condiciones, «difíciles de encontrar en otro lugar de Europa», para convertirse en líder de una fórmula ligada a nuevos sectores, como el tecnológico y de software. Entre ellas, «las comunicaciones aéreas y por AVE; el razonable coste de la vivienda; las condiciones climáticas favorables y la proximidad al mar; que la provincia es un lugar fantástico para la vida familiar y que hay colegios bilingües».

Las agencias y asociaciones de alquiler también ven un nicho de negocio en las empresas de telecomunicaciones y tecnología de la información. Existe el convencimiento en el sector de que permitir el teletrabajo junto al mar puede ser un «plus al empleado» que mejore la productividad. «Conseguir en la provincia un Silicon Valley (California) europeo no es descabellado si se pusieran de acuerdo las administraciones y se lo creyeran. Las sinergias pueden ser muy grandes», afirma Miguel Ángel Sotillos, presidente de la Asociación de Empresas de Apartamentos Turísticos (Aptur). «Tenemos el mismo clima y las condiciones para que se ubiquen las empresas con un sistema de fibra de muy alta velocidad. ¿Por qué no se va a poder implementar un campus de tecnología puntera mundial? Puede ser un revulsivo económico muy importante. Si esos trabajadores están todo el año, harán vida de barrio y consumirán en hostelería y comercio». Solo un 10% de las plazas ofertadas cubiertas con teletrabajadores «sería mucha gente». La asociación ha decidido potenciar el mailing de sus productos con empresas tecnológicas.

Juan Carlos Gallego, director de Visual Home de Benidorm, apuntó que los alquileres que tenían de temporada están cambiando a todo el año y que siguen entrando llamadas, sobre todo de Madrid, en demanda de pisos, algunas por si hay más confinamientos y otras de profesionales liberales o de marketing digital para teletrabajar.

La edad media del comprador de vivienda cae a los 51 años

Entre la clientela del grupo inmobiliario TM hay muchos compradores entre 55 y 60 años, a los que le faltan bastantes años para la jubilación, y extranjeros por debajo de los 45 años, sobre todo rusos y ucranianos, «indirectamente tenemos que pensar que compran para teletrabajar desde aquí. Esa bajada de edad a los 51 años de media está relacionada con el teletrabajo», señala el promotor Pablo Serna, quien destaca la extraordinaria fibra óptica de que dispone la provincia «y eso también favorece». Esta promotora tiene wifi en sus zonas comunes (es habitual que los propietarios se lleven el portátil a la piscina); y salas de coworking.