Las enfermedades cardiovasculares son la primera causa de mortalidad en el mundo occidental. Según un estudio de la Sociedad Española de Cardiología, los fallecimientos por infarto agudo se duplicaron durante la pandemia: muchos enfermos no querían ir al hospital por el covid. Hoy se celebra el Día Mundial del Corazón.

¿Cómo afecta la pandemia a los enfermos cardiacos?

En la primera oleada la gente tenía miedo a ir al hospital, tardaba mucho en consultar a sus médicos y en activar el «código infarto», que es cuando un paciente tiene dolor en el pecho y otras sintomatologías y contacta con la red asistencial. En el código infarto el tiempo es fundamental. El infarto se debe a la obstrucción de la arteria coronaria, que hay que eliminar mediante cateterismo. En esa primera oleada hubo un 40% menos de pacientes en «código infarto», y eso tuvo unas consecuencias: parte de esa población sufriría una muerte súbita y otra parte habrá desarrollado insuficiencia cardiaca porque no se pudo frenar o disminuir el tejido muerto. Nos encontramos con muchos casos que llegaron al hospital ya muy evolucionados y poco se podía hacer para rescatar ese tejido.

¿Fue algo local o global?

Nos llamaba la atención, porque no es que hubiera menos infartos, es que no llegaban al hospital. Ocurrió a nivel mundial. Hay informes en Europa y EE UU similares al de la Sociedad Española de Cardiología. En general la actividad hemodinámica cayó en un 58%.

¿Qué más consecuencias tuvo?

Las consecuencias del covid en las enfermedades cardiacas fueron más serias de lo que debería. Los hospitales se volcaron en la atención a los pacientes de coronavirus, y muchos de los electrocardiogramas, tratamientos de arritmias y otros se pararon durante meses. Ahora tenemos unas listas de espera tremendas y estamos haciendo un esfuerzo sobrehumano para ponernos al día. Todo lo programado se tuvo que dejar de hacer, lo que ha supuesto retrasos en diagnósticos y tratamientos. Tenemos personal de refuerzo que nos está ayudando a que esto vuelva a la normalidad.

¿Hay relación causa efecto entre el covid y el infarto?

No es que el covid provoque infartos. Puede provocar obstrucciones arteriales a nivel pulmonar o sistémico, pero directamente no. La respuesta inflamatoria que provoca el virus favorece la aparición de trombosis venosa o arterial y la manifestación de tromboembolismos pulmonares. Estos fenómenos pueden causar miocarditis, es el daño cardiaco más frecuente del covid y puede ser grave. Pero no el infarto por obstrucción arterial coronaria.

¿Y las secuelas?

En la primera oleada hubo mayor mortalidad en pacientes con enfermedades como cardiopatías estructurales o hipertensión. En fase inflamatoria, se producen muchos problemas de trombos y coagulación en vasos sanguíneos, que se tratan con anticoagulantes en una fase avanzada de la enfermedad; y de miocarditis, que son inflamaciones del corazón. Algunos de los fármacos que se utilizaron en su momento para pacientes covid podían provocar arritmias cardiacas y hubo que monitorizarlos.

¿Qué teme de la nueva oleada?

En la primera tuvimos que recurrir a mensajes en las redes sociales por el miedo que tenía la gente a ir al hospital y esa situación no se podía tolerar. No solo pasó con el «código infarto», también con otras patologías neurológicas, respiratorias...Teníamos que tratar de infarto a pacientes del Hospital de Sant Joan, que se dedicó a covid, pero, en lugar de recibir a más enfermos, el número de activaciones era muy bajo. Confío en que en la segunda oleada no haya otro parón. Hemos aprendido bastante como individuos y en la provincia, aunque cada día se diagnostican nuevos casos, de momento los pacientes covid no consumen demasiados recursos. Esto puede cambiar de un día para otro pero vamos para el invierno, que suele disminuir actividades de riesgo, como el ocio, con la que se relaciona una mayoría de contagios, permitiéndonos trabajar sin obligar a un nuevo parón.

¿Hubo algún impacto positivo de la primera oleada?

Aunque ya teníamos en marcha un sistema de consultas virtuales con médicos de Atención Primaria, y un sistema de seguimiento con pacientes que llevan implantado algún dispositivo (desfibrilador, marcapasos), se ha desarrollado más la telemedicina. Dentro del programar de monitorización de pacientes para evitar las arritmias, desarrollamos un sistema para evitar que las enfermeras entraran a la habitación del enfermo covid ya que tenían que ponerse el equipo de protección individual, desinfectar los cables y el aparato, etc...Es un sistema de plaquitas donde el paciente pone dos dedos y permite hacer el electro a través del móvil sin que el médico o la enfermera estén en la habitación. Esto se sigue haciendo puntualmente a pacientes covid ingresados pero esta tecnología en la que se invirtió durante esos meses se está usando en población normal para detectar arritmias. Lo llevan en el bolsillo y queda registrado en el móvil.

¿Hay alguna relación entre estrés e infarto?

Siempre influye pero por sí solo no es razón que provoque un infarto, como sí sabemos de factores como la hipercolesterolemia, el tabaquismo o la hipertensión. Hay una enfermedad, el síndrome del corazón roto, que se ha descrito en Japón, que afecta a personas de edad avanzada, sobre todo mujeres, que pueden sufrir un infarto ligado a estrés intenso, como la pérdida de un familiar. Pero suele ser reversible porque no es que se haya obstruido una arteria coronaria.

¿Qué síntomas da el infarto?

Dolor opresivo en el pecho (como una «plancha» que lo oprime) y puede estar acompañado de sudoración, mareo, hormigueo en el brazo izquierdo, falta de aire....

¿Qué investigaciones hay en marcha sobre el corazón?

Hay muchas líneas en marcha a nivel experimental, pero que tardarán años en ver la luz. Lo principal son los avances en el tratamiento «sin necesidad de cirugía» de algunas enfermedades cardiacas. Por ejemplo implantar una prótesis valvular cardíaca con un catéter a través de una arteria de la pierna o poner marcapasos de apenas dos gramos directamente en el corazón a través de una vena de la pierna y que no lleva cables ni cirugía.

¿Le preocupa la inmovilidad de los confinamientos?

Habrá que ver sus efectos a la larga, hubo gente que hizo ejercicio en casa pero otros se abandonaron y cogieron unos kilos. Pero no duró mucho. Esperemos que no haya que volver a ello (otro confinamiento).