Los médicos están muy preocupados por la convivencia del coronavirus con otros patógenos propios de las estaciones de otoño e invierno, principalmente el de la gripe. Por este motivo, la campaña de vacunación antigripal, que se prolongará desde el lunes hasta el próximo 31 de enero, será más ambiciosa que nunca, con el objetivo de alcanzar al mayor número posible de la población, principalmente de las personas de riesgo, y de ser un ensayo general para la siguiente campaña masiva, cuando la ciencia y la medicina hayan encontrado una vacuna eficiente para plantar cara al covid-19.

El documento interno que la Conselleria de Sanidad ha distribuido entre médicos y enfermeros recoge diferentes evidencias y motivos para que el personal sanitaria hago todo lo posible para que la población sea consciente de la importancia de la campaña. Entre estas evidencias se apunta que la realización con éxito aportará experiencia fundamental de cara a la futura vacunación frente al SAR-CoV-2 cuando se encuentre disponible.

Los objetivos de cobertura de vacunación frente a la gripe en esta campaña son más elevados que en años anteriores, ya que la meta que se ha marcado la conselleria es alcanzar al 75% de las personas mayores de 65 años y de los profesionales sanitarios y al 60% de las embarazadas y las personas enfermas crónicas. Para cumplir con el propósito de vacunar a más gente ha sido preciso tanto adelantar el inicio de la campaña como prolongarla en el tiempo.

Este año la campaña empieza el 5 de octubre, prácticamente un mes antes que en 2019, ya que el pasado año no se inició hasta el 4 de noviembre. Es cierto que en 2019 se empezó dos semanas más tarde que en 2018 a consecuencia de las altas temperaturas que se registraron en toda la Comunidad Valenciana. Los objetivos de vacunación este año son mucho más ambicioso dada la emergencia sanitaria a nivel mundial, ya que en 2019 los porcentajes que se buscaban en el territorio valenciano eran del 55% para los mayores de 65 años y embarazas y del 60% de sanitarios.

La conselleria también recuerda que se desconocen las posibles consecuencias y gravedad de una coinfección del virus de la gripe y el coronavirus, por lo que es fundamental la vacunación para evitar los episodios de gripe. En cuanto a la dificultad que implica un posible diagnóstico diferencial entre la gripe estacional y la infección por coronavirus, Sanidad también considera imprescindible reducir al máximo posible la carga asistencial que requiere la gripe sobre el sistema sanitario.

Dado que el personal sanitario puede ser transmisor de la gripe y trabaja en constante contacto con personas con alto riesgo de complicaciones, la conselleria pide un compromiso de ética profesional para que su vacunación minimice la morbimortalidad de estas personas. Desde Sanidad también se recuerda que, como aspecto de seguridad y salud en el trabajo que es, mediante la vacunación el personal sanitario reduce su propio riesgo de enfermar y padecer complicaciones, evitando de esta manera bajas y absentismo laboral en un momento en el que la presencia de los sanitarios es más necesaria que nunca.

Por último, el documento recuerda que la vacunación del personal sanitario sirve de ejemplo a la población general y produce confianza en la vacuna y en el propio sistema de salud.