Nuevo tiempo, idéntica devoción. La Soledad Marinera ya comparte morada con la Santa Faz, ambas custodiadas desde ayer por las Comendadoras Agustinas, regentes del monasterio al que da nombre la reliquia. La talla, la más antigua de la Semana Santa de Alicante, cuyo origen se fija en 1710, abandonó en volandas, a hombros de diez porteadores de la tuna de Derecho, la que había sido su casa durante los últimos cuatrocientos años. Ellos se encargaron de depositarla con sumo cuidado en el vehículo que completó el traslado por carretera, protegida por una urna de metacrilato, después de escenificarse una solemne despedida oficiada por el deán de la concatedral de San Nicolás, Ramòn Egío.

En el interior de la capilla del Convento de las Monjas de la Sangre, en la capital, la talla de Juan Bautista Vera estuvo arropada por medio centenar de fieles respetando el protocolo anticovid. La mayoría eran integrantes de la Cofradía del Divino Amor, que procesiona históricamente en Miércoles Santo junto a la Santa Cruz y el Gran Poder.

La imagen abandonó finalmente el convento entre aplausos al compás del himno nacional, perfectamente engalanada por Pepe Espadero, y entre vítores de los devotos que la aguardaban en la calle. Después de asegurar la fijación al camión, la talla recorrió los ocho kilómetros que le separaban de su nueva residencia.

Allí la esperaban más de 200 personas y los costaleros de la tuna de Derecho, que volvieron a portarla, igual que han hecho desde 1984, ya sin protección, en plenitud ornamental, hasta el altar del monasterio de la Santa Faz mientras las hermanas Agustinas interpretaban una emotiva salve a capella.

La Soledad Marinera regresa con su legítima dueña, la orden de Monjas Canónigas Regulares Lateranenses de San Agustín, que, a lo largo de los últimos 400 años, ha habitado el Convento de la Preciosísima Sangre de Alicante. Hace 15 meses, la Iglesia, debido a la disolución de las Hermanas Clarisas por falta de nuevas aspirantes que desearan formar parte de esta congregación de clausura, decidió trasladar a las Comendadoras Agustinas al Monasterio de la Santa Faz para que fueran ellas quienes se encargaran de custodiar la Reliquia de Cristo recogiendo el testigo de las clarisas.

El acto ceremonial se completó con una misa oficiada por José Luis Casanova, párroco del monasterio, a la que asistió el alcalde de la ciudad, Luis Barcala, en compañía de su segunda en la corporación, Mari Carmen Sanchez, muy ligada a la cofradía del Divino Amor y a la Semana Santa.

Una representación de la Orquesta Joven de la Provincia de Alicante compuesta por 17 músicos fue la encargada de ejecutar dos de las marchas del segundo movimiento de la Sinfonía del Nuevo Mundo del compositor checo Antonín Dvorák que se escucharon durante la eucaristía. Al final de la misma, los integrantes de la tuna de la Facultad de Derecho brindaron una serenata a la virgen en la que incluyeron dos piezas propias: «Soledad» y «Alicantina».

Regreso puntual

La talla de la Virgen de la Soledad La Marinera regresará de forma puntual, cada año, al Convento de las Monjas de la Sangre para participar en la procesión del Miércoles Santo, dado que allí seguirá teniendo su sede su hermandad, refundada en 1942 como la del Divino Amor y Virgen de la Soledad La Marinera.

La Junta Mayor de la Semana Santa confía en poder establecer de forma permanente un museo que ayude a explicar a los visitantes la grandeza de la Pasión alicantina. El lugar elegido por el Ayuntamiento para hacerlo realidad es precisamente el convento que ayer abandonó finalmente la Soledad Marinera, aprovechando su excelente emplazamiento en el centro mismo del casco histórico de la capital.

La talla de Bautista Vera está vinculada al mar Mediterráneo desde hace siglos porque quienes se adentraban en él se encomendaban a ella para que les evitara caer en manos de los piratas berberiscos. En 1931, en el transcurso de una revuelta popular, la imagen fue pasto de las llamas y, de la obra original, únicamente se conservan las manos y parte del rostro. La cofradía que la venera agrupa a miembros de los colegios oficiales de Procuradores, Médicos, Farmacéuticos y Practicantes. Desde 1984, el paso de la soledad Marinera quedó vinculada a la Facultad de Derecho al otorgarse a esta licenciatura el privilegio de portar los tronos. «Dos de las devociones más importantes en el corazón de los alicantinos, la Santa Faz y la Marinera, están de nuevo juntas», celebró Alfredo Llopis, presidente de la Junta Mayor.

Así ha sido el traslado la Soledad Marinera desde el convento de las Monjas de la Sangre hasta el Monasterio de la Santa Faz

Así ha sido el traslado la Soledad Marinera desde el convento de las Monjas de la Sangre hasta el Monasterio de la Santa Faz