La buena evolución del control de la pandemia del covid en los últimos días en la Comunidad Valenciana -el nivel de contagios por cien mil habitantes es el segundo más bajo de España tras Asturias- ha devuelto la esperanza al turismo de la Costa Blanca, que se juega 2.500 millones de euros de ingresos y dos millones de turistas hasta marzo. Un sector que se prepara, no obstante, para vivir tras el puente del 9 de Octubre y de la Virgen del Pilar, la peor temporada baja de su historia con el 80% de los hoteles cerrados, a falta de saber cómo responderán los gobiernos de los países de la Unión Europea y Gran Bretaña tras el final de las restricciones en Bélgica. Las pérdidas estimadas alcanzarán los 2.500 millones de euros en los seis meses que van desde octubre a marzo, que afectarán a la facturación directa de los hoteles y toda la industria auxiliar. La prolongación de los ERTE hasta el 31 de enero ha supuesto un balón de oxígeno para empresarios y trabajadores del sector pero, viendo la que está cayendo, no deja de ser un parche porque si la cosa no se tuerce todavía más, no se esperan los primeros grupos de visitantes extranjeros hasta mayo/junio de 2021. No obstante, despejado el corredor aéreo seguro con Bélgica, la patronal y el propio Consell confían en el efecto llamada, y que a la decisión de Bélgica le sigan la del resto de estados miembros de la UE como Alemania, Países Bajos, Suecia, Irlanda, y Austria.

La clave sigue estando en el Reino Unido, que entre octubre y marzo mueve 850.000 turistas que llegan desde Manchester, Londres, Birmingham, Liverpool, Glasgow, Leeds, Edimburgo… y en menor medida de todos el país. La tasa de la Comunidad Valenciana (42 casos por cada cien mil habitantes esta última semana) es la mejor de España solo supera por Galicia (41), Canarias (50) y Baleares (57). Esta semana han vuelto, tímidamente, los primeros ingleses a Benidorm atraídos por la apertura del hotel Venus. Una cifra muy menor, ya que los británicos jubilados están acostumbrados a desplazarse en los viajes organizados por los turoperadores y Jet2.com, primer mayorista británico en la Costa Blanca, mantiene cerrado su programa aunque podría reactivarlo en cualquier momento.

El control de la pandemia mejora moderadamente, pero que como recuerda Nuria Montes, secretaria general de la patronal hotelera Hosbec, «es hora de medidas de prevención masivas como lo test rápidos. Los hoteles han demostrado que se han hecho las cosas bien. Confiamos en que el Reino Unido levante la cuarentena. Londres es una de la ciudades turísticas más visitadas del mundo y las presiones a Boris Johnson son diarias. Se debe arbitrar un sistema que permita la movilidad a las zonas con menor incidencia como se está haciendo en España».

Pasillos sanitarios seguros con urgencia, como muy tarde en enero, y test de antígenos rápidos y baratos para suplir a las cuarentenas. Estas son las iniciativas, por lo tanto, que el sector turístico provincial considera estratégicas para intentar capear la crisis del covid hasta que la vacuna sea una realidad. La pelota, no obstante, está en el tejado de los Ministerios y Sanidad y Exteriores, que son los que tienen que convencer a la Comisión Europea y Gran Bretaña de que si un alicantino, un madrileño o un vasco pueden venir a Benidorm, por qué no lo puede hacer un alemán, austriaco o británico que quiera venir a jugar al golf en la Costa Blanca. Esta es la petición unánime del sector turístico de la provincia que tras el puente del 9 de octubre y la Virgen del Pilar se prepara para vivir la peor temporada baja de su historia con el 80% de los hoteles cerrados y unos 25.000 trabajadores en el paro, en ERTE hasta enero.

Sólo los campings parecen estar un poco mejor posicionados ante la que se avecina por aquello de que en invierno sus clientes son de estancias largas y llegan en sus vehículos propios pero el drama económico está ahí. Nuria Montes, lo deja claro. «Sin la vacuna poco podemos hacer para recobrar la normalidad. Hay que convivir con el virus con test y pasillos seguros porque hemos demostrado que los hoteles lo son. Si la Comisión Europea no consigue abrirlos las compañías aéreas va n a ir a la quiebra y esto es un problema global. Claro que nos afecta a nosotros pero a España directamente pues tres cuartas partes del turismo es extranjero».

El turismo es, sin duda, la actividad más dañada por la crisis sanitaria y económica provocada por el covid. Además, nunca antes este sector ha necesitado un plan específico de reconversión, por lo que puede hacerse necesario un tratamiento específico y particularizado de un sistema de ERTE que se aparten de lo que puede ser aplicable a otros sectores de actividad con su extensión a junio 2021.

Otra medida paliativa debe ser la aplicación de la percepción salarial del 70% de la base reguladora en el sector turístico y que las empresas puedan operar de jueves a domingo o periodos vacacionales, para facilitar la apertura de centros de trabajo durante esos días a la semana. En cuanto a las medias sanitarias, el sector considera fundamental establecer criterios y umbrales comunes para determinar el riesgo epidemiológico, (incluido un sistema común de codificación por colores para identificar las zonas de riesgo). «Estas mismas reglas deben formar parte de un acuerdo estratégico con Reino Unido en esta fase final de Brexit con relaciones bilaterales de igual a igual y con una duración de al menos hasta el 31 de diciembre de 2021», asevera Montes.

Javier Jiménez, director de la Escuela de Negocios Turísticos Forst, advierte de que «se avecina un tsunami para el sector turístico. Debemos asumir que en los próximos meses el mercado a estar muy dañado por la recesión económica que se avecina. Por tanto, es necesario aprovechar este tiempo para replantearnos los distintos productos turísticos y analizar su viabilidad después de que pase la gran tormenta. No podemos esperar a que pase esta crisis y volver a sacar el mismo producto que teníamos antes. Es hora de estudiar las tendencias (digitalización, ultrapersonalización, diferenciación) y competir con otras armas más allá del precio. Es el momento de proyectar cómo va a quedar el sector y empezar a prepararnos para su recuperación. Tampoco es descartable impulsar la realización de test rápidos en los aeropuertos y en los hoteles».

David Giner, investigador del Invattur, estima que «las medidas deben ir orientadas a sostener al tejido productivo, a las empresas en general y de alojamiento en particular. Combinar los incentivos y el estímulo de la demanda nacional con refuerzo en la comunicación institucional». Para Giner, resulta obligado generar confianza en mercados emisores internacionales para estar situados a la cabeza de los potenciales destinos en cuanto la situación sanitaria permita recuperar la relación con esos países. «Debemos intentar generar un marco de confianza asociado a la seguridad mediante indicadores objetivos. Al hilo de lo anterior, sí o sí, a los corredores aéreos seguros en temporada baja e impulsar la demanda interna. Hay que intentar recuperar la normalidad, en la medida de lo posible, en lo que a la organización de eventos y congresos. El segmento MICE puede suponer una salvación para los destinos».

José Mancebo, director del Patronato Provincial de Turismo, considera que «la prioridad debe centrarse en tapar la hemorragia que están sufriendo nuestras empresas y su empleo, por lo que debemos seguir atendiendo las reivindicaciones del sector en materia fiscal, laboral o financiera. Somos conscientes de que las soluciones pasan por nuevas fórmulas diplomáticas que entiendan que nuestro mercado doméstico es Europa y el Gobierno debe entender que, aunque es complejo compatibilizar la movilidad con el virus, el turismo debe ser tratado como lo que es, un sector de sectores».

Mancebo explica que desde el punto de vista del producto, tanto las inversiones como el gasto corriente deben ir dirigidas a dinamizar actividades que promuevan el destino en clave segura durante el próximo año, apoyando, paulatinamente y si la situación sanitaria lo permite, la presencialidad en los eventos con las medidas que toquen en cada caso. «Dos son las claves. Sostenibilidad y digitalización también en clave comunicativa. Más allá de la publicidad, estamos viendo una creciente demanda para elegir localizaciones en nuestra provincia para cine, documentales, publicidad o vídeos musicales, por ejemplo. Es un nicho interesante».

Leire Bilbao, gerente de Visit Benidorm, alerta de que «los ERTE son estratégicos, la preocupación es grande en todo el sector. La situación es, sin duda, muy complicada porque se basa en la evolución de los datos sanitarios de la pandemia. Sin duda, no debe de desanimarnos, a nivel nacional a pesar de que algunos piensan que no existimos». Bilbao recordó que «esta semana acabamos las campaña de publicidad que habíamos puesto en marcha para reactivar la demanda. Y a lo largo de octubre volveremos a realizar otra campaña que se alargue durante el mes de noviembre para seguir manteniendo en el imaginario las vacaciones en Benidorm. Desgraciadamente, si la situación de la pandemia no mejora, todos los esfuerzos serán prácticamente en vano».

Turismo cercano e impulso a nuevos productos y la formación

Fernando Vera, catedrático de la Universidad de Alicante y referente en la investigación turística, sostiene que resulta fundamental continuar con la «labor de promoción en mercados de proximidad, en el ámbito nacional con ofertas de fin de semana y seguir en la línea de diversificación de la oferta e impulso a productos que contribuyan a la ocupación en temporada baja, orientados a segmentos de demanda que han crecido en los últimos años. En el caso de la Costa Blanca, se trata básicamente del turismo deportivo (con numerosas manifestaciones como náutica, golf o ciclismo, entre tantas otras), el cultural, el de naturaleza y el gastronómico. Estos productos atañen a destinos urbanos así como a los del litoral e interior». Vera subraya que también «es básico apoyar la inversión y fortalecimiento del sistema de inteligencia turística. Me parece acertada la idea del bono turístico y, por lo demás, mientras duren los ERTE sería conveniente impulsar el esfuerzo en formación. Sin olvidar que la crisis sanitaria no significa posponer esfuerzos en materia de sostenibilidad».