La evolución de la pandemia del covid-19 en el país ha frenado en seco las aspiraciones que tenían algunos colectivos de recuperar la normalidad a principios del próximo año. La Conselleria de Sanidad trasladó la pasada semana a la Unión Nacional de Entidades Festeras de Moros y Cristianos (Undef) que dada la situación actual de contagios por coronavirus, ahora no es posible retomar las celebraciones populares a corto plazo. Esto provoca que dos de estas fiestas programadas a principios de 2021 no vayan a poder celebrarse o lo tengan muy difícil y otras cinco, entre las que se encuentra la de Alcoy y que ya no conmemoraron sus eventos en este 2020 porque antes llegó la pandemia, tengan ahora en el aire reanudarlos a partir de abril del próximo año.

La federación de asociaciones se reunió el pasado miércoles con la Generalitat. En el encuentro entre la consellera de Sanidad, Ana Barceló, y la presidenta de la Undef, Pepa Prats, se abordó la reanudación de los festejos de cara a 2021. Barceló dejó claro que resultaba imposible hacerlo en plena pandemia. La Undef reconoce que el escenario se presenta complicado para el próximo invierno y que todo depende de que haya una vacuna, la cuál se espera en enero o febrero, para recuperar la normalidad festera. Prats confirma que hay tres municipios que no podrán celebrar sus festejos populares: Sax en la provincia de Alicante, Bocairent en la de Valencia y Valverde del Júcar, en Cuenca. Además, deja muy en duda que El Palamó -Alicante- pueda hacerlo también, en marzo. «Todo depende de la evolución de la pandemia y de la efectividad de la vacuna; nos hemos emplazado a otra reunión en enero para abordar la situación. Ahora mismo, estos tres pueblos tienen casi descartada la celebración de sus fiestas, y vamos a ver qué pasa en el mes de marzo», agregó Prats. Sanidad trasladó también que no pretende generar expectativas a medio plazo para que llegado el momento se tuvieran que volver a cancelar ante un empeoramiento del número de casos o rebrotes.

«Nuestras fiestas conllevan hermandad, unión y contacto inevitable, traslado de músicos de distintos lugares a otros, acogimiento de turistas que vienen a ver nuestros desfiles. Son una serie de acciones que, mientras no exista vacuna y la situación esté muy controlada, no se podrán realizar», indica Prats, quien añade, además que, «hablar y pronosticar unas fechas en estos momentos sigue siendo irreal».

La Undef ha puesto encima de la mesa la opción de unas «fiestas alternativas», pero hasta principios de año no quiere valorar esta salida y así apurar las opciones de recuperar la normalidad a partir de marzo de 2021. Una vez descartadas la celebración de los festejos de enero y febrero, y con los de marzo pendientes de un hilo, parece complicado que los municipios que disfrutan de sus fiestas en el mes de abril puedan también reanudar los Moros y Cristianos, así como sus fiestas patronales. Entre las localidades afectadas están San Vicente del Raspeig, Busot, Onil, Banyeres de Mariola y, palabras mayores, Alcoy. Nadie quiere mirar más allá de marzo, pero el escenario se presenta muy incierto, y más cuando resulta casi imposible organizar unos eventos con un mes de antelación tras más de un año paralizados.

Las cabalgatas de los Reyes Magos, las grandes olvidadas

Mientras la conselleria de Sanidad y los Moros y Cristianos abordan la reanudación de los festejos, no hay noticias sobre si se podrán celebrar las cabalgatas de los Reyes Magos en las localidades. Aunque sea una competencia municipal, la Generalitat no ha abordado aún este escenario y desconoce si dará o no permiso a los ayuntamientos para su organización.

Con la situación actual, se antoja complicado que sí haya luz verde para que su majestades de Oriente sean recibidos por miles de niños en las calles. Todo parece indicar, salvo un cambio radical de la evolución de la pandemia, que 2021 no arrancará con lluvias de caramelos, juguetes y chuches desde las carrozas reales.