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Una pasarela singular pero abandonada

El paso peatonal del Raval Roig al Postiguet tiene cristales rotos, el suelo astillado y una brecha por el impacto de un camión, cuyo arreglo tramita el Ayuntamiento

La brecha en la parte inferior del paso elevado por el impacto de un camión.

Los cristales rotos en la pasarela peatonal que une el Raval Roig y el Postiguet llevan meses rajados amenazando con desprenderse, desde antes que comenzaran las obras para eliminar el vertido de fuel en la arena que llenó el paseo de la playa de maquinaria pesada. A los vecinos les preocupa que puedan desprenderse y herir a alguien, y también el estado del suelo de tarima de madera, donde la gente tropieza porque se quiebran: reclaman una actuación como la que se hizo en la plaza del Puerto, donde el entarimado se levantó en distintos puntos para sanearlo y reponerlo.

«Si bajas a la playa por la pasarela te encuentras con el suelo deterioradísimo, con los listones levantados. Está pasando como en el Puerto, donde los tuvieron que cambiar», abundan vecinos del Raval Roig, que echan de menos «un plus de mantenimiento» en una infraestructura singular, muy utilizada por ellos mismos para ir a la playa pero también por el turismo ya que es una construcción que resulta atractiva por su forma.

Otro problema de la pasarela es la brecha que presenta en su parte inferior. Aunque a los conductores que pasan por debajo a diario les pasa desapercibida, los peatones pueden ver perfectamente desde sus proximidades las cintas pegadas y el hueco que dejó el camión de Bomberos que hace unos meses se empotró contra la pasarela. Los vecinos reclaman su reparación, que no termina de llegar, quizá porque «dicen que a la estructura no le afectó».

El Ayuntamiento informó ayer de que se está tramitando su arreglo con el seguro al ser un accidente en el que se vio implicado un camión de los Bomberos.

La pasarela voladiza del Raval Roig fue remodelada en 2011 en una intervención que costó a las arcas municipales algo más de 300.000 euros, en la que se instaló un nuevo material más ligero y resistente a la corrosión e iluminación nocturna para darle un aire más moderno. La actuación incluyó la instalación de un ascensor para acabar con los problemas de las personas mayores o con problemas de movilidad para bajar las escalinatas del Raval Roig.

Este elevador ha sufrido en el tiempo que lleva instalado diversas incidencias, incluso con personas atrapadas. Aún así, lo más numeroso han sido las averías, la más reciente el mes pasado. Después de varias semanas fuera de servicio, el ascensor de la playa estaba ayer de nuevo en funcionamiento, para alivio de las personas mayores, con carrito de bebé o de la compra, o que simplemente van a la playa llenas de bártulos. y lo utilizan a diario.

Otro problema del Raval Roig es la suciedad en las laderas del Benacantil con Virgen del Socorro, donde hay acumulaciones de basura. Los vecinos lo achacan al comportamiento incívico de las personas que los arrojan por allí.

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