Los restos orgánicos que se producen en los hogares, mercados municipales, pequeños comercios y restaurantes de Alicante, que son considerados basura, una molestia de la que hay que deshacerse de la mejor manera posible, guardan en su interior un valor oculto: la capacidad de convertirse en energía sostenible.

Más de 10.000 toneladas de residuos orgánicos producidos en Alicante son convertidos cada año en biogás, una energía verde a partir de fuentes renovables, gracias a la acción de las bacterias anaerobias (bacterias que viven en ausencia de oxígeno).

¿Cómo se convierten los residuos en energía sostenible?

La “magia” tiene lugar en la planta de biometanización del Centro de Tratamiento de Residuos (CETRA) de Fontcalent que opera UTE Alicante. Allí los residuos orgánicos se introducen en un contenedor estanco llamado biodigestor donde entran en acción las bacterias que fermentan los residuos (que ahora se denomina digestato) y se produce un biogás con un alto contenido en gas metano.

En el CETRA el año pasado se obtuvo por este procedimiento el equivalente a más de 1.100 toneladas de gas (un 22% más que el año anterior), una energía obtenida a partir de fuentes sostenibles que tiene la ventaja de ser la única energía renovable que se puede generar en cualquier momento, independientemente de las condiciones de viento o insolación, puede almacenarse sin pérdidas y usarse para generar calor, electricidad o incluso como combustible para vehículos.

¿A dónde se destina el biogás?

El biogás producido en Alicante durante 2019 se utilizó para generar, gracias a un motor de cogeneración alimentado con el biogás, 2 Mwh de electricidad que se vuelca a la red de distribución. Esta energía sería suficiente para alimentar durante todo el año a un barrio como el de San Blas.

Motores de cogeneración

Además de la obtención de energía, la biometanización tiene otras ventajas medioambientales, ya que evita la emisión de gases de efecto invernadero que se produciría si los residuos fermentarán al aire libre y evita malos olores o la proliferación de moscas y otros insectos.

Este proceso forma parte del concepto de “economía circular” que trata de aprovechar al máximo todos los recursos que ponemos en circulación en vez de utilizar otros nuevos, un mal hábito que acaba con la biodiversidad del planeta.

¿Y qué ocurre con los gases que generan los residuos depositados en vertederos?

El año pasado UTE Alicante introdujo en depósito controlado, donde se depositan el rechazo de los residuos que llegan al CETRA, los residuos que no se han podido recuperar por triaje mecánico y/o manual o aprovechar en el biodigestor, un sistema de desgasificación que recoge el biogás que se generan en la última celda y evita así la emisión a la atmósfera de gases de efecto invernadero, los malos olores y consigue recuperar parte del biogás que se produce de forma natural. Esta nueva desgasificación en la última celda se une a la existente en las celdas anteriores.

Pozo de extración de biogás en el depósito controlado

Al proceso de usar los residuos para producir energía se le llama valorización, que no es más que obtener energía de los desechos de nuestra ciudad que no se pueden separar y no son reciclables.

Alicante es una ciudad que consigue reciclar una gran cantidad de residuos que son reutilizados en forma de nuevas materias primas gracias a la colaboración de los ciudadanos y al trabajo de los servicios de limpieza y recogida y tratamiento de residuos.

Biodigestor del Centro de Tratamiento de Residuos de Alicante.

Centro de Tratamiento de Residuos en Alicante

Partida Fontcalent, s/n, 03113 Alicante