Unas cuarenta multas ha tramitado ya la Concejalía de Seguridad del Ayuntamiento de Alicante del centenar de sanciones propuestas en los dos últimos meses por fiestas de carácter privado, que se han incrementado tras el cierre del ocio nocturno a mediados del pasado mes de agosto. «La Policía Local acude a las viviendas a instancia de los vecinos porque el derecho al descanso en indiscutible. La mayoría de las sanciones se imponen entre las 2 y las 4 de la madrugada», explica el concejal de Seguridad, el popular José Ramón González, quien concreta que las multas se tramitan por el ruido generado y no por la «concentración» de personas en un piso, ya que no existe una normativa que prohíba las reuniones, al estar en vigor únicamente una «recomendación» de la Generalitat dentro de las medidas decretadas para intentar frenar el aumento de casos de coronavirus.

Las multas se imponen a los propietarios de las viviendas o, en su caso, al arrendatario. ¿El importe? 750 euros en primera instancia, según explican desde la Concejalía de Seguridad, donde hace unas semanas anunciaron un refuerzo para luchar contra los botellones y las fiestas privadas, que se han multiplicado en las últimas semanas tras la decisión de la Conselleria de Sanidad de cerrar el ocio nocturno y limitar el horario de apertura de la hostelería hasta la 1 de la madrugada. Las multas de 750 euros, de carácter leve, pueden alcanzar los 3.000 euros si el dueño es reincidente.

Según fuentes municipales, la mayoría de multas se imponen a personas que están entre los 25 y los 40 años. Hombres y mujeres, indistintamente. ¿La ubicación? Por toda la ciudad, desde las céntricas Maisonnave, Pintor Cabrera, Castaños o Ramón y Cajal, a viviendas en calles de barrios como Carolinas, Playa de San Juan, Benalúa, Benisaudet, Altozano, Virgen del Remedio, entre otros. ¿Las mascarillas? Poco vistas en esas fiestas privadas, en las que es más que habitual encontrar la música puesta y gente bebiendo alcohol.

Ordenanza municipal

Los agentes de la Policía Local suelen acudir por llamadas de vecinos que no pueden descansar por la noche debido al ruido y, también, preocupados por la posible propagación de casos de covid al juntarse grupos numerosos en recintos cerrados. «Las sanciones se imponen en base a la Ordenanza municipal sobre Protección contra Ruidos y Vibraciones», añaden desde la Concejalía de Seguridad de Alicante. En concreto, los agentes están aplicando el artículo 21: «Se prohibe cualquiera actividad perturbadora del descanso ajeno en el interior de las viviendas, en especial desde las 22:00 horas hasta las 8:00 horas, como fiestas, juegos, arrastre de muebles y enseres, reparaciones materiales o mecánicas de carácter doméstico».

El repunte de casos positivos en la capital alicantina, que se produjo a mediados del pasado mes cuando se alcanzó una incidencia acumulada de 175 (casos por cada 100.000 habitantes), forzó al Ayuntamiento de Alicante a reforzar la vigilancia en fiestas y botellones. Al respecto, la Concejalía de Seguridad anunció una ampliación del dispositivo de seguridad. El pasado fin de semana, la Policía recibió casi medio centenar de llamadas de vecinos por ruidos derivados de fiestas privadas, donde grupos de personas estaban perturbando el silencio nocturno. Esta actividad se ha incrementado, según fuentes policiales, desde que a mediados de agosto se decretó el cierre del ocio nocturno, que impide la apertura de los locales a pubs y discotecas. En este tiempo, se han abierto un centenar de expedientes sancionadores, de los que unos cuarenta ya han sido tramitados.