Los pacientes que se han sometido a una prueba PCR para diagnosticar el coronavirus saben que no es precisamente una prueba agradable. Un ensayo liderado por los hospitales de Sant Joan y el General de Elche puede cambiar el actual sistema de recogida de muestras y que consiste, básicamente, en introducir un bastoncillo -un hisopo- hasta lo más profundo de la nariz -la zona nasofaríngea- para recoger muestras que después son analizadas en busca de material genético del virus. El estudio que están llevando a cabo la unidad de Enfermedades Infecciosas del Hospital General de Elche y el servicio de Microbiología del Hospital de Sant Joan trata de comprobar si las muestras obtenidas de la fosa nasal, una zona mucho menos profunda que la nasofaríngea, y de la saliva son igual de válidas para diagnosticar el coronavirus.

De confirmarse esta hipótesis, la prueba no sólo sería mucho más cómoda para los enfermos, también supondría liberar recursos sanitarios, tan sobrecargados estos meses. «Para poder hacer una toma de muestras para una PCR actualmente se necesita personal de Enfermería especialmente entrenado para ello, puesto que no es una técnica sencilla y se pueden llegar a provocar perforaciones al introducir el hisopo», señala Victoria Ortiz de la Tabla, responsable del servicio de Microbiología del Hospital de Sant Joan. Si las muestras de la saliva y la fosa nasal son igual de válidas, «incluso podríamos plantearnos que sea el paciente el que se las tome a sí mismo con un pequeño kit que se le entregaría en el centro de salud». Los dos hospitales están recogiendo estos días muestras de las dos formas a los pacientes a los que se cita para una PCR para procesarlas y comprobar si el diagnóstico es el mismo. Ortiz de la Tabla confía en tener dentro de un par de semanas un volumen considerable de personas para poder sacar conclusiones. Este estudio también se ha hecho extensivo a los test de antígenos que en los próximos días llegarán a los centros de salud de la Comunidad Valenciana y para los que de momento también es necesario obtener muestras de la zona nasofaríngea.

Por otro lado, el Hospital de Sant Joan ha incorporado en las últimas semanas dos nuevas máquinas para procesar las PCR que llegan de los centros de salud. «Con estos nuevos recursos hemos pasado de procesar 40 PCR diarias a 400», señala Ortiz de la Tabla. De esta forma, el departamento ha conseguido ser autosuficiente y bajar el tiempo que se tardaba en obtener el resultado de una PCR. Ahora está entre 24 y 48 horas. El aumento de plantilla también les está permitiendo trabajar todos los días hasta las 22 horas «y estamos formando más personal para estar operativos las 24 horas».

La responsable del servicio de Microbiología sostiene que el esfuerzo de estos meses para conseguir material ha sido titánico. «Todo nos llegaba con cuentagotas en un mercado en el que todo el mundo buscaba los mismos productos. Nos faltaban reactivos, pipetas… ha sido muy angustioso negociar con las casas comerciales, porque nadie garantizaba los plazos de entrega o de repente te reducían los pedidos».