Hace poco más de un año, el Jardín Botánico de Alicante estuvo a punto de convertirse en el escenario de gala de la firma del «Acuerdo de Alicante», que supuso la continuidad de la izquierda al frente de la Generalitat Valenciana tras los primeros cuatro años de mandato. Su nombre -Jardín Botànico- hizo que los socios del Botànic valorasen desde València que el parque era un lugar ideal para un evento que reunió, entre otros, a los líderes del PSPV, Ximo Puig; de Compromís, Mónica Oltra, y Unidas Podemos, Rubén Martínez Dalmau. Sin embargo, el interés no se acabó por fraguar. Al final, se realizó en el emblemático Castillo de Santa Bárbara. Desde Alicante, les quitaron la idea de la cabeza. Bastaba conocer el estado del parque para abortar la operación donde la imagen era clave para el Ejecutivo autonómico.

El banco, roto en multitud de tramos, ejerce como centro neurálgico del parque. manuel r. SALA

Y es que el Jardín Botánico, situado entre la avenida de Aguilera y la calle Deportista Manuel Suárez, en el barrio de Francisco Albert, tiene nombre de Botánico pero apariencia de cualquier otra cosa. De hecho, la imagen de uno de sus extremos, donde se encuentra el banco de hormigón que se prolonga durante decenas de metros, parece extraída de alguna ciudad afectada por un conflicto bélico. Falta el respaldo de buena parte de la estructura y los hierros están a la vista, lo que supone un peligro diario para los niños del barrio que juegan en el parque y también para los mayores que suelen aprovechar la zona al aire libre para sociabilizar con otras personas. Eso donde se pueden sentar. No todo es «accesible».

Pero el banco no es el único problema que evidencia el llamado Jardín Botánico. El escenario de hormigón situado en una zona contigua también ofrece una imagen de absoluta desidia, repleto de pintadas como otras partes del parque, mientras que hay unas vallas que llevan meses rodeando una zona verde. Habituales del parque recuerdan que a principios de año ya estaban colocadas.

Los vecinos lamentan que la reforma del parque fue una promesa política caída en el olvido. «Antes de las elecciones, todo eran promesas, pero ahora no sabemos nada de un posible arreglo de un parque muy frecuentado por personas mayores y jóvenes. Está absolutamente abandonado», señala José Francisco Barreto, presidente de la asociación de vecinos del barrio Francisco Albert.

Las vallas en torno a un árbol llevan meses colocadas. manuel r. SALA

Desde el gobierno municipal, el concejal José Ramón González asegura que se «está redactando un proyecto» de reforma del parque y que la intención es «incluir el proyecto en el Presupuesto del próximo año».

Desde el PSOE, por su parte, critican la falta de atención que dedica el bipartito a los parques. «Desde que gobierna el PP, los parques son un trámite, no una prioridad sobre el principal espacio de convivencia de la mayoría de ciudadanos, que están viendo agotada su paciencia», apunta el portavoz socialista, Francesc Sanguino.