La Conselleria de Sanidad ha decidido coger el toro por los cuernos y plantea medidas alternativas en los centros de salud para tratar de reducir a un máximo de cinco días la demora en tener una cita con el médico de cabecera. En estos momentos, la demora es de hasta 18 días para obtener una cita telefónica.

La acumulación de tareas que ha recaído sobre los médicos de Atención Primaria desde que acabó el estado de alarma, debido a que Sanidad centró en ellos el seguimiento de los contactos de los contagiados por coronavirus ha ido retrasando las consultas ordinarias hasta cerca de los veinte días, ya que la prioridad es atender los casos de covid.

Esta demora en la atención ordinaria casi multiplica por cuatro el máximo de tiempo, cinco días, que ha estipulado la conselleria entre las mejoras incluidas en el plan de choque que esta semana ha obtenido la luz verde con el respaldo de los sindicatos CC OO, SATSE, UGT e Intersindical. En concreto, Sanidad estipula que «la demora prospectiva puntual que exceda de 5 días» será considerada como una «sobrecarga de trabajo coyuntural». A partir de ahí, el responsable de Atención Primaria en el departamento de salud que corresponda podrá solicitar los refuerzos necesarios para reconducir la demora detectada.

Refuerzos

Para bajar la preocupante espera que ahora hay para una cita con el médico de Familia Sanidad contempla una atención extra –siempre a partir de un refuerzo de médicos voluntarios– pero centrada «exclusivamente» para los casos «no complejos» o bien para consultas «por motivos agudos». La intención de los responsables sanitarios radica en que las consultas ordinarias primen en cualquier caso la atención a los pacientes «crónicos complejos», para que los que pasen a exceder la atención en más de cinco días sean los demás, exceptuando los casos urgentes que han de atenderse en el día. Se entiende que de esta manera se acompaña a quienes padecen patologías crónicas y «se preserva la longitudinalidad de la atención y de la relación profesional-paciente», con el médico habitual.

Los pacientes que se vean derivados a la atención a cargo de profesionales de refuerzo voluntarios, por exceder esos cinco días estipulados, podrán ser atendidos por médicos diferentes al que corresponde al paciente en su centro de salud. Incluso, los profesionales pueden proceder de otros departamentos de salud.

Los profesionales de refuerzo en ningún caso atenderán los avisos domiciliarios, según el plan de sanidad. Se circunscribirán a atender consultas «presenciales o telefónicas». Los avisos domiciliarios tendrán que ser atendidos ineludiblemente «durante la jornada ordinaria por los miembros del equipo del mismo centro de salud».

Las medidas que prevé la conselleria dejan en manos de los responsables de Atención Primaria en cada departamento de salud la puesta en marcha de los refuerzos extra, bajo la premisa de actuar donde sea exclusivamente necesario y no de forma generalizada.

De hecho, hay centros de salud en la ciudad de Alicante, por ejemplo, donde la petición de cita está demorada hasta la última semana de este mes de octubre para una atención telefónica considerada de primer orden, y eso a pesar de que los turnos de vacaciones ya han concluido y los profesionales médicos han vuelto a sus puestos en la práctica generalidad de las consultas, como publicó este diario en su edición de ayer.

Esta situación ha llevado al sindicato sanitario de CC OO a convocar paros en los centros de salud el martes día 13, próximo día laboral tras el festivo del lunes. Pese a firmar el plan de choque, este sindicato reclama más medidas que palien el actual colapso que sufren los centros de salud.

UN PROBLEMA AGRAVADO POR EL ENVEJECIMIENTO DE LA POBLACIÓN


Sanidad solo se plantea reforzar los centros de salud con una atención extra, mediante refuerzos voluntarios, los tres meses que quedan para que acabe el año. Sin embargo, en el documento donde desarrolla su plan de choque frente a la sobrecarga del sistema, firmado por la propia consellera, Ana Barceló, admite la puesta en marcha de estas medidas porque el incremento de población exige de una atención sanitaria. El aumento de habitantes en la provincia supera los 300.000 habitantes y a este dato se suma la proporción de la población flotante que en realidad permanece de forma estable durante largos periodos de tiempo. Tampoco hay que perder de vista un envejecimiento progresivo de la población que ya arroja un 20% del total de habitantes con más de 64 años. Son datos que apuntan los responsables sanitarios para abundar en la cada vez mayor frecuencia de visitas al médico por causa de enfermedades crónicas, que concentran hasta el 80% de las consultas en Atención Primaria. Y son las razones que les ha llevado a establecer «un programa específico para contener el exceso de carga asistencial donde se produzca y cuando sea necesario».