Es uno de los tratamientos más prometedores para los enfermos graves de coronavirus. Diez hospitales públicos y clínicas privadas de la provincia utilizan ya plasma de pacientes recuperados de covid para tratar a otros enfermos. El tratamiento consiste en administrar, a través de una transfusión de plasma, anticuerpos de un paciente que ya ha pasado la enfermedad a otro que no es capaz de generarlos o que todavía no lo ha hecho para que pueda luchar contra el virus.

El Hospital de Sant Joan fue, en el mes de junio, el primer centro de la provincia en implantar este tratamiento dentro de un ensayo clínico que busca corroborar la eficacia del plasma en 200 enfermos. El inicio de este estudio coincidió con el descenso de pacientes graves ingresados. Ha sido ahora, con el aumento de hospitalizaciones de la segunda ola, cuando más centros sanitarios se han ido incorporando el tratamiento. Los centros que ahora mismo lo aplican son los hospitales de Sant Joan, General de Alicante, Marina Baixa, Elda, Alcoy, Orihuela, Dénia y Torrevieja. También hay dos clínicas privadas de la provincia que están tratando a sus enfermos con plasma hiperinmune. En total ya han sido tratados 80 enfermos. «Estamos muy cerca ya de cumplir el objetivo de tratar a un centenar de enfermos para poder hacer los primeros análisis», señala Francisco Jover, responsable de la Unidad de Enfermedades Infecciosas del Hospital de Sant Joan y responsable del estudio. Pese a no disponer de resultados concluyentes, las percepciones son buenas y los primeros cinco pacientes a los que se administró el tratamiento en el mes de junio mejoraron.

Las muestras de plasma se conservan a menos de 25 grados para ser usadas en los hospitales. Pilar Cortés

El estudio incluye a un centenar de enfermos inmunodeprimidos, por ejemplo con enfermedades como VIH o cáncer, y otro centenar de enfermos con sus sistema inmune sin alterar. A todos se les hace un seguimiento durante un mes para ver la evolución. En dos semanas se podrían tener ya resultados sobre la eficacia. De momento, señala Jover, «tenemos impresiones positivas, sobre todo a nivel de seguridad, ya que no se han comunicado efectos adversos del tratamiento». En cuanto a eficacia «da la impresión de que algunos enfermos responden claramente, aunque todavía es pronto para sacar conclusiones».

En otros centros sanitarios españoles ya se han presentado estudios que son prometedores. Los resultados preliminares de un ensayo promovido y coordinado por el Hospital Universitario Puerta de Hierro Majadahonda, en Madrid, apuntan a que el plasma hiperinmune podría ser superior al estándar de tratamiento para evitar la progresión a ventilación mecánica, necesidad de UCI o la muerte en pacientes hospitalizados con covid.

El plasma de los pacientes curados se recoge y procesa en el Centro de Transfusión de la provincia. Cada enfermo puede donar varias veces, mientras mantiene un nivel de anticuerpos suficiente. A cada donante se le hace previamente en el hospital una PCR para comprobar que ya no es portador del virus y una vez acude al Centro de Transfusión se le realizan las pruebas para determinar la cantidad de anticuerpos que ha generado una vez han superado el covid. Al margen de estas pruebas, cada paciente pasa por los habituales controles como donante, para descartar que pueda tener otras enfermedades infecciosas, como la hepatitis o el VIH. El paciente debe permanecer cerca de 35-40 minutos conectado a una máquina que extrae la sangre y la vuelve a inyectar una vez que ha separado el plasma, o parte líquida de la misma. El plasma queda almacenado a -25 grados en el Centro de Transfusión.