Es la primera mujer que preside una sala del Supremo en sus 200 años de historia, ¿cómo es posible que se haya tardado tanto?

Las razones son variadas y no tan extrañas a lo que sucede en el resto de la sociedad, donde tampoco hay muchas mujeres que hayan llegado hace mucho tiempo a puestos importantes en las grandes compañías. La llegada de mujeres a puestos importantes en política ha sido más rápida, pero en otros ámbitos de la sociedad ha tardado en llegar. Tuvo que aparecer la Ley de Igualdad en 2007 para imponer que en los consejos de administración hubiera representación paritaria. Por otro lado, hay que tener en cuenta que para llegar al Tribunal Supremo hace falta llevar unos años en la carrera judicial y, aunque hoy día las mujeres somos un 53%, el acceso no ha sido tan reciente.

Ahora que las mujeres ya son mayoría en la carrera judicial, ¿para cuándo una presidenta del Supremo?

Lo veremos. Ahora está pendiente de nombrar el nuevo presidente o presidenta, a lo mejor es la ocasión. Podría llegar ya.

Ha participado en un congreso organizado por la Universidad de Alicante para hablar sobre el impacto del covid en la rama social del Derecho, ¿cómo va a ser ese impacto?

El impacto está siendo extenso e intenso. No podemos perder de vista que siempre que hay una situación de crisis tiene un reflejo inmediato en el mundo laboral. Se producen situaciones de suspensiones de contratos, de despidos modificaciones de condiciones, de petición de acceso a prestaciones sociales y de desempleo, etcétera. La persona trabajadora sufre directamente las consecuencias de una crisis económica. Su forma más cruda es el despido, en la que se pierden no sólo los ingresos de sustento sino el lugar en la sociedad. Todo ello genera un gran número de pleitos, una litigiosidad muy elevada y los tribunales somos los mismos, de manera que para responder a esta demanda tarda un tiempo que crea mucha frustración en la persona que está esperando una sentencia que le resuelva su situación laboral.

El covid también ha impacto en la forma de trabajo. El Gobierno acaba de regular el teletrabajo, ¿prevé mucha litigiosidad en este sentido?

Acaba de aparecer la norma y todavía no sabemos qué problemas va a generar, aunque algunos ya podemos intuirlos. Las empresas han acudido de forma importante al teletrabajo, que resuelve muchos problemas tanto para el trabajador como para la empresa. La tensión entre los derechos de ambos es donde pueden surgir los conflictos. También está la cuestión de la prevención de riesgos laborales. Las condiciones en una casa pueden ser o no las idóneas en seguridad y salubridad. Tampoco es fácil controlar el teletrabajo. Y la cuestión de la reversibilidad, si la empresa decide que se acuda al lugar de trabajo o lo decide el trabajador, habrá que ver hasta qué punto se dan intereses contrapuestos.

La pandemia ha traído una crisis cuyo alcance real en el terreno laboral todavía no se ha visto. También puede dar lugar a la pérdida de derechos de trabajadores. Precisamente el Supremo dictó la famosa sentencia de los «riders» que estaban en el limbo del autónomo, ¿cómo ve la situación en el futuro?

Los que nos dedicamos al Derecho del Trabajo empezamos a percibir que la sociedad se ha transformado y las formas de trabajar también. Por eso desde muchos ámbitos se está pidiendo la reforma del Derecho Laboral que contemple la nueva realidad. No que pierdan derechos los trabajadores, sino que ante estas nuevas formas de trabajar hay que pensar en una regulación distinta a la de ahora, que no se adapta bien a estas nuevas fórmulas.

El Gobierno va a obligar a las empresas a tener un registro de los sueldos de hombres y mujeres, ¿lo considera un avance?

Creo que todo instrumento legislativo que trate de corregir las desigualdades entre hombres y mujeres es positivo, lo que hay que ver es la efectividad del instrumento. La igualdad formal ya la tenemos en la Constitución, pero llevarla a la práctica es más difícil. Hasta que la sociedad no cambie y no esté convencida de que tiene que existir la igualdad no va a ser fácil conseguirlo. Todos los instrumentos normativos ayudan y limitan más las posibilidades de no aplicar el principio de igualdad, pero creo que el salto lo tiene que dar la sociedad para construir una sociedad más justa.

La Justicia ya es lenta y los juzgados están sobrecargados, ¿se van a atascar mucho más con la pandemia?, ¿qué se debería hacer para agilizar los procesos?

Lo primero es ver la dimensión real del problema, que no se ha percibido en toda su amplitud. Será el 31 de enero cuando finalicen los ERTEs cuando veamos qué ocurre con esas empresas que tienen suspendidos los contratos de trabajo, si continuan su actividad o el ERTE ha sido la antesala del ERE. A partir de ahí existe un plan de choque mediante unas normas procesales más ágiles que permitan que la respuesta sea más rápida. Pero nos tenemos que concienciar todos de que no todo se arregla en los tribunales. Hay otros métodos como la mediación a la que raras veces se acude porque no hay tradición. Un tribunal tarda un año o año y medio en dictar sentencia y otros métodos de solución de conflictos pueden ser muy efectivos.

Entonces en los juzgados de Lo Social deben esperar una avalancha de casos.

Las previsiones no son halagüeñas. Hay que intentar, cuando sea posible, que las cuestiones se solventen por otras vías como acuerdos colectivos en los que intervengan los sindicatos y los representantes de las empresas en lugar de acudir cada trabajador individualmente al juzgado.

Últimamente hemos asistido a varias polémicas entre el poder judicial y el ejecutivo, ¿qué opina de la reforma que plantean el PSOE y Podemos para la renovación del CGPJ .

De las cuestiones que no sean estrictamente jurídicas prefiero no opinar.

Hemos escuchado al vicepresidente Iglesias muy seguro de que el Supremo no le va a imputar por el caso Dina.

Las opiniones son muy libres.

Una vida dedicada al Derecho Laboral

La vallisoletana María Luisa Segoviano es magistrada del Tribunal Supremo desde el año 2006. Ha hecho historia al ser la primera mujer en presidir una sala del alto tribunal, la Cuarta, de Lo Social. Segoviano es secretaria de Magistratura de Trabajo por oposición e ingresó como magistrada en la carrera judicial por el turno reservado a juristas de reconocida competencia en el año 1987.