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Música y Arte al aire libre en Alicante frente al covid

El IES Virgen del Remedio saca al exterior caballetes e instrumentos para poder impartir todas las clases

Estudiantes de ESO en clase de Música bajo la pinada y alumnos de Bachillerato en clase de Dibujo.

En el jardín, debajo de los pinos, en las pistas o bajo el soportal. Cualquier espacio al exterior resulta este curso especialmente adecuado para impartir clases y conseguir que ninguna de las enseñanzas se queden relegadas por culpa de la pandemia. Así se lo plantearon en el Instituto Virgen del Remedio hasta conseguir que todas las clases sean presenciales en un curso tan complicado en cuestión de espacios.

«Xilófonos, baquetas, y en general instrumentos de percusión que al ser de madera no se pueden desinfectar, debían quedar restringidos este curso, así que nos limitamos a la flauta dulce al aire libre y a la percusión corporal: palmas, chasquidos y todo tipo de combinaciones». La profesora de Música en Secundaria y Bachillerato, Esther Riera, explica cómo el alumnado trabaja de forma individual el instrumento, aunque formando pequeños grupos bajo la premisa de no compartirlo ni pasarlo de mano en mano. Cada uno con su flauta.

«El nivel ha bajado por culpa del confinamiento el último trimestre del curso, así que estos días estamos remontando», añade Riera entre sus alumnos, repartidos por todo el jardín con sus instrumentos.

Música y Arte al aire libre frente al covid

La naturaleza acompaña en este ejercicio y los alumnos confiesan que están más a gusto fuera, que se les da mejor que dentro del aula. Con estos estudiantes de cuarto de Secundaria se alternan los que han elegido el Bachillerato Artístico y sacan también a los soportales del centro educativo sus caballetes bajo la dirección de la profesora Aurora Ayela.

Haber logrado sumar otra aula para esta opción de Bachillerato ha llevado al centro a doblar una de las clases y llevar al exterior la práctica. Ayela explica cómo se las arreglan. La enseñanza más teórica se imparte dentro pero se divide al alumnado para sacar al exterior el proceso de creación.

El centro ha sumado este curso otra aula de Bachillerato Artístico y la dobla alternando clases bajo el soportal

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Aunque el trabajo de bodegón, que es el que toca impartir ahora, rige un modelo que se realiza en interiores, el coronavirus ha obligado este curso a llevar las plantillas afuera de forma habitual. «Si llueve o hace mucho frío ya nos arreglaremos. Va a ser un problema, pero cambiaremos la práctica», añade la profesora, que ya está pensando que para esos días se primará el trabajo con carboncillo y lápiz.

Y en cuanto acaben con la práctica del bodegón «se trabajará con algo más personal y seguiremos saliendo afuera», añade Ayela.

Álvaro Alemany, entre los alumnos, admite que respetar las medidas de seguridad por el covid lo hace todo «un poco diferente», pero que a la hora de dibujar está muy a gusto afuera «porque el aforo del aula es limitado». Descarta de plano el acerbo popular de que el Arte no da de comer. «En el mundo del Arte hay muchas salidas. Todo lo que nos rodea es diseño propio, desde una silla al transporte, incluso el lápiz, todo tiene detrás un trabajo artístico y yo intento hacerme un hueco» apunta a sus 17 años.

También Laura Martín Pérez lo tiene claro, hasta el punto de que quiere estudiar Bellas Artes o Diseño. «Estar fuera es mejor, da buen rollo», resume.

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