La noticia de que la Generalitat Valenciana está estudiando decretar un toque de queda corrió ayer como la pólvora por los ayuntamientos de la provincia, provocando diferentes reacciones. El alcalde de Alicante, el popular Luis Barcala, exige «información exacta» sobre la situación actual de la Comunidad y, en concreto, de la ciudad de Alicante. Barcala no entiende la contradicción entre los mensajes de los últimos días desde el Consell. «Estamos viviendo una situación desconcertante. Mientras por un lado se nos traslada que la Comunidad está en unas condiciones muchísimo mejores que la mayoría del territorio nacional, por otro lado el mismo Consell traslada la posibilidad de pedir un toque de queda o estado de alarma. Resulta contradictorio y está generado incertidumbre y alarma en todos los sectores», señala.

Para el alcalde resulta «imprescindible» disponer de «una información exacta de la situación de la ciudad de Alicante y de toda la Comunidad y de por qué se están barajando esas medidas, planteando restricciones a derechos como el de la movilidad». «Queremos saber qué está pasando y no se nos dice», lamenta Barcala. Con todo, asegura que el Ayuntamiento «cumplirá con las medidas que se adopten desde la autoridad sanitaria».

Otra de las voces críticas con la medida es la del alcalde de Torrevieja, Eduardo Dolón. «El Ayuntamiento no está de acuerdo con que se pida un toque de queda para todo el territorio de la Comunidad. En estos momentos en la ciudad la incidencia de casos acumulados es baja». El primer edil indicó que un toque de queda tendría una especial incidencia para un municipio que centra su actividad en la hostelería y el turismo.

Por su parte, el alcalde de Benidorm, Toni Pérez, ha reclamado que cualquier tipo de restricción que el Consell decida poner en marcha se implante de manera homogénea en todo el territorio de la Comunidad, para «no repetir errores ni trasladar el problema de unos territorios a otros».

En las dos localidades que ya tienen medidas restrictivas por el covid, apoyo a la medida. El alcalde de Elche, Carlos González, manifestó que «cualquier instrumento jurídico que se considere útil para frenar la pandemia tendrá nuestro apoyo, y trabajaremos para que se implemente».

En Orihuela, Emilio Bascuñana, afirma entender «que es una situación complicada» y ante una petición como la del toque de queda «como Ayuntamiento tenemos que respetar la decisión que se tome e intentar evitar esta situación de la mejor manera que se pueda, pero molestando lo menos posible a los sectores productivos y a la ciudadanía». Bascuñana ha vuelto a demandar más información a Sanidad «para poder gestionarnos mejor».

Por su parte, el alcalde de Elda, Rubén Alfaro, señala que «las medidas que se están adoptando son necesarias para frenar la expansión de la pandemia y los datos reflejan que la situación ha ido empeorando en las últimas semanas. Por ese motivo debemos ser responsables y muy respetuosos con todas las restricciones».

Para el catedrático de Derecho Constitucional de la Universidad de Alicante, Manuel Alcaraz, la Generalitat Valenciana dispone de las herramientas necesarias «para decretar el toque de queda en la Comunidad debido a que se trata de un problema de salud pública». Aunque para Alcaraz sería conveniente hacerlo en el marco de un estado de alarma decretado por el Gobierno central, «para evitar que un juez decida interferir en el procedimiento, como así ha ocurrido en otras zonas de España».

Los empresarios y la hostelería están abiertos a debatir con el Consell

La CEV-Alicante cree que las administraciones tienen que aclarar cómo se aplicaría la medida

Los empresarios alicantinos muestran su preocupación por el último anuncio hecho por el presidente de la Generalitat, Ximo Puig, sobre la posibilidad de implantar el toque de queda. El presidente de la CEV en Alicante, Perfecto Palacio, ha manifestado que los empresarios desconocen en qué consistiría esta medida y que quieren «hablar con la Administración para saber cómo afectaría, ya que la hostelería, los hoteles o el ocio nocturno podrían ser de los sectores a los que causaría mayor impacto». El dirigente empresarial ha insistido en que «sabemos lo difícil que es planificar en esta situación», pero ha remarcado que «la labor de la Administración, tanto de la central, la autonómica y la local, es la de generar la mayor certidumbre posible», para que las empresas sepan a qué atenerse. El sector provincial de la hostelería también está a la expectativa de cómo se aplicaría el posible toque de queda. «Si es desde la medianoche hasta las seis de la mañana, como nos han dicho, podría ser una solución para evitar botellones o las fiestas en casa», ha señalado Mar Valera, presidenta de la Asociación Provincial de Hostelería de Alicante (Apeha).