El coronavirus ha arrastrado a la industria provincial de la artesanía y los trajes de las fiestas populares a una situación límite. La suspensión de todas las celebraciones de Moros y Cristianos, Fallas, Hogueras y Semana Santa para evitar contagios amenaza el futuro de cientos de empresas y miles de puestos de trabajo en Alicante. Desde que en marzo se declaró el estado de alarma por la pandemia, el sector ha tenido que echar el cierre y el futuro no se vislumbra muy halagüeño tenido en cuenta la advertencia realizada por la consellera de Sanidad. Fue a principios de mes cuando Ana Barceló señaló que «celebrar Moros y Cristianos, Fallas, Hogueras u otras fiestas populares en la Comunidad Valenciana será imposible hasta que no dispongamos de una vacuna frente al coronavirus». Pero, según los expertos sanitarios, hasta primavera de 2021 no llegará la anhelada vacuna y, posteriormente, tendrá que ser fabricada y distribuida para atender la demanda mundial. Ante ese escenario la industria festera se prepara para otro año sin actividad. Por eso ha sido tan importante para los empresarios del sector la reunión que mantuvieron ayer en Villena con la subdelegada del Gobierno en Alicante. Araceli Poblador acudió a la empresa Almorávides, por mediación del alcalde Fulgencio Cerdán, para conocer de primera mano las serias dificultades a las que se enfrentan por la crisis del covid-19. Ante los empresarios el primer edil de Villena planteó solicitar a los Gobiernos autonómico y central un paquete de ayudas específico para todos los sectores vinculados a las fiestas.

Un pirotécnico de Alicante. RAFA ARJONES

«Estamos hablando de la artesanía vinculada a los Moros y Cristianos, pero también de la confección de trajes tradicionales para Hogueras, Fallas u otro tipo de indumentarias, complementos e industrias como la pirotécnica». Los representantes de las empresas que acudieron al encuentro con la subdelegada del Gobierno -La Orden del Temple, La Embajada, Diliana, Abassies y Almorávides entre otras- solicitaron su mediación para obtener ayudas estatales específicas que les permitan «sobrevivir otro año más sin fiestas».

Tras escuchar con atención todas sus reivindicaciones, la máxima representante del Ejecutivo central en la provincia se comprometió a trasladar a Madrid todas las inquietudes del sector, así como a colaborar en el impulso de la iniciativa del alcalde de Villena en beneficio de toda la industria festera que tanta riqueza ha generado en Alicante. Poblador destacó la «sensibilidad» que está teniendo el Gobierno central con todos y cada uno de los sectores, y se mostró optimista con la posibilidad de sacar adelante esta propuesta «ya que desde marzo se han ido generando planes y programas específicos para sectores concretos». Y el de la industria de la artesanía de las fiestas no tiene porque ser una excepción.

Sobre esta cuestión el Ayuntamiento villenense ha adoptado esta semana medidas concretas. Para ello ha puesto a disposición de los empresarios de la localidad dedicados a la fiesta, a través del denominado Plan Reactiva, más de 50.000 euros en un paquete de ayudas a repartir entre una veintena de empresas. Cerdán considera que «debería existir un plan propio para estas mercantiles, en el ámbito autonómico o en el estatal, ya que corremos el riesgo de que muchas de ellas ya no existan cuando volvamos a poder celebrar nuestras fiestas». Ese es, al menos, el complicado objetivo.