Hace un mes que el marido de Josefa Ferrández falleció de coronavirus después de luchar dos meses contra el virus. Ella también se contagió, pero pasó la enfermedad con pocos síntomas. Esta semana Josefa volvió al hospital, en esta ocasión por un motivo más esperanzador. Y es que esta vecina de Elche de 56 años se ha convertido en la paciente número 300 en ser trasplantada de hígado en el Hospital General de Alicante.

Hace dos años que le diagnosticaron una cirrosis y fue el martes cuando recibió esa llamada que abre una ventana a la esperanza a las personas que están en lista de espera para un trasplante. Había un donante de órganos compatible. Esa misma tarde la operaron y el jueves ya atendía a este periódico por teléfono desde su habitación. En el ánimo, una mezcla de sentimientos, entre la debilidad, la alegría y la tristeza por un año en el que los acontecimientos se han sucedido demasiado rápido. «Estoy aún muy cansada por la operación, pero contenta porque además aquí me han tratado muy bien y todo ha ido muy rápido. La operación duró tres horas y media y apenas estuve medio día en la UCI. Si continúo así dicen que pronto me iré a casa», señalaba Ferrández, quien al día siguiente abandonaba el centro sanitario acompañada de uno de sus dos hijos.

La paciente, en su habitación del hospital. | INFORMACIÓN

Esta vecina de Elche aún no sabe cómo contrajo el covid. «Por mi enfermedad soy población de riesgo y siempre he llevado mucho cuidado: mascarilla, gel y salir lo imprescindible». Su suegra y su hijo también se contagiaron. Su marido, también trasplantado de hígado, peleó durante semanas para superar la enfermedad, primero en la UCI y después en una habitación del Hospital General de Elche. «Murió mientras dormía. Estaba ya cansado de luchar: tenía azúcar, la tensión alta, anemia… el covid se lo cargó entero».

Balance

El Programa de Trasplante Hepático inició su actividad hace ocho años y ha sido pionero a nivel mundial en la implantación de la «Vía Rápida en Trasplante Hepático». Este protocolo de alta precoz supone una mejor recuperación de los pacientes y una disminución del riesgo de contraer infecciones. En este sentido, destaca el jefe de la Unidad de Trasplante Hepático, el cirujano Gonzalo Rodríguez Laiz, «un 60% de los pacientes se pueden ir de alta entre el segundo y el cuarto día y dos tercios de los pacientes abandonan la UCI en apenas 24 horas desde la intervención». El equipo de Trasplante Hepático ha llevado a cabo en lo que va de año 27 trasplantes hepáticos, por lo que se ha superado en un 12,5% la actividad con respecto al mismo período de 2019. Todo ello, «a pesar de encontrarnos en un contexto de pandemia», resalta Rodríguez Laiz.

La pandemia sólo paralizó la actividad trasplantadora los meses de marzo y abril, el resto del tiempo «hemos continuado trabajando, eso sí, con unos protocolos muy rígidos para poder detectar a tiempo casos de covid entre donantes y receptores», explica Carlos de Santiago, coordinador médico de Trasplantes en el Hospital General de Alicante. De hecho, en estos meses se ha llegado a dar el caso de donantes a los que se les ha hecho la PCR y han dado positivo, «por lo que hemos tenido que descartar los órganos».

De Santiago destaca que desde que empezó la pandemia no han tenido ningún rechazo por parte de las familias a donar los órganos de su ser querido.