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Barcala recurre al estado de alarma para aprobar por decreto ayudas a la hostelería

El alcalde de Alicante saca por sorpresa el millón de euros de la próxima modificación del Presupuesto ante la falta de apoyos necesarios para su aprobación en Pleno - La oposición critica al regidor popular por su incapacidad negociadora

Barcala, escoltado por las ediles Sánchez (arriba) y López, en la reunión con hosteleros del jueves pasado en Alicante.

Pese a que al PP de Pablo Casado no le gusta un ápice la fórmula del estado de alarma a la que ha recurrido sistemáticamente el Gobierno central para dar cobertura legal a restricciones para hacer frente a la pandemia de covid, al bipartito de Alicante le permitirá -o eso anunció ayer el alcalde, Luis Barcala (PP)- sortear la falta de apoyos de la oposición para sacar adelante una modificación del Presupuesto de 2020 que incluía, entre otras cantidades, 365.000 euros de ayudas exclusivas para la hostelería y el comercio, que se sumaban a otra partida ya existente de 635.000 euros. Por la vía convencional, el bipartito necesitaba la abstención de al menos un grupo de la izquierda (Vox ya había anunciado su «no»). Sin embargo, ese duro obstáculo lo esquivará con la fórmula del decreto.

Barcala, tras dejar caer ayer sus intenciones en la Junta de Portavoces previa al pleno ordinario de este jueves, anunció que prevé aprobar por decreto el paquete de subvenciones que pactó con dos de los sectores más perjudicados por la pandemia el pasado jueves en una controvertida jornada marcada por llamadas cruzadas entre las partes, junto a serias advertencias a los hosteleros que derivaron en un plantón a la oposición y acabaron con reuniones por la vía de urgencia con el bipartito. La herramienta es un recurso al que ya recurrió Barcala durante los meses más duros de la primera ola del coronavirus para dar luz verde, sobre todo, a ayudas sociales de emergencia.

La fórmula del decreto salvará un obstáculo importante para el regidor popular, quien había «conseguido» que la oposición en bloque, por diversos motivos y tras sondear el «no» con la hostelería, estuviera posicionada en contra de permitir la aprobación del cuarto cambio en las cuentas de 2020. Desde el sector, oficialmente, aseguraban la pasada semana que las ayudas eran un «bálsamo, pero insuficiente». En ese contexto desfavorable para un bipartito en minoría en el Pleno, Barcala ha decidido recurrir a la fórmula del decreto, avanzando al margen del pleno. Alegan desde Alcaldía que se toma esa vía «para que la disposición del millón de euros sea prácticamente inmediata y no se tenga que esperar a la tramitación de la modificación de créditos».

Las prisas de Barcala por aprobar ahora las ayudas a los hosteleros chocan con la lentitud en tramitar esa cuarta modificación de créditos, que el alcalde llegó a anunciar para el pasado mes de agosto. Sin embargo, tras un verano sin movimientos, la negociación con la oposición no se retomó hasta principios de septiembre y no prosiguió hasta un mes después, a principios de octubre. Ahora es cierto que urge aprobar la partida presupuestaria para que las ayudas puedan llegar a sus destinatarios antes de finalizar este 2020.

Reacciones y más cambios

La decisión de recurrir a la fórmula del decreto encrespó ayer, más si cabe, a la oposición municipal, que subrayó la nula voluntad negociadora de Barcala. Desde el PSOE, Francesc Sanguino, quien duda de la legalidad del recurso, aseguró que «a un alcalde inútil en conseguir consenso con ningún grupo municipal solo le queda el ordeno y mando aprovechando un estado de alarma sanitario». Por su parte, el portavoz municipal de Unidas Podemos, Xavier López, defendió que «la amenaza del decreto es un nuevo síntoma de la incapacidad de Barcala por llegar a ningún acuerdo, su escasa cintura política y unas formas de gestionar la ciudad alejadas del sentido de la responsabilidad institucional que requiere la situación excepcional de crisis sanitaria y económica en la que nos encontramos». Para Unidas Podemos, Barcala «se siente más cómodo en el papel de cacique en el de alcalde». Desde Compromís, por su lado, mantienen que «la soledad e incapacidad de negociar del alcalde es extremadamente preocupante porque paraliza la gestión e imposibilita adecuarse al momento actual que requiere diálogo, pactos y grandes acuerdos». A juicio de Bellido, «a Barcala y su bipartito le viene grande esta situación y lleva semanas en shock». Por último, desde la bancada conservadora, el portavoz municipal de Vox, Mario Ortolá, señaló que «Barcala ha querido tapar el sol con un dedo», al considerar «un insulto» las ayudas a ambos sectores por resultar más que insuficientes: «Tienen el único objetivo de blanquear la imagen del alcalde tras dar la espalda durante meses a hosteleros y comerciantes».

Por otro lado, el proyecto de modificar el Presupuesto, en su trámite obligado ante Intervención, también sufrió otros cambios significativos. Y es que el alto funcionario obliga al bipartito a incluir los casi seis millones de déficit del transporte urbano con motivo de la pandemia y los cuatro millones de euros de una reciente sentencia por la expropiación de unos terrenos. Esas dos millonarias partidas se financiarán, según fuentes de Alcaldía, con el remanente de tesorería, aunque para poder hacer ese gasto falta un decreto del Gobierno central que se lleva esperándose desde hace semanas.

Por otro lado, Barcala reconoció ayer a los portavoces de la oposición municipal que todavía sigue en el aire que el trámite pendiente para desatascar la construcción del colegio El Somni vaya al pleno de este próximo jueves, ya que todavía no tiene el visto bueno de Intervención.

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