Más paro y, también, más alicantinos buscando trabajo. Es decir, el mercado laboral de la provincia no es capaz de absorber toda la demanda de personas que quieren tener una ocupación. Esa es la radiografía que la Encuesta de Población Activa (EPA) publicada ayer mostraba del mercado laboral de la provincia durante el tercer trimestre del año, en plena campaña turística, una vez que había comenzado la desescalada, tras el estado de alarma decretado para frenar la extensión del coronavirus.

Entre julio y septiembre, Alicante alcanzó la cifra de 175.300 personas sin empleo, lo que significaba que sumaba 16.900 parados con respecto al trimestre anterior y subía la tasa del desempleo al 19,2%, casi un punto superior a la de los tres meses precedentes, y, también, más elevada que la media nacional, que se situaba en el 16,2% y la autonómica del 17,2%. Y no es más alto el índice en la provincia y el de la Comunidad porque la EPA, al igual que las estadísticas de paro registrado, no computan a los trabajadores incluidos en un Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) al considerarse ocupados, aunque suspendidos temporalmente de empleo, como advierte la patronal CEV, presidida por Salvador Navarro. Y, en la comparativa con el tercer trimestre de 2019, la provincia cuenta con 50.400 parados más.

Más demanda que oferta

Con todo, se lograba crear en tres meses 32.300 puestos de trabajo, al superar los 733.900 ocupados, pese a las restricciones por la crisis del coronavirus. Empresas y sindicatos valoraban este repunte en el empleo, «aunque no es habitual que aumente el desempleo en plena campaña turística de verano», advertía la CEV, que admitía que la valoración de los datos de la EPA tenía que ser «negativa». Y lamentaba que el aumento del desempleo se debiera a «la onda expansiva que la pandemia sigue provocando en nuestra economía», según añadían desde la patronal. Respecto a hace un año, Alicante ha destruido 61.400 empleos.

Además, los representantes de los agentes sociales y los propios expertos subrayaban que esta aparente distorsión que supone que suba el paro y también el empleo obedece a que, igualmente, han crecido de forma importante el número de activos (la suma de parados y ocupados). «Lo que quiere decir que hay mucha gente que en la encuesta declara que está buscando empleo, pero el mercado laboral no es capaz de absorber esta demanda», explicaba Martín Sevilla, catedrático de Economía Aplicada de la Universidad de Alicante (UA). Aunque esta situación no es nueva, porque suele ocurrir en las crisis, las cifras sí apuntan al grave deterioro que está sufriendo el empleo en la provincia.

Al cierre de septiembre, la población activa la conformaban 909.200 alicantinos, 49.200 más que en el segundo trimestre, que coincidió con la cuarentena obligada por el estado de alarma. También los sindicatos UGT y CC OO hacían hincapié en este incremento. Para ellos, los 49.200 nuevos activos que están trabajando o buscando empleo «muestran la vulnerabilidad de las familias por el descenso de la actividad productiva y explica que se incremente el número de personas que están ocupadas y las que también buscan un empleo, pero no lo han encontrado», subrayaban José María Ruiz Olmos, responsable de Empleo de CC OO en l’Alacantí-La Marina, y Yaissel Sánchez, secretaria territorial de UGT en la misma área comarcal.

«Las crisis domésticas que provocan el deterioro de la economía, como en esta pandemia, impulsa a muchos miembros de la familia a demandar un empleo», añadía el catedrático Martín Sevilla. Normalmente, son los estudiantes o las amas de casa los que se embarcan en esta búsqueda para poder llevar ingresos al hogar, aprovechando el tradicional impulso del empleo durante la época estival. Sin embargo, este año, la pandemia ha reducido estas perspectivas. Después del confinamiento, había grandes expectativas respecto a un repunte de la actividad económica y del empleo en verano, tras el largo periodo de alarma decretado para intentar frenar los contagios del coronavirus.

No obstante, los últimos datos de la EPA confirmaban ayer lo que venían advirtiendo desde el sector turístico, además del de la hostelería y el comercio: que en verano no se había recuperado toda la actividad perdida meses atrás ni se había podido dar un fuerte impulso a la creación de empleo, como suele ser habitual en estos meses estivales.

Otra de las cifras que corroboran la debilidad del mercado laboral alicantino para generar puestos de trabajo en esta crisis es la comparativa entre el número de ocupados que se perdieron en el segundo trimestre del año (59.200) en comparación con el anterior y los trabajos creados en el verano (32.300) con relación a los tres meses anteriores, lo que significa que en el tercer trimestre solo se pudieron recuperar el 54,5% de los trabajos perdidos entre abril y junio, justo en pleno confinamiento, durante el primer estado de alarma.

Expectativas frustradas

Y eso que había ciertas perspectivas de mejoría cuando a principios de julio los hoteles de la Costa Blanca comenzaron a abrir, aunque no todos, para poder recibir al turismo internacional y nacional. «Pero esas expectativas no se cumplieron del todo», reiteraba Yaissel Sánchez. Los establecimientos hoteleros que estaban abiertos registraron en verano una ocupación media del 50% y sus clientes fueron, fundamentalmente, visitantes nacionales. ¿Por qué? Porque las limitaciones de movilidad impuestas en algunos países europeos como Alemania o Reino Unido, principales mercados turísticos de la provincia. Especialmente importantes son los turistas británicos para Benidorm, pero brillaron por su ausencia. Y los pocos que vinieron tuvieron que regresar a sus países por las medidas de cuarentenas para volver al país que en pleno verano exigió el primer ministro británico, Boris Johnson. También en agosto la hostelería sufrió restricciones horarias por medidas de la Generalitat y el ocio nocturno tuvo que cerrar sus locales para frenar la curva de contagios. El de los servicios fue el sector que más empleo creó en verano, con 32.500 nuevas contrataciones respecto al segundo trimestre.

Dentro de los servicios se encuentran, asimismo, negocios como los de comunicaciones, logística o los relacionados con servicios de internet, cuyo empleo está al alza y apuntan a crecimiento de la contratación, según el catedrático Martín Sevilla.

Bajada

También la agricultura aumentó la ocupación en 900 personas y la construcción, en 3.700. Sin embargo, la industria perdió en tres meses 3.700 empleos y 34.200 con relación a un año antes. Una tendencia a la baja sobre la que muestran una gran preocupación los empresarios y los sindicatos. Los dirigentes sindicales Ruiz Olmos y Sánchez lamentaban este importante desplome «porque es uno de los sectores que, tradicionalmente, más empleo estable genera». También la CEV apuntaba que era «preocupante la caída del empleo en el sector industrial». Y el presidente de la organización empresarial en Alicante, Perfecto Palacio, exigía «que se ponga el foco sobre este sector para frenar el descenso». La CEV insistía en que la «severidad de la situación económica requiere en el corto plazo de medidas de política económica anticíclicas».

Y las políticas de estímulo que pusieron en marcha el Gobierno y el Consell al comienzo de la pandemia, como los ERTE, las ayudas a empresas y colectivos más vulnerables o los avales para acceder a financiación, entre otros, «pudieron neutralizar la caída drásticas de las estadísticas, pero habrá que esperar al último trimestre del año para ver que la caída del empleo es importante», advertía David Montoya, profesor de Derecho del Trabajo y Seguridad Social de la UA.

Comunidad Valenciana

El experto, además, afirmaba que el mercado laboral nacional y provincial «no ha recuperado aún todo el desempleo que se generó con la crisis de 2008. Esta era una asignatura que teníamos pendiente, pero que ha venido a agravar la crisis del coronavirus», explicaba Montoya. Por otra parte, en el ámbito autonómico, el paro subió en 31.700 personas en el tercer trimestre del año, recogiendo el efecto de la crisis del covid, y la tasa de paro se situó en el 17,26%, con un total de 422.800 parados. Sin embargo, los ocupados aumentaron en 81.800 personas, hasta alcanzar las 2.027.500 personas con trabajo. El secretario autonómico de Empleo, Enric Nomdedéu, destacaba que la Comunidad es la segunda que ha generado más puestos de trabajo, con un crecimiento superior a la media, un +4,21% frente a un +3,06». A nivel nacional, el paro subió en 355.000 personas entre los meses de julio y septiembre, lo que supone un 10,5% más que en el trimestre anterior, y la ocupación creció en 569.600 empleos (+3%), su mayor alza trimestral de toda la serie histórica, iniciada en 1976.

81.566 TRABAJADORES ALICANTINOS SALEN DE LOS ERTE PERO ENTRAN CASI 2.000 POR LOS AJUSTES POR REBROTE



Los 26.647 expedientes registrados desde marzo han llegado a afectar a 138.200 empleados


En estos momentos, la cifra de trabajadores alicantinos que se han salido de un Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) se sitúa en 81.566, según los datos facilitados ayer por la Conselleria de Economía Sostenible que dirige Rafa Climent. Pero, igualmente, con la última prórroga de estos procesos hasta el 31 de enero de 2021, la nueva fórmula de los ERTE por rebrote siguen registrando nuevas entradas. A día de ayer, empresas de la provincia han presentado ya 245 expedientes que afectan a 1.759 trabajadores.

Este nuevo tipo de ERTE por rebrote se modificó en septiembre; y a ellos pueden acogerse las empresas que tengan impedimentos o limitaciones para su actividad, ya sea por medidas restrictivas aprobadas por las administraciones o que afecten a la movilidad. En este caso, se encontrarían los negocios del sector turístico que están viendo cómo desde agosto países como Alemania o Reino Unido, que son sus principales mercados, han impuesto cuarentenas a sus ciudadanos cuando vuelvan de un viaje a España.

La medida de los ERTE la puso en marcha el Gobierno al inicio de la crisis del coronavirus, como una vía para evitar despidos y mantener a las empresas que sufrían de forma más intensa el impacto de la crisis del covid-19. Desde mediados de marzo hasta el 26 de octubre, ante la autoridad laboral y la Conselleria de Economía, desde Alicante se han presentado un total de 26.647 que han supuesto 138.219 despidos temporales. No obstante, desde la desescalada, firmas del sector servicios han ido sacando del ERTE a parte de su plantilla o a toda para afrontar la campaña turística, pero también otras han vuelto a incluirlos, debido a la escasa actividad que registraban.