Los hosteleros de la provincia arremeten contra la Generalitat por promover y financiar, a través de Turisme Comunitat Valenciana, la feria Mediterránea Gastrónoma, que se celebrará en Feria Valencia los días 8 y 9 de noviembre con la participación de 40 restaurantes con estrellas Michelin y 50 soles Repsol, más de 100 actividades en vivo y un aforo de 1.000 personas al día en un momento de nuevas medidas restrictivas que afectan al sector y sin ayudas. La queja parte de María del Mar Valera, César Anca y Javier Galdeano, presidentes de la Federación Empresarial de Hostelería Provincia de Alicante (Fehpa); la Asociación de Restaurantes de Alicante (Ara), y la Asociación de Locales de Ocio y Restauración (Alroa).

Los representantes del sector señalan en un comunicado su perplejidad y dudas ante la celebración del evento promocional en tan delicado momento. «No se entiende por qué se permite y promueve un evento de estas características en un momento en el que a la hostelería se le imponen sistemáticamente restricciones difíciles de justificar, se le niegan ayudas directas que compensen las pérdidas que implican, y no se le escucha a la hora de tomar decisiones. La promoción de nuestra gastronomía es fundamental para mantener nuestra región entre los destinos gastronómicos preferentes a nivel nacional e internacional, pero vivimos un momento en el que los esfuerzos de las instituciones deben centrarse en salvar con ayudas a este sector, que con su esfuerzo y tesón nos ha colocado en el mapa gastronómico nacional».

También solicitan a las administraciones que apoyan la celebración, entre ellas la Diputación a través de Costa Blanca, «que reflexionen sobre si es el mejor momento para invertir parte de sus presupuestos de promoción en una feria en València. Les rogamos que entiendan que sin su ayuda urgente, en pocos meses no quedará gastronomía que promocionar». El Ayuntamiento de Alicante, que asiste todos los años, sopesa su participación, y no la descarta. Los hosteleros poner en valor su lucha por mantener sus negocios a flote pese a las anulaciones de reservas, al nuevo cierre de las barras, «y a la dificultad que supone en un país como el nuestro acostumbrar a los consumidores a adelantar su hora de salir a cenar, todo ello en un intento desesperado de mantener las ventas, los pagos a proveedores y los sueldos de sus plantillas».