Cambios sociales que disparan la demanda y mejora de tecnología que abarata costes. Pocos son los sectores que encuentran condiciones tan favorables para su negocio en 2020 y el de la fibra óptica es uno de ellos. El vocal de la Aotec (Asociación Nacional de Operadores de Telecomunicaciones y Servicios de Internet) y adjunto a la gerencia de la callosina Red Fibra, Diego Segura, afirma que el número de líneas de fibra óptica en la provincia ha crecido un 10% entre marzo y octubre impulsado por el teletrabajo y «una demanda de ancho de banda cada vez mayor en los hogares».

La normalización del teletrabajo y las videollamadas, la expansión de las plataformas de vídeo en streaming y la hiperconectividad de la vida cotidiana están detrás de la aparición de nuevos clientes. «Hay mucha demanda colegios, academias y empresas. Y hay abuelos que me piden banda ancha porque si no hay wifi no ven a sus nietos», afirma Callosa.

La fibra óptica permite transmisiones de 100 gigabites por segundo (Gb/s) y no tiene pérdida de calidad por degradación del material, como sí ocurre con el ADSL que viaja por hilo de cobre con rendimientos de 20 Mb/s.

Desde hace una década, su coste cae y su instalación se simplifica, por lo que las grandes telecos y las 50 pequeñas operadoras de la provincia tienen incentivo añadido para aumentar las inversiones y crecer. «Antes costaba bastante desplegarla por la ciudad, había que poner un repetidor cada poco. Pero ahora puedes tirar cables de 20 kilómetros sin ningún problema y se ha abaratado mucho su coste», explica José Carlos Bael, del Colegio de Ingenieros de Telecomunicaciones.

La Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) recoge en su web un aumento del 460% en el número de líneas de fibra hasta el hogar entre 2015 y 2018 en la provincia, año este último en que cuenta 24.799 clientes. Este dato, último publicado por la Comisión, «se queda muy corto para reflejar la realidad de Alicante», según Callosa. No sólo porque el ritmo de instalación haya crecido en los dos últimos años, sino también porque «la CNMC suele contar sólo las líneas de las grandes operadoras y nos deja fuera a las pequeñas», como explica. Sólo Red Fibra tiene 8.000 contratos de fibra óptica en la zona de Callosa de Segura.

Fachada a fachada, calle a calle, motivados por la demanda de conexiones potentes y seguras, el sector expande las líneas y busca profesionales en plena pandemia. Con un 22% del territorio provincial sin acceso todavía a fibra hasta el hogar, según un informe de la Secretaría de Estado de Telecomunicaciones con datos a junio de 2019, las empresas del buscan «personal con FP en electrónica o similar», en palabras de Bael. En la provincia, solo las pequeñas operadoras emplean a un millar de trabajadores.