Las clases teóricas en casa y lo más práctico en el aula. Es el método de enseñanza que recomiendan para este curso, dominado por las medidas anti-covid, catedráticos de Educación de la Universidad de Alicante y pedagogos consultados ante la honda preocupación de los padres con hijos en clases alternas, que van al centro día sí y día no.

Los expertos destacan que este curso puede significar un revulsivo para introducir de forma adecuada la enseñanza online en la totalidad de las clases, sean o no presenciales. Eso sí, el método exige del profesor que programe la asignatura al dedillo.

La metodología flipped classroom, que implica dar la vuelta a la clase, se ha empleado antes del covid, -como recuerda la catedrática y directora del Instituto de Ciencias de la Educación, Rosabel Roig Vila-. «Este método exige al docente una organización muy estructurada, y al alumno que cumpla con un cronograma de actividades», explica Roig.

Se evitaría la angustia de pensar que si no se va clase solo se hacen deberes con los que se pierde el tiempo, que es lo que denuncian los padres y lo que ha llevado a sus representantes provinciales a exigir la presencialidad para el 100% del alumnado.

Generalizar este curso la metodología pedagógica que da esta vuelta a la clase es la solución a la que apuntan los expertos para que las actuales exigencias del espacio contra el coronavirus no den al traste con una evaluación final exitosa.

Con los conocimientos iniciales de lo que el alumno ha hecho en casa, la clase presencial se aprovecha para ponerlo en práctica con la orientación del profesor: resumir, analizar de forma crítica, debatir y sintetizar, añade la catedrática Roig Vila.

Eso sí, los padres también tienen que implicarse en el control del uso del ordenador por sus hijos, comprobando en la misma plataforma web a la que tienen acceso, en contacto con el profesor de turno, que sus hijos han llevado a cabo las tareas que tocan. Roig afirma que es posible «con unas mínimas herramientas siendo conservadores en lo tecnológico, porque no es momento de experimentos». El profesor debe organizar la asignatura con enlaces directos a los vídeos y lo que se va a trabajar cada semana.

El también catedrático de la Universidad de Alicante, Juan Luis Castejón, abunda que la situación de la enseñanza a la que nos ha abocado la pandemia exige un «seguimiento lo más individualizado y continuo posible de los estudiantes». Destaca que el conjunto del profesorado debe tener presente su adaptación a las circunstancias, y favorecer el aprendizaje «con materiales digitales adoptados al alumno, para que no decaiga su motivación». No obstante alerta, según conclusiones de la investigación en este campo, que restar tiempo a las clases presenciales, las horas dedicadas al aprendizaje, «está directamente relacionado con el rendimiento académico» tanto individual como del sistema educativo en su conjunto.

El psicopedagogo Antonio García da la razón a los padres sobre la discriminación del alumnado con clases alternas, como apunta Sonia Terrero, de Covapa. Al igual que el portavoz de los directores de Secundaria, Toni González Picornell, García echa en falta directrices concretas para la evaluación de este curso y medios para los profesores. «El curso pasado ya evaluamos con instrucciones concretas, no se aplicó la orden de evaluación, y Educación ha advertido de que el currículo de este curso son orientaciones, aunque haría falta algún tipo de instrucción o ayuda para los centros», concluye González.