Conversación con la pitufa de 8 años:

- Mami, ¿cuándo van a encontrar la vacuna?

- Pues están trabajando muchos científicos para conseguirla cuanto antes, ¿por qué lo dices?

- Estoy cansada de llevar la mascarilla, y no puedo jugar con mis amigos (está en un grupo burbuja).

Conversación con el pitufo de 6 años:

- ¿Qué tal hoy el cole?

- ... (lágrimas).

- ¿Qué ha pasado?

- Me he caído en el patio y me he hecho daño, me han tenido que poner hielo.

- Y la profesora, ¿te ha abrazado mientras llorabas?

- (Cara de incrédulo) No se puede abrazar, mami, por el covid.

Y así pasamos el día a día, con pequeños dramas personales que nos parecen gigantes cuando lo peor lo están pasando los enfermos, los sanitarios o los hogares que no tienen ni para comprar gel o mascarillas y llevan las mismas día tras día.

Y mientras, ahí andan tan felices los irresponsables: tenemos a los que van paseando por la calle con el tapabocas como si fuera un babero; están los adolescentes montando fiesta tras fiesta, botellón tras botellón, sin importarles nada ni nadie; y están los que se escudan en un discutible recorte de libertades para salir a la calle a provocar disturbios.

Otra conversación:

- ¿Os acordáis cuando en marzo dejamos de ir al cole y nos tuvimos que confinar?

- ¿Qué es confinar?

- Quedarse encerrados en casa sin poder salir.

- Sí, nos acordamos.

- Pues a lo mejor tenemos que volver a hacerlo.

- ¿Y no habría cole? ¿y no veremos a nuestros amigos?

- No, chicos.

- ¿Y por qué hay que confinarse?

- ... (silencio)

Hay veces que resulta muy complicado dar explicaciones.