El sábado entraron en vigor las nuevas restricciones decretadas por el Consell para frenar los contagios en la Comunidad Valenciana. Dentro de la provincia estas medidas incluían el cierre perimetral de Elda-Petrer, la reducción del aforo interior en bares a un tercio y la reducción del aforo en terrazas al 50%.

Al respecto el cierre de Elda y Petrer comenzó ayer a las seis de la madrugada: en las dos localidades las autoridades se desplegaron para hacer cumplir las restricciones, controlado todas las entradas y salidas de ambas ciudades. En el operativo participaron la Policía Nacional de Elda y Petrer, la Policía Local de ambas localidades y la Guardia Civil. Sus respectivos mandos están manteniendo una especial coordinación para mantener controlados todos los accesos a ambos municipios y, en caso de ser necesario, apoyados por la Unidad de Prevención y Reacción (UPR) de la Policía Nacional de la Comisaría de Alicante. También la Policía Autonómica reforzó, con acciones de prevención y seguimiento, el cumplimiento de las normas y restricciones decretadas, mientras que las unidades de Tráfico de la Guardia Civil regularon las carreteras comarcales de Monóvar y Sax, cuya circulación fue cortada, así como los accesos de la autovía A-31 a Elda y Petrer.

Calle Castaños, zona emblemática para la hostelería en el centro de Alicante con terrazas casi vacías ayer al mediodía. | ALEX DOMÍNGUEZ

Sin embargo, la imagen en las terrazas de los bares de los municipios de Elda y Petrer era muy diferente: aforo completo y sin vigilancia policial en la zona donde se concentra la hostelería y una mayor afluencia de personas.

Por otro lado, todos los aspectos del operativo se coordinaron en la tarde del viernes en una reunión telemática en la que participó la alcaldesa de Petrer, Irene Navarro; Arcadi España, conseller de Política Territorial, Obras Públicas y Movilidad; José María Ángel, secretario autonómico de Seguridad y Emergencia; Araceli Poblador, subdelegada del Gobierno de España; Carlos Mazón, presidente de la Diputación de Alicante; el responsable de la Guardia Civil en la provincia de Alicante, el coronel José Hernández Mosquera; Marisol Conde, comisaria jefa de la Policía de la Generalitat Valenciana; Ignacio del Olmo, comisario provincial de la Policía Nacional; Antonio Amorós y Francisco Cazorla, comisarios de la Policías Locales de Petrer y Elda así como Roser Obrer Marco, directora general de Obras Públicas, Transportes y Movilidad Sostenible de la Generalitat valenciana, entre otros.

Terrazas llenas en Elda, que se encuentra confinada perimetralmente. | AXEL ÁLVAREZ

Zona emblemática de Alicante

La mañana de ayer sábado en la Calle Castaños de Alicante lució una estampa muy poco usual en ella. Las terrazas de los restaurantes se encontraban cerca de las dos de la tarde con a penas el 30% del aforo completado, y sin ningún tipo de control policial en la zona del centro durante la una y las tres del mediodía.

La medida más cuestionada entre los hosteleros es que el número de sillas se haya visto reducidas a la mitad, según relataron varios hosteleros a los que hemos entrevistado. Sobre este hecho el jefe de The Globe, un pub de la calle de Castaños, afirmó que «con la mitad de sillas tenemos la mitad de clientes, pero seguimos teniendo que pagar el alquiler íntegro y los gastos».

Entre los hosteleros comparten la misma preocupación: no saber qué va a ser de ellos. Consideran que se está demonizando su trabajo y haciéndoles culpable del aumento de los contagios, algo en lo que no están de acuerdo ya que ellos afirman que cumplen con las medidas de higiene y seguridad que decretan las autoridades, y que el foco de los contagios que están habiendo no se da en las terrazas. «Si no es en los bares, la gente se va a ir a las casas y ahí no podrán controlarlos nadie». Además, añaden lo siguiente: «yo soy el responsable de mi bar, si veo que alguien no cumple con las normas, ¿cómo no voy a llamarle la atención? Es como quitarme el pan de la boca».

Otro céntrico velador de Alicante, con apenas clientes. | ALEX DOMÍNGUEZ

Asimismo, los hosteleros sostienen que estas decisiones son incomprensibles y que suponen un cierre de la hostelería «en cubierto». «En mi restaurante tengo a 10 empleados en plantilla, y el aforo que tengo ahora es de 15 personas, ¿cómo me lo como?», señala uno de ellos.

Además, añaden que estas medidas no vienen acompañadas de ninguna ayuda económica, y que supone un endeudamiento que cada vez se acerca más a la quiebra.

Por otro lado, señalan que si realmente el aumento de los contagios viniera de la mano de la hostelería la cantidad de denuncias interpuestas en estos establecimientos sería notable. «Al final, los hosteleros pensamos que somos carne de cañón fácil para hacer creer a los ciudadanos que tomar medidas tan extremas es hacer lo correcto».

La otra cara de la hostelería se puede encontrar en aquellos establecimientos donde no disponen de terraza, y donde ven cómo de 9 mesas que tenían antes, ahora tienen tres. Juan es uno de ellos, y señala lo siguiente: «Hice una inversión acondicionando mi bar e instalando pantallas que no recuperaré nunca si continuamos avanzando para luego retroceder». Además, siente que estas medidas han sido aplicadas sin atender a aquellos establecimientos que no tienen mesas en la calle. «Si hubiera pensando en nosotros, habrían adaptado las medidas para que abrir no nos suponga una quiebra absoluta», sentencian. Los hosteleros de la provincia se concentrarán el próximo jueves a las 11 horas para protestar contra las medidas.