Si algo está dejando claro la pandemia de coronavirus es que las camas de Cuidados Intensivos son la piedra angular de cualquier hospital. Con un tercio de ocupación de pacientes covid en estas unidades, los hospitales ya tuvieron que verse obligados semanas atrás, e igual que ocurrió en la primera ola, a suspender operaciones para no ocupar más camas de intensivos.

La provincia de Alicante tiene un déficit histórico de camas UCI que esta crisis sanitaria apenas ha subsanado. De hecho, tras la primera ola, y según fuentes de los servicios de Medicina Intensiva de la provincia, sólo se han habilitado 20 camas para ampliar de forma estructural la red de UCI de los hospitales públicos, que contaban previamente con 145 camas, según las memorias de los diez hospitales públicos de la provincia. Doce de estas camas las ha habilitado la Conselleria de Sanidad en el Hospital Marina Baixa, y cinco las ha creado el Hospital del Vinalopó, de gestión privada. Las tres camas restantes, que por error se han omitido en la edición de papel, se instalaron a principio de la primera ola en el Hospital de Sant Joan. Para cumplir con las exigencias del Ministerio de Sanidad frente a una segunda ola de la pandemia, la conselleria elaboró este verano planes de contingencia en cada hospital para duplicar el número de camas para atender a pacientes críticos. Un aumento de camas que se ha hecho en su inmensa mayoría recurriendo a las zonas de Anestesiología y sólo una mínima parte construyendo nuevas UCI que permanezcan una vez pase la pandemia.

Si este crecimiento se hubiera hecho ampliando las actuales UCI, los hospitales de la provincia habrían ganado 128 camas más y la inversión necesaria rondaría los 16 millones, teniendo en cuenta el coste que supuso la ampliación en el Hospital Marina Baixa.

Déficit histórico

De esta manera se habría subsanado el déficit de camas que sufre la provincia y la situaría en la media de las camas que tienen los países de la OCDE y que es de 15,9 camas por 100.000 habitantes. En estos momentos, la provincia dispone de 8,8 camas por cada 100.000 habitantes, insuficientes para atender las necesidades de una población cada vez más envejecida y unos hospitales que cada vez hacen operaciones más complejas que requieren de la UCI para que los enfermos se recuperen.

«Se están sobrecargando las zonas de Reanimación con pacientes covid y eso sólo nos va a llevar a suspender operaciones, como ya vimos en primavera. Tras la primera ola se tendrían que haber aumentado las camas de cuidados intensivos para no vernos de nuevo en esta situación con las listas de espera por las nubes», señala Víctor Pedrera, secretario general del Sindicato Médico en la Comunidad Valenciana.

Camas, y personal que las atienda. En la provincia de Alicante trabajan en torno a medio centenar de médicos intensivistas, que como muchas otras especialidades sufren un déficit de profesionales. El Sindicato Médico estima que sería necesario aumentar como mínimo en un 25% las plantillas en las UCI para dar una correcta asistencia. En cuanto a las plantillas de Enfermería, pese a que todos los hospitales han recibido refuerzos en los últimos meses, «éstos no permiten alcanzar prácticamente en ningún hospital de la provincia la ratio recomendada que es de 1,5 pacientes covid por un enfermero», lamenta Carmen Flores, secretaria de Acción Sindical del SATSE.

Para Rosa Atiénzar, secretaria general Federación de Sanidad y Sectores sociosanitarios de CC OO, «se ha perdido una oportunidad preciosa para haber subsanado el déficit de camas y personal en estos servicios». Para Atiénzar, a lo mejor no se podía haber hecho todo en estos últimos meses entre las dos olas de la pandemia, «pero se podría haber apostado por ir por delante del virus y haber planificado para incorporar en los presupuestos de 2021 partidas específicas, pero no se ha hecho nada». Con la anterior crisis económica, recuerda la responsable de CC OO, se perdieron 8.000 empleos en Sanidad, «que aún no se han recuperado», por lo que reclama a la Conselleria que los contratos de refuerzo que se han hecho para luchar contra el covid «se reconviertan en plazas estructurales para poder paliar en parte esta pérdida de profesionales».