Desde respiratorios a neurológicos, cada vez son más los síntomas que se conocen del coronavirus. Pero recientemente se ha descubierto que no todos los síntomas tienen la misma importancia a la hora de predecir la evolución de los enfermos de covid. Un estudio de la Sociedad Española de Medicina Interna, en el que participa la Facultad de Medicina de la Universidad Miguel Hernández y los hospitales de Sant Joan y Alcoy, concluye que los enfermos que ingresan en el hospital con fiebre, tos y dificultades para respirar son los que peor pronóstico tienen frente a los pacientes que presentan además otros síntomas, como puede ser la pérdida del olfato o del gusto.

«A través de esta investigación se han descrito cuatro perfiles diferentes de pacientes en función de los síntomas que presentaron en el momento de ingresar por Urgencias y su posterior evolución», explica José Manuel Ramos, profesor en la Universidad Miguel Hernández y vicedecano de Innovación Docente.

El primer grupo de enfermos es el que presenta los tres síntomas descritos: tos, fiebre y dificultades para respirar. Según esta investigación, uno de cada diez pacientes de este grupo necesitó ingresar en la UCI y una cuarta parte de ellos fallecieron, lo que representa la tasa de mortalidad más alta de los cuatro grupos. El segundo grupo comprende a pacientes de coronavirus que también presentaron pérdida de olfato y gusto. Este grupo es el que presento menos ingresos en Cuidados Intensivos y menor tasa de mortalidad. En un tercer grupo el coronavirus también se manifestaba con dolor de las articulaciones, de cabeza y de garganta. Un 10% de los pacientes de este grupo entró en la UCI. El último grupo es el que presentó síntomas estomacales, como diarrea, vómitos y dolor abdominal. La tasa de mortalidad en este grupo es la segunda más elevada de los cuatro.

Estos resultados, que se midieron en más de 12.000 pacientes de la primera ola, «pueden ayudarnos a intervenir cuanto antes, algo esencial en esta enfermedad», sostiene José Manuel Ramos.

El estudio nace gracias al llamado Registro SEMI-Covid-19, en el que participan 150 hospitales de toda España que han incorporado datos de 20.000 enfermos de coronavirus que han requerido ingreso hospitalario.

Cuatro covid diferentes

Desde el momento cero de la pandemia, los internistas empezaron a ver que la enfermedad se comportaba de manera diferente en función del perfil del paciente. «Nos hemos dado cuenta de que estamos ante cuatro covid diferentes, que no quiere decir que sean cuatro cepas distintas del virus», explica Manuel Rubio-Rivas, médico internista y primer firmante de este artículo. La conclusión a la que han llegado los investigadores «es que hay una base genética que propicia que el sistema inmunitario responda de cuatro formas diferentes al virus». También para Rubio-Rivas los hallazgos que han hecho permiten que, a través de los síntomas que presenta el paciente, «se puede identificar a los enfermos que pertenecen al grupo con peor pronóstico e instaurar tratamientos más adecuados cuanto antes». Y al contrario, en estos momentos de la segunda ola cuando la presión hospitalaria es muy elevada, «a lo mejor no es necesario ingresar a determinados pacientes».

Rubio-Rivas aclara que el pronóstico de la enfermedad no tiene que ver con tener más o menos síntomas. «Los síntomas nos ayudan a meter a los pacientes en un grupo o en otro», afirma el principal investigador, quien recuerda que aquello que mata a los enfermos de covid es la inflamación del propio organismo para defenderse del virus. En este sentido, añade, «el virus es la espoleta que desencadena una inflamación desproporcionada» en distintos órganos y que es la que acaba por matar al paciente. Por eso, insiste en la necesidad de atacar esta inflamación lo antes posible a través de inmunosupresores, como los corticoides, «un tratamiento cada vez más asentado a la hora de luchar contra el covid».

Modelos predictivos como el que ofrece este estudio ayudan, a juicio de Vicente Giner, responsable de Medicina Interna del Hospital de Sant Joan, a batallar con una de las grandes incógnitas que presenta esta enfermedad «y es por qué unos pacientes la pasan como si fuera un resfriado leve y otros, que aparentemente tienen el mismo perfil, acaban en la UCI e incluso fallecen». De ahí que estos clúster, esta asociación de síntomas, «nos pueda ayudar a predecir qué pacientes van a evolucionar peor». Giner también destaca el hecho de que este estudio se haya hecho sobre un elevado número de enfermos, todos españoles, «ya que los factores raciales pueden variar la evolución de la enfermedad».

El Hospital de Sant Joan fue uno de los primeros centros sanitarios en sumarse al registro SEMI-Covid-19 de la Sociedad Española de Medicina Interna, «y somos uno de los centros más activos con más de 300 enfermos incorporados», explica Vicente Giner.

El estudio es el primero de estas características que se hace en el mundo con pacientes de coronavirus hospitalizados. Del total de 12.066 pacientes incluidos en el estudio, la mayoría eran hombres (58,5%) y caucásicos (89,5%), con una edad media al diagnóstico de 67 años. Las principales comorbilidades previas al ingreso fueron hipertensión arterial (50%), hiperlipidemia (39,4%) y diabetes mellitus (19,2%). El número promedio de días desde el inicio de los síntomas de covid hasta el ingreso hospitalario fue de 6,7.