Vivir de alquiler disfrutando de las comodidades de un hotel. La falta de clientes que ha provocado la crisis sanitaria y económica del covid ha obligado a los empresarios a reciclarse y buscar nuevos nichos de negocio para atraer huéspedes hasta que la situación comienza a normalizarse, se generalice la administración de las vacunas y, por ende, se reactive el turismo convencional y el de negocio (congresos y reuniones). Es el caso de la cadena Campanille, que tras arrancar la experiencia con éxito en Barcelona, ha autorizado a su establecimiento en la ciudad de Alicante (84 habitaciones) a alquilar parte de sus habitaciones para clientes de larga estancia, en concreto a partir de un mes. Los inquilinos pueden acceder a una habitación doble por 500 euros al mes, con wifi y parking gratis, disfrute de zonas comunes, y también se ha habilitado un salón con mobiliario, baño, nevera y horno para poder prepararse desayunos, comidas y cenas.

El hotel limpia una vez a la semana la habitación, en la que incluso podrían pernoctar dos personas, según explicó ayer Delphine Fernández, directora del establecimiento ubicado en la entrada sur de Alicante. El Campanille fue uno de los primeros que volvió a abrir tras la desescalada, y ha logrado mantener ocupaciones de entre el 20% y el 50%, porcentajes nada desdeñables en una coyuntura marcada por la falta de clientes. Este inquilino especial vive en una habitación, pero pagando un precio que está por debajo del alquiler medio en la ciudad (600 euros) y cuenta con otros atractivos como el wifi o el parking. Al margen del Campanille, otro hotel que ha aprovechado su ampliación, el Belroy de Benidorm, para ofrecer esta posibilidad dirigida al cliente que llega a la provincia a teletrabajar, lo mismo que la cadena B&B con establecimientos en Alicante y Elche. También se han adaptado muchos bloques de apartamentos turísticos, como el complejo Tito en Alicante.

El teletrabajo (nómadas digitales) ha abierto esta posibilidad y el hecho de que la subida de los alquileres en zonas céntricas de las ciudades los haga prohibitivos para muchos bolsillos, permite disfrutar, además, de un alojamiento en pleno centro de los cascos urbanos. «La idea partió de nuestra central en Barcelona donde ha funcionado y hemos pensado que como tenemos una ala del hotel en Alicante sin clientes puede encajar, tanto para los inquilinos como para nosotros ahora que la ocupación es baja», explica Delphine Fernández, directora del Campanille.

Federico Fuster, propietario del hotel Belroy de Benidorm, también ha diseñado junto a su equipo, otra posibilidad de alojamiento. «Ya lo habíamos pensado antes, pero la pandemia nos pilló en plena renovación de un área del hotel para dedicarlo a otro tipo de cliente, el que viene a trabajar». Se aloja en el hotel y cuenta también con servicios propios de una oficina.

Otra cadena B&B, con hoteles en Alicante, Elche, València y Castellón ofrece habitaciones en sus cinco hoteles de la Comunidad Valenciana, también a partir de quinientos euros al mes. La tarifa incluye limpieza de la habitación, cambio de sábanas una vez a la semana, wifi y café sin necesidad de pagar fianza ni avales. B&B ya lanzó una promoción para que sus habitaciones fueran utilizadas como oficinas y ahora ha ido un paso más lejos con la tarifa «Home for everyone» (hogar para todos). Con la nueva tarifa ofrece estancias mensuales por menos de 19 euros al día cuando el coste diario de la tarifa convencional es de 46 euros. Las estancias son en habitaciones con limpieza diaria, cama grande, baño y café o té gratuitos las 24 horas del día en el vestíbulo del hotel.

Otros hoteles como el Dynastic de Benidorm añaden entradas a los parques como Terra Natura. Otros están ofreciendo descuentos por el «Black Friday» que llegan hasta el 40% de la tarifa oficial o aparcamiento gratuito. Benidorm trata así de contener la «sangría» provocada por el covid para seguir atrayendo clientes a sus instalaciones y maquillar un invierno que se prevé muy complicado para el sector turístico, pero que todo apunta a que terminará en una primavera de franca recuperación de los clientes.

HABITACIONES EN BENIDORM PARA «ESQUIVAR» EL TOQUE DE QUEDA


Las ofertas más variopintas se dan en Benidorm. Como por ejemplo, la que realiza el hotel Belroy, situado en el cruce de la avenida del Mediterráneo con la de Europa. En su cervecería con 150 marcas y en el restaurante japonés, consumir por encima de los 25 euros conlleva a que se puede pasar una noche con desayuno en una de las habitaciones dobles del establecimiento hotelero por un añadido de 65 euros. El reclamo: «Tranqui, el toque de queda no te pilla en la calle». Y es que la oferta se dirige para aquellas personas que apuran el momento de cenar o tomar una cerveza y el reloj marca la medianoche. También para aquellos que no quieren coger el coche después.