El almacenaje y la manipulación de las dosis en cada uno de los 13.000 centros de salud españoles en los que se prevé realizar la vacunación contra el covid, junto a la conservación de los medicamentos a menos 80 grados, son los puntos débiles que los expertos ven en el plan presentado ayer por el ministro de Sanidad, Salvador Illa. Los especialistas consideran que las prioridades establecidas entre los grupos de población es la adecuada -en primer lugar los sanitarios, trabajadores sociosanitarios de los geriátricos, los propios residentes, y grandes dependientes- pero expresan sus dudas sobre los plazos: afirman que vacunar a los 2,5 millones de personas contempladas en la primera fase del plan, de enero a marzo de 2021, lleva su tiempo, y creen que mientras la vacuna no esté entre nosotros es solo un anuncio.

El rechazo de gran parte de la población a vacunarse preocupa a los especialistas. El epidemiólogo José María López Lozano, que fue jefe de Medicina Preventiva en el Hospital de la Vega Baja (Orihuela), quiso lanzar un mensaje de tranquilidad al señalar que la vacuna del covid, para ser autorizada, tiene que pasar por las pruebas de la Agencia Europea del Medicamento y de la Agencia Española, dependiente del Ministerio. «Las dos son enormemente rigurosas y puntillosas a la hora de aprobar una vacuna y un medicamento. Si supera el filtro de estas dos agencias es una garantía absoluta de que son vacunas que se puede poner uno con tranquilidad. Si no reúne todas las características de eficacia y seguridad no la aprobarán. Cualquier medicamento que se vende pasa esos filtros, es un procedimiento muy estricto», dijo. Asimismo, apoya que el Ministerio de Sanidad centralice el plan.

El epidemiólogo, que recordó que a nivel mundial existen unos 200 ensayos anticovid, afirmó que lo ideal sería conocer el calendario completo de vacunación, «pero es lógico que haya incertidumbre porque ni se sabe cuál va a ser el ritmo de fabricación en los laboratorios». En este sentido, el presidente de la Sociedad Española de Medicina Preventiva y Salud Pública, Rafael Ortí, abundó en que las vacunas que se utilicen en la Comunidad Valenciana y en toda España pasarán el filtro de Sanidad y de las autoridades europeas, «y no se suministrarán si no están validadas». El también jefe del Servicio de Medicina Preventiva del Clínico de València destacó la importancia de que todos los individuos se vacunen «porque esto ayuda a conseguir la inmunidad de grupo y a proteger a otras personas más vulnerables».

Los especialistas de Medicina Preventiva quieren ser protagonistas en la vacunación, máxime ante las reticencias que pueda haber entre la población dado que la efectividad de la vacuna no será del 100%. «La gente se vacunará si el personal sanitario está convencido de su efectividad. Ahí entramos nosotros para convencer a los trabajadores, y modular y priorizar los grupos de riesgo entre los sanitarios. Es necesario que se deje evaluar a los centros para ver qué profesionales tienen una mayor exposición de riesgo», apuntó el jefe de servicio de la unidad de Medicina Preventiva del Hospital General de Elche y presidente de la Sociedad Valenciana de Medicina Preventiva y Salud Pública, Juan Francisco Navarro.

La inmunóloga de la Universidad Miguel Hernández de Elche Esther Caparrós y el profesor titular de Enfermería Comunitaria, Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad de Alicante José Ramón Martínez Riera coincidieron en señalar su inquietud por el circuito que se va a establecer, cuando lleguen las vacunas, para garantizar su conservación a menos 80 grados. «Me preocupa cómo se organizará el almacenaje y la manipulación en los centros de centros de salud. Primero que se mantenga en condiciones y, después, que los profesionales sanitarios sepan cómo manipular adecuadamente una vacuna a temperatura muy baja», dijo la científica. Martínez Riera, por su parte, criticó que de nuevo no se cuente con la participación de la comunidad en el proceso, y apuntó que «la magnitud de la vacunación en todo el territorio nacional incorpora ciertos elementos de dificultad y más con unas vacunas que precisan de una conservación que no necesitaba ninguna otra». El experto dijo que hay suficientes espacios de vacunación que hacen innecesaria la intervención de las oficinas de farmacias y aseguró que la participación de las enfermeras garantiza que será un proceso de calidad. Sobre los plazos que dio Illa, afirmó que «se entiende, cuando existe tal convicción de que se empezará en enero, que existen los elementos que garantizan que tendremos esos suministros».