Ciudadanos avanza en su propósito de que el Presupuesto municipal de Alicante para el próximo año salga adelante gracias a la izquierda y no realizando concesiones a los ultras de Vox, que exigen -como ya hicieron el año pasado- recortes en áreas municipales que gestionan los naranja, como Inmigración, Cooperación e Igualdad. Con el objetivo de que las cuentas se aprueben sin esas cesiones, la formación de Inés Arrimadas ya ha empezado a mantener contactos informales con grupos progresistas de la oposición, a los que se ofrece la retirada de la polémica Ordenanza de Mendicidad y Prostitución, ahora conocida como Ordenanza de Convivencia Cívica, a cambio de que se comprometan al menos a abstenerse en la votación plenaria del Presupuesto para 2021.

Por partes. Ciudadanos propone la retirada de la ordenanza impulsada por el PP, aunque aprobada inicialmente en Junta de Gobierno por los dos socios, para consensuar un documento que se base inicialmente en el borrador de la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP), donde sí que se incluyen herramientas de intervención social que fueron borradas en el texto que propuso el ejecutivo de Barcala. La ordenanza necesitaría el respaldo de Cs para aprobarse en pleno ante el rechazo de toda la izquierda y el único apoyo de Vox.

A cambio de que ese proyecto de ordenanza se retire, Ciudadanos pide a la oposición que realicen peticiones «asumibles» de cara al Presupuesto municipal. Es decir, que las exigencias que pongan sobre la mesa a cambio de no oponerse en la votación plenaria puedan aceptarse sin descuadrar unas cuentas sin alardes al dedicarse principalmente a hacer frente a la crisis socioeconómica derivada de la pandemia de coronavirus. En la presentación del borrador de las cuentas, el alcalde, Luis Barcala, se abrió por primera vez a «retocar» la ordenanza, pero sin firmeza ni tampoco concretar a qué aspectos se refería.

Ciudadanos pone como ejemplo la reciente negociación del Catálogo de Protecciones, en el que a base de conversaciones y cesiones por todas las partes se sumó el voto a favor del PSOE y de Compromís y la abstención de Unidas Podemos. En números, el documento urbanístico salió adelante con 25 votos a favor de los 29 del Pleno alicantino.