Compromís, el grupo político del conseller de Educación, Vicent Marzà, quiere incluir la alfabetización digital como una nueva asignatura optativa de oferta obligada para el alumnado de Secundaria y que figure como tal en la nueva ley de Educación, Lomloe, cuyo trámite está pendiente de su debate en el Senado después de haber salido adelante en el Congreso de los Diputados.

Las competencias digitales integran las competencias tecnológicas y de la comunicación o TIC junto al alfabetismo digital que quiere incluir el partido del conseller en la ley. Hace poco más de un año que este diario se hizo eco de uno de los últimos estudios realizados por expertos entre más de 1.500 estudiantes de Secundaria de toda España, sobre su relación con el aprendizaje digital, y la conclusión a la que llegaban dos de cada tres estudiantes es que se consideran más hábiles que sus profesores en el empleo de las nuevas tecnologías, hasta el punto de considerar que no les pueden enseñar gran cosa en este campo.

Y ese es precisamente uno de los focos entre los que los expertos opinan que debe hacerse más hincapié, porque ser nativo digital no implica dominar las herramientas, que tanta falta hacen en las aulas como han destacado últimamente desde el Instituto de Ciencias de la Educación de la Universidad de Alicante.

Carles Mulet, el parlamentario de Compromís que traslada estas enmiendas al Senado, afirma que son el resultado de demandas de los distintos colectivos con el propósito de «actualizar contenidos que puedan ser útiles para afrontar la vida». En este contexto incorpora, junto a la alfabetización digital, el derecho laboral o la educación afectivo-sexual.

Igualdad

Además, y a propuesta de la Sociedad de Filosofía y de la Asamblea del profesorado de Filosofía, ambas organizaciones autonómicas, el mismo grupo político ha registrado otra enmienda a la citada ley, conocida como ley Celaá, para que tanto la igualdad entre hombres y mujeres como la diversidad se impartan de forma «obligatoria» para todos los alumnos en el último curso de la Secundaria, en el marco de la asignatura de Ética.

«Con independencia de que el legislador quiera introducir una materia dedicada a la formación en valores éticos, cívicos y constitucionales en cualquier curso del ciclo, hasta antes de 4º de la ESO, la presencia de la Ética debe garantizarse en este último curso con total prioridad a cualquier otra consideración», sopesan desde Compromís.

Sostienen, tal y como reclama el profesorado de Filosofía, que la formación en Valores que contempla la nueva ley, «en ningún caso puede sustituir la reflexión ética, si acaso puede complementarla», desde el momento en que la Ética trata de forma reflexiva y crítica «los valores de igualdad y la necesidad de la solidaridad».

De esta forma quieren que las asignaturas obligatorias en cuarto curso de la ESO sean las de Lengua y Literatura, Lengua cooficial y Literatura, Lengua extranjera, Matemáticas, Geografía e Historia, Ética y Educación Física. E incluyen expresamente que en el caso de la Ética se preste especial atención al desarrollo sostenibles, el respeto a la diversidad y a la igualad entre hombres y mujeres.

Técnicos

Por otra parte, el sindicatos docente mayoritario, STEPV, del que a su vez procede el conseller Marzà, ha trasladado a los partidos en el Senado otra petición para que se busquen salidas al profesorado técnico de FP y no se le mantenga declarado como «cuerpo a extinguir», que es como lo ha incluido la nueva ley.

Más de 20.000 docentes de toda España que en la actualidad imparten en los institutos las prácticas de FP en Automoción, Peluquería y Estética, Empresa y un sin fin de módulos, se encontrarían en un limbo laboral al no contar con una titulación de grado.

Con la nueva ley se ha querido incorporar a los titulados universitarios técnicos de FP al cuerpo de Secundaria, quienes hasta el momento se veían discriminados con retribuciones inferiores, pero condena al ostracismo a los que no cuenten con la titulación pese a haber sido responsables todos estos años de la formación en prácticas del alumnado de FP.

«Ninguno de ellos podrá acceder a este nuevo cuerpo porque las oposiciones tendrán como requisito la titulación universitaria a partir se que se apruebe la Lomloe, y las bolsas de trabajo no aceptarán más personas», subrayan desde el STEPV.

No les parece que sea una solución adecuada para especialistas de Soldadura o Mantenimiento de vehículos, entre otros ciclos que imparten los técnicos de FP, «porque los que quieran acceder al nuevo cuerpo de secundaria sin titulación universitaria, solo podrán ser contratos como especialistas, precarizando sus condiciones laborales», insisten desde el sindicato, ya que las contrataciones se realizarían en estos casos por horas.

«No se nos valora tras 30 años de prácticas en Alicante, Elche y Orihuela

Diego Aguilar es uno de los miles de profesores afectados por la nueva ley Celaá que extingue el cuerpo de los técnicos de FP. «Nos cambian las reglas en mitad de la partida y no se nos valora, después de 30 años impartiendo prácticas de FP en Elche, Alicante, Orihuela y Benicarló, por toda la Comunidad», lamenta. Advierte de que hace nueve años, «que no son veinte» el mismo partido socialista que ahora «nos da de lado», incluyó una serie de equivalencias por años de docencia como consideración a estos profesores. «Y ahora, de repente, somos un cuerpo a extinguir. ¿Esa es la gran reforma de la ley educativa? ¿Quitar a los docentes que llevan a cabo las práctica de FP?», insiste. Aguilar apunta que para no discriminar salarialmente a los titulados de universidad y poder equipararlos, no hace falta perjudicarnos a quienes ya nos capacitamos para todos los módulos hace nueve años». Se queja de que han estado impartiendo prácticas con más de 30 alumnos por aula, con desdobles de alumnado, «y ahora nos relegan a impartir algunas horas de un módulo, con 55 años de edad y una dedicación completa desde hace treinta». Recuerda por último que son los técnicos de FP quienes han formado a tantos alumnos que vienen demandando las empresas «más incluso que a los estudiantes universitarios, porque demuestran mayor capacidad» en la práctica laboral.