El mosquito común o «culex», que tiene su hábitat en los humedales, es vector de enfermedades como el virus del Nilo Occidental, las encefalitis virales y la malaria aviar, de ahí la estrecha vigilancia a que es sometido este insecto con toma de muestras semanales de agua en las zonas inundadas de la provincia, incluso ahora que hace frío, para detectar larvas, eliminarlas y prevenir que el virus llegue a las personas. Aunque no se tiene constancia de picaduras en territorio alicantino, en Andalucía hay ingresos en UCI por encefalitis causada por esta especie. El virus del Nilo Occidental lo tienen las aves migratorias, que vuelan sobre todo en primavera y otoño (aunque el cambio climático modifica estas costumbres) hacia zonas húmedas del este y sur de España, donde proliferan los mosquitos, que pican a las aves, se contagian con el virus y se convierten en transmisores al humano.

Los humedales son «el caldo de cultivo ideal para esta problemática», explica la bióloga de Lokímica Lidia Nájar. La empresa de control de plagas realiza durante el invierno controles semanales en áreas inundadas, saladares y lagunas con tomas de muestras del agua para comprobar si hay larvas. En este caso, se procede a su tratamiento, manual y motorizado, con un producto biológico para matarlas y cortar el ciclo de crecimiento del mosquito, que pasa por las fases de huevo, larva, pupa y adultos. Se evita con ello que se hagan adultos y que las larvas de un insecto contagiado se desarrollen y sean transmisoras.

Controles del mosquito común en los humedales para prevenir el virus del Nilo

El mosquito común, que puede llevar el virus del Nilo en su saliva, es propio de todo el Mediterráneo. La vigilancia de los humedales se realiza durante todo el año, no solo para prevenir el virus del Nilo, sino para evitar plagas en los meses más cálidos. La mayor problemática se da entre abril y octubre, cuando más llueve y suben las temperaturas en la provincia, así que los controles y tratamientos se intensifican con fumigaciones aéreas.

De diciembre a febrero es suficiente con la vigilancia semanal ya que las temperaturas más frías ralentizan el ciclo vital del mosquito. Esta tarea se realiza en todos los municipios donde trabaja la empresa de control de plagas en función de la extensión de humedales que tenga en su territorio y la programación contratada dado que las aves migratorias también pasan por lagunas y zonas inundadas de la provincia. El producto biológico que se emplea «solo afecta a las larvas de los mosquitos y no altera al resto de la fauna acuática. La larva toma el ‘bacillus thuringiensis’ y se le rompe el estómago, por lo que muere y no genera mosquitos adultos. Al no tener la proliferación de estos insectos se corta el vehículo transmisor del virus», que ataca a equinos y humanos, como ha sucedido en zonas de Cádiz y Sevilla, donde no se hacen tantos controles rutinarios como en el Mediterráneo español, desde Barcelona a Murcia.

Trampas de mosquito tigre.

Trampas de mosquito tigre

En los humedales se ponen trampas para detectar especies invasoras aunque sobre todo se utilizan para el mosquito tigre, que en un 80% se cría en los hogares, en el agua de los platos de macetas, bebederos de mascotas, jardines y piscinas de chalés y urbanizaciones, de ahí la problemática durante el confinamiento en segundas residencias de personas que viven en otras comunidades y no podían desplazarse. Esta especie puede completar su ciclo biológico en 10 días y cada hembra puede poner hasta 80 huevos. Lokímica instala trampas, de abril a septiembre, para la vigilancia del mosquito tigre en lugares de gran afluencia, como zonas de urbanizaciones, estaciones de autobuses o centros escolares, que contienen un atrayente para que la hembra coloque los huevos. «Emerge la larva pero ya no puede salir el adulto».

Hay otra trampa en la que se humedece un palo y la hembra pone los huevos porque, a diferencia del «culex», que prefiere directamente el agua para reproducirse, el mosquito tigre busca solo humedad. Los bidones de aire acondicionado, los neumáticos de juegos infantiles y colegios, y los huertos urbanos son lugares de refugio de esta especie asiática que prefiere los árboles de los bosques. También los ficus de Canalejas si tienen agua estancada.

Ayuda para vigilar arrozales y lagunas en Andalucía

La empresa de control de plagas de Alicante realiza asesoramiento y vigilancia de puntos conflictivos en el sur de España en base a un convenio con la Junta de Andalucía para tratar los mosquitos portadores del virus del Nilo en zonas exteriores, como humedales y arrozales dado que el control se ceñía a zonas urbanas. Según la bióloga de Lokímica, lo normal es que los mosquitos de los humedales piquen a las aves pero cuando hay demasiados se van a por otras especies. «Las lluvias de abril y mayo fueron muy intensas en aquella comunidad y dieron lugar a fuertes estancamientos», recuerda Nájar.