En la quinta planta del Hospital General de Alicante hay unos pacientes que son superhéroes sin capa, tampoco les hace falta, capaces de dar lecciones de vida a todo aquel que le rodea. Ellos son los niños y niñas que se encuentran ingresados en el hospital y que forman parte del Aula de Pedagogía Infantil, un espacio creado para proporcionarles una educación integral y que trata de amenizar su día a día. «Aquí el coronavirus no existe, los problemas se quedan fuera de esta planta», cuenta Marisa Ibáñez, su coordinadora, pero, en silencio, este virus ha hecho que los profesionales que trabajan allí que tengan que reinventar la forma de enseñar, y el día a día de estos pequeños.

La Unidad Pedagógica Hospitalaria (UPH) ha tenido que adaptarse este curso a la situación que ha traído el covid con el objetivo principal de seguir prestando un servicio educativo a los niños y niñas ingresados, además de aquellos con patologías crónicas sensibles al covid en tratamiento oncológico que deben permanecer en sus casas y que no tienen posibilidad de acudir a su escuela.

También han habilitado una zona lúdica al aire libre: «Cuando van a salir fuera a jugar, si tienen un mal día este espacio les sana», señala Ibáñez. Por otro lado, también imparten docencia presencial en el aula donde el máximo de niños es de 5 alumnos, extremando siempre las medidas de seguridad, algo que llevan muy a fuego en esta aula. «Aquí tenemos niños con enfermedades oncológicas, por lo que siempre hemos llevado mucho cuidado con la higiene y desinfección», afirma la responsable.

Para estos pequeños el tener una rutina diaria, sentirse parte de un grupo y tener la mente ocupada les facilita la lucha contra sus enfermedades y hace que si algún día se olvidan de sonreír, sus profesores se lo recuerdan. «Cuando entra alguien nuevo intentamos darle confianza y que se sienta en casa, al final somos una gran familia y pensamos que la felicidad es la mejor terapia», afirma.

Los cuatro docentes que forman parte del Aula de Pedagogía y, a la derecha, el aula al aire libre ubicada en la quinta planta del hospital. | INFORMACIÓN

Durante este curso marcado por el covid, la UPH ha duplicado su plantilla, pasando de contar con dos profesores, Marisa Ibáñez y Paloma Maestre, a cuatro, con la incorporación de Pilar Aznar y Jesús Soriano. De este modo, según cuenta la coordinadora, se cubre todo el espectro de enseñanza, infantil, primaria, secundaria y bachillerato. Además, no tienen una organización semanal, ya que se coordinan al día porque saben que constantemente entran niños nuevos, y otros se van. Algo que el covid tampoco les ha quitado es que ellos tienen aseguradas sus clases diarias y sus actividades culturales de la mano de entidades como el Museo Arqueológico de Alicante, quienes de forma de forma telemática, les dan clase de Historia.

La crisis del coronavirus ha traído consigo una crisis dentro del sector sanitario, donde hemos visto cómo la saturación ha reinado en él en estos meses de pandemia. Sin embargo, esto es algo que no ha sufrido ningún niño que se encuentra en esta planta. «Ellos tienen su asistencia sanitaria integral, nadie ni nada va a quitarles eso», sostiene la coordinadora del aula.

Pequeños héroes de hospital

En ese sentido, el Hospital General de Alicante les ofrece una asistencia sanitaria, lúdica y educativa total, ya que también han invertido en material y juegos didácticos para que todos tengan en sus habitaciones.

Asimismo, Ibáñez señala que los niños que están en el aula aprenden la importancia de vivir el día a día, de disfrutar de cada momento y no pensar más allá. «Cuando entran aquí, los problemas se quedan fuera, bastante tienen ya estos pequeños. Aquí no nombramos el covid», concluye la responsable.