Los pubs y discotecas que han recuperado su actividad tras el cierre decretado por el Gobierno para hacer frente a la pandemia han facturado este fin de semana, el primero que podían abrir en cuatro meses, un 27,4% de lo habitual en fechas prenavideñas. Diciembre es fundamental para estos negocios puesto que una quinta parte de su recaudación anual corresponde a la Navidad, entre cenas de empresa, residuales este año del covid-19, y fiestas de Nochebuena y Nochevieja, que la hostelería intenta adaptar a la crisis sanitaria con ofertas de comidas para adelantar la celebración al día.

Según una encuesta de la asamblea de la Acampada del Ocio Nocturno entre 200 negocios que acaban de retomar la actividad en toda la Comunidad, ese 27,4% de facturación de viernes a domingo está por debajo de lo que esperaban. Pese a que el número de clientes ha sido también inferior al que inicialmente preveían, la empresarios de pubs, discotecas y salas de concierto afrontan la reapertura como una oportunidad de comprobar «que funcionan los protocolos de seguridad», aparte de que el público «se prepara ante los cambios y los nuevos hábitos de consumo», que pasan por funcionar como bares y cafeterías, con un 30% de aforo en el interior y el 50% en las terrazas. En este primer fin de semana, el 82% de los locales de ocio de la provincia han ofrecido servicio de dispensación de bebidas, el 34,5% ha hecho uso de las terrazas y un 13,4% ha dispensado alimentos.

El sector, que arrastra en la provincia pérdidas por 700 millones de euros y de 2.000 millones en toda la Comunidad, negocia ahora con el Consell un rescate en base a un plan de ayudas directas a percibir en el primer trimestre de 2021 al que supeditan su viabilidad. La propuesta de las patronales son subvenciones en tres tramos en función de lo facturado en 2019, como se acordó en Alemania.

Los pubs, discotecas y salas de concierto están autorizados a abrir, en horario diurno, desde el jueves aunque ha sido durante el fin de semana cuando una de cada tres empresas ha recuperado su actividad, según los datos ofrecidos ayer por la Asamblea de la Acampada del Ocio Nocturno, que pese al mal dato económico del primer fin de semana de actividad tras cuatro meses de cierre de los locales habla de resultados «positivos y motivadores». Esta reapertura parcial ha permitido recuperar el empleo a 1.500 personas en todo el territorio autonómico, de ellas 500 en la provincia.

Del estudio realizado por el colectivo entre 200 establecimientos de toda la Comunidad, se desprende que el 41,18% de los locales de ocio considera que la apertura ha sido positiva o muy positiva frente a un 29,4% que considera que ha sido negativa o muy negativa. Un porcentaje de «optimismo moderado» por los bajos niveles de facturación del primer fin de semana. «Tenemos claro que la recuperación de la actividad no nos permite salir de los números rojos, pero sí empezar a ver algo de luz para hacer frente a los gastos que tenemos que afrontar y recuperar trabajadores de los ERTE», explican los representantes del colectivo.

La encuesta realizada por los empresarios también incluye la actitud del público ante las restricciones y las medidas higiénico sanitarias, uno de los factores más importantes para la viabilidad de los locales dado que es un condicionante del Consell para la reapertura. Según la asamblea de la Acampada del Ocio Nocturno, el 66,7% de los clientes ha tenido una actitud positiva o muy positiva en la vuelta de los pubs, y el 14,6% ha sido poco receptivo a los mensajes de concienciación sobre las pautas a seguir tanto en el interior como en el exterior de los establecimientos, pese a lo cual destacan la «normalidad en los primeros días, sin incidencias reseñables».

El retorno del ocio nocturno, que ha llevado más público a las terrazas, ha despertado quejas entre los vecinos. La asociación del Centro Tradicional de Alicante denuncian que el viernes y el sábado por la tarde la contaminación acústica superaba los 70 decibelios, como confirma la red de sonómetros del Ayuntamiento, pese al límite de 45 decibelios que marca la Organización Mundial de la Salud (OMS).

La asociación reclama la aplicación de la sentencia judicial que obliga al Ayuntamiento a establecer una zona acústica saturada en Castaños y varias calles más del entorno con medidas como horarios restringidos y suspensión de licencias de actividad que pudiesen agravar la situación. Los vecinos asegura que no dejan de proliferar nuevos negocios en la zona pese a las restricciones para frenar la expansión del covid-19.