Acuamed puso ayer en marcha, tras un año de pruebas, después de adjudicar su gestión a la empresa Aqualia, la desaladora de Mutxamel, una planta que costó unos 100 millones de euros (planta y redes de distribución), y cuya función será abastecer con agua desalada a una población de 200.000 personas en la comarca de l´Alacantí y, cuando sea necesario, socorrer a Benidorm, aunque el Consorcio de la Marina Baixa ha decidido solicitar se usuario y recibir también de manera convencional todos los años 500.000 metros cúbicos de agua desalada partir de 2022. La capacidad de producción de la planta es de 50.000 m³ de agua al día (18 hm³) al año, y el precio estará en el entorno de un euro el metro cúbico, aunque se descarta reflejar el incremento del coste en el recibo, en los municipios que compren este caudal, cinco veces más caro que el de los acuíferos y los trasvases. En una primera fase, el agua potable producida en Mutxamel tras captarla en el litoral de El Campello, servirá para abastecer a las viviendas, comercios y empresas de la playa de San Juan y el Cabo de las Huertas (Alicante), El Campello y Mutxamel, pero está previsto también pueda llegar a más municipios.

En principio, el caudal depurado que salga de planta, ya mineralizado pero con gran pureza, se mezclará en los depósitos con agua subterránea de los acuíferos y de los trasvases, algo habitual.

Lo normal será que a estas zona próximas a la planta llegará un «agua de mezcla», en que el caudal desalado será entre un 60% y un 70% del total. No obstante, se prevé que en dos o tres semanas, todo el agua que se distribuya en Playa de San Juan, Cabo de las Huertas y Albufereta, unos 5 hm³ al año, proceda directamente de la desaladora. Una coyuntura que cambiará la percepción del consumidor, al tratarse de caudales más blandos, con menos cal, a diferencia de la dureza propia del agua habitual que se consume en el municipio de Alicante. Cerca de 40 hm³ de agua al año, que suministra la Mancomunidad del Taibilla, que utiliza aguas del trasvase del Tajo, del propio río Taibillla y los acuíferos.

Otro tema es si al final el agua podría utilizarse también para la agricultura en los periodos de sequía, tal como plantearon los regantes del Tajo-Segura hace tres años. La puesta en marcha de la desaladora ha vuelto a hacerse, no obstante, con opacidad, ya que llega un día después de la reunión del secretario de Estado de Medio Ambiente, Hugo Morán, con el presidente de la Diputación, Carlos Mazón, para hablar del problema del agua en la provincia de Alicante, a quien no avisó. El gran objetivo de la planta es reducir las extracciones en los acuíferos el Medio y Alto Vinalopó, de los que se van a dejar de extraer 5 hm3 al año. El objetivo, no obstante, es ir aumentando el uso de esta planta que puede producir hasta 18 hm³ al año, según la hoja de ruta marcada por el Ministerio para la Transición Ecológica. La desaladora de Mutxamel también forma parte de la solución al trasvase Júcar-Vinalopó, dado que el agua que se captará en el Azud de la Marquesa -si al final se desbloquea su reapertura- no tiene calidad para el consumo urbano, lo que ha hecho que muchos ayuntamientos estén estudiando, incluso, renunciar a recibir agua del trasvase.

Aqualia, gestora de la desaladora, es una empresa de gestión del agua participada por el grupo de servicios ciudadanos FCC (51%) y por el fondo ético australiano IFM Investors (49%). La compañía es la cuarta empresa de agua de Europa por población servida y está entre las diez primeras del mundo, según el último ranking de Global Water Intelligence.En la provincia suministra agua a 12 municipios.

Benidorm solicita que le envíen 500.000 m3 al año

La desaladora de Mutxamel se planteó en un principio como una infraestructura asociada al nacimiento de la nueva zona residencial proyectada en el barrio alicantino de Rabasa, donde se preveía un incremento de población de 45.000 personas, y como solución a los problemas puntuales de Benidorm. El fracaso del plan Rabasa, tumbado en los juzgados, el rechazo a consumir el agua por sus altos precios, y el hecho de que la planta no tuviera conexión con el resto de los municipios de la l´Alacantí la dejaron en «barbecho», y en cinco años solo se han producido 10 hm³ , para solucionar un problema en Benidorm entre los años 2015 y 2016, última gran sequía, únicos en los que ha funcionado. Un municipio que hoy no tiene ningún problema de abastecimiento gracias a las reservas de agua, y a que el consumo ha caído un 18% este año por la crisis derivada de la pandemia del covid. No obstante, el Consorcio de Aguas de la Marina Baixa, va a pedir ya el próximo 2021 una dotación de 250.000 m³, aunque para ello es necesario que Acuamed repare un tramo de la conducción Rabasa-Amadorio para evitar fugas durante su trasvase.